El hogar y la escuela, los institutos, la universidad son los mejores lugares para inculcar a los niños y a los jóvenes el amor a su tierra, y a su conservación. Es nuestra obligación porque nadie va a venir de fuera para imponerlo o decirnos lo que tenemos que hacer.
Ese amor a la tierra engloba a todo aquello relacionado con la educación, con la cultura, con las tradiciones, con las costumbres, con los paisajes. Conocer a nuestros destacados escritores, a los artistas, a los influyentes políticos más relevantes o personajes históricos que trabajaron por su tierra.
Algunas de las fórmulas conocer y ampliar ese conocimiento sería fomentar los intercambios entre las islas, las excursiones, el senderismo, los contactos entre las instituciones y centros culturales. Por experiencia propia he podido conocer el paisaje y las peculiaridades de cada una de las islas a través del senderismo, practicado durante muchos años.
Da pena comprobar la falta de sensibilidad que todavía existe en el aspecto medioambiental y en el cuidado del entorno, cuando los domingos pasamos por parques y otros lugares de concentración de gente joven y no tan joven, que lo dejan todo hecho un asco. No puede decirse que en ese ámbito estén educados ni muestren intención de estarlo.
Las comparaciones son odiosas, pero en muchos lugares de Europa he comprobado que no se produce ese fenómeno y la mayoría de los ciudadanos cumplen las normativas sobre limpieza y cuidado de sus ciudades y pueblos.
Hablando de cosas nuestras, es bueno que se fomente la difusión y promoción de la lucha canaria que, afortunadamente, parece que va tomando fuerza en la mayoría de los municipios isleños con la creación de numerosos equipos, en varias categorías que compiten entre ellos. Por otra parte, hay que reconocer que, tanto la Televisión Autonómica como la Televisión Española en Canarias, han contribuido a esa difusión de nuestro deporte vernáculo con programas dedicados a las luchadas que dirigen principalmente José Manuel Pitti, en TVC, y José Alberto Hernández, que iniciaron sus programaciones hace treinta y un años y se han mantenido a lo largo del tiempo.
Pero como advertía al principio, la escuela, sea pública o privada, tienen también una misión que cumplir en la difusión de este deporte. En las áreas de educación física de los centros docentes se deberían ir familiarizando en términos propios de la lucha, como las mañas, la brega, la pardelera, la agarrada, el terrero, los puntales…
Que, al mismo tiempo, conozcan las hazañas o la historia de grandes luchadores que hubo en Canarias, como José Rodríguez Franco, conocido como Faro de Maspalomas, que se distinguió también en el levantamiento de arado, José Araña Pollo de Arucas, Abel Cárdenes Pollo de Vegueta, José Pulido Camurrita, Manuel Marrero Pollo de Buen Lugar, Salvador Sánchez Borito, Hermelindo Ramírez Brazo de Hierro, Orlando Sánchez El Estudiante, Alfredo Martín El Palmero, Álvaro Déniz Pollo de Moya, Heraclio Niz Pollo de Arrecife, Francis Pérez Pollito de Frontera, Juan Barbuzano Martín, Santiago Ojeda, Juan Primera, Pollo de Moya, Jesús Pérez León Pollo de Sabinosa, etc. así como las más destacadas figuras del momento.
Que sepan, por ejemplo, que uno de nuestros políticos, Eligio Hernández, el que fuera gobernador de la provincia de Santa Cruz de Tenerife y Delegado del Gobierno y juez, practicó también la lucha canaria y era conocido como Pollo del Pinar. Uno de nuestros luchadores, Borito, se ha dedicado también a escribir y ha editado libros de poesía, relatos y algunos dedicados a la lucha canaria.
Por supuesto, existen otros deportes que son muy tradicionales en Canarias y que, por tanto, no deben perderse. Me refiero a la vela latina, a la bola canaria, a la lucha del garrote, al levantamiento del arado, al arrastre de ganado y la billarda.