El Confidencial.- De ser un pequeño grupo familiar a convertirse en gigante de la sanidad privada en España y el mundo. En esta frase podría resumirse la historia de Hospiten, tercer grupo hospitalario privado de España.
Presente en 19 países, el Grupo Hospiten recurrió a los servicios del despacho panameño Mossack Fonseca para organizar su estructura societaria y aprovechar el marco legal del país caribeño para desviar dividendos y plusvalías, según consta en la documentación interna de la firma obtenida por el ‘Suddeütsche Zeitung’ y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), y publicada en exclusiva en España por El Confidencial y La Sexta.
En el sector de la salud, este conglomerado no es el único que se puso en contacto con los abogados protagonistas de los papeles de Panamá. Fuera para intereses personales -como comprar un inmueble- o para cobrar los derechos de las patentes de un medicamento, la relación de profesionales españoles del mundo de la salud con el negocio ‘offshore’ es un patrón que se repite en los 11,5 millones de documentos de la filtración.
El Grupo Hospiten facturó en 2013 más de 240 millones de euros, un 83% procedente de pacientes privados. Nacido en Canarias, tiene una sólida presencia en esta Comunidad Autónoma, la tercera que más dinero destina a conciertos hospitalarios, de acuerdo con los datos que recoge el último informe del Instituto para el Desarrollo y la Investigación en Sanidad. Pero en el año 2000 las islas se le quedaron pequeñas y el grupo, presidido por Pedro Luis Cobiella, médico e hijo del fundador, dio el salto al extranjero. Hoy cuenta con hospitales en República Dominicana, Jamaica y México, además de en el resto de España.
Los primeros contactos desde el grupo con Mossack Fonseca hacen referencia al negocio en República Dominicana. Pero en 2011, el departamento financiero del grupo se puso en contacto directamente con la firma panameña para inscribir ante la Agencia Tributaria panameña Tuscany Investment Group, una sociedad constituida años antes y con accionistas radicados en Jersey. La compañía no tenía actividad, sino que sus resultados de ese año se debían a los dividendos que recibía de Hospiten Holding y de la plusvalía de acciones por la venta de una parte de las acciones del grupo, según detallan los documentos internos de Mossack Fonseca.
¿La razón de esta operación? “Todo ingreso de fuente extranjera recibido por Tuscany está exento de impuestos en la República de Panamá”, se lee en los archivos de la firma panameña. Se trataba justamente de aprovechar uno de los mayores atractivos de la jurisdicción panameña, la ausencia de tasas sobre ganancias desde el extranjero.
Hospiten ha confirmado a este diario la operación, aclarando que “todas las sociedades pertenecientes al grupo cumplen con sus obligaciones fiscales y tributarias en los países donde operan y en España”.