Por aquellos años, mi amigo, Antonio Miquel Cervero, alias el anchoveta y Leslie para los amantes del rock and roll de los 60, cantante del conjunto musical Los Sirex compuso una canción que tuvo un importante éxito.
En tiempos de la dictadura, Los Sirex, estaban catalogados como grupo “anti sistema” y en la jefatura de la policía de la barcelonesa Vía Layetana los tenían fichados, no por nada y si por si acaso, que era como estábamos la mayoría de los jóvenes que nos enfrentábamos abiertamente al régimen franquista. “Si yo tuviera una escoba”, con el paso de los años, se ha convertido en una especie de Cambalache, el famoso tango de Enrique Santos Discepulo, que sigue de vigente actualidad. Los Sirex, en esa canción, se quejaban del dinero “que es la causa y el motivo de tanto desespero…”, querían barrer tantas cosas “sucias que se ven por los bajos de este mundo…”
Nos proponen ser “Populares Ciudadanos Obreros Españoles y Unidos Podemos…” haría falta una buena fumigación en lugar de una escoba para acabar con tanta estúpida demagogia que a casi nadie convence.
Porque, vamos a ver: ¿Qué nos puede contar Rajoy para convencernos que votar Populares es la mejor opción para los españoles? A ver que me diga: ¿qué puede ser distinto al peor gobierno que ha tenido España en los últimos 40 años? A ver que me diga ¿qué puede hacer por nosotros el político peor valorado en toda la historia de España? Nos podría contestar a cada una de las preguntas diciéndonos que no pudo hacer nada, se me antoja faltaría la verdad, porque Mariano Rajoy y el Partido Popular, caso de seguir gobernando esté país, volverían hacer, siguiendo las consignas de Heil Merkel una nueva reforma laboral a la baja, congelación del salario mínimo, volver a recortar derechos fundamentales, la sanidad privatizada y sólo para los que coticen la S. Social, rebaja de pensiones y la jubilación a los 70 años, o sea más miseria, más salarios del miedo y más esclavitud, la eutanasia económica para los mayores de 75 años será un hecho, o sea bajar la tasa de mortalidad a parámetros que pueda sustentar la caja de las prestaciones por jubilación, etc.. Si dijera Rajoy la verdadera realidad de los que nos espera, si fuera valiente y dijera la que se nos viene encima y pidiera solidaridad y colaboración de todos para salir, cuanto antes de este desastre humano, seguramente empezaríamos a valorarle en su justa medida ser el lacayo de las políticas neoliberales y del capitalismo a ultranza, sin escrúpulos y carroñero.
Pero ¿qué cambio nos promete Pedro Sánchez y los “socialistas obreros”? Porque seamos serios, Sr. Sánchez usted y muchos sabemos que las directrices para los próximos cuatro años están marcadas por la troika y que no tiene margen de maniobra ninguno, que más allá del “puedo prometer y prometo” no podrá hacer nada de nada”. Cambio ¿de qué? Cambiará la ley de reforma laboral ¿en qué sentido? ¿Qué diferencia tendrá con la realizada por el Partido Popular? Si quiere le anticipo en qué consistirá su cambio: Reforma laboral que no se notará en absoluto en el mundo obrero, porque la indecencia que usted le criticaba a Rajoy en el pasado ahora la tienen también todo el empresariado que, no lo olvide, se ha instalado en la “crisis” de forma perfecta, de hecho ellos saben que debería (la crisis) ser eterna, no en vano ahora duplican sus beneficios por el bajo coste salarial. Quiera o no cambiar el vicio del empresario, cada día más proclive a los trabajadores esclavos, es prácticamente imposible. ¿Cambiar la educación, volver a recuperar la sanidad hoy por hoy cada día más privada? Sabe muy bien que no les dejarán si ello conlleva no asegurarse el cobro de la deuda del rescate a la banca, por ejemplo.
Ciudadanos, al ritmo de las ordenes de Bruselas, se moverá entre el quiero pero no puedo, la culpa siempre será el legado que recibe del desgobierno de Rajoy, siempre tendrá la excusa de la “quiebra del Estado del Bienestar” y con este pobre bagaje intentará convencernos “que esperemos tiempos mejores que seguro llegarán…” eso sí, no sabe cuándo ni cómo pero llegar si llegarán.
En cuanto a Unidos Podemos, pues que quieren que les diga, más de lo mismo, palabras y más palabras, promesas y más promesas, pero ellos no puede llamarse a engaño, tienen el ejemplo de su amigo y colega Tsipras el griego que demostró que su experimento no era otra cosa que una partida de póker de aficionado jugando al farol. Un farol que se antoja ridículo, toda vez que el órdago lanzado a Heil Merkel contaba con el apoyo del pueblo griego. ¿Qué esperamos de la abducción de Izquierda Unida por parte de Podemos? Nada, nada de nada, ni siquiera servirá para ocupar la plaza del Psoe en el escenario político español.
En estas elecciones se juega, la dictacracia que tenemos, una abstención superior a ninguna de las anteriores convocatorias. El hartazgo del pueblo es tan grande y el hastío político tan profundo, que el 70% de los 36,7 millones de españoles llamados a las urnas, preferirá ir a la playa o quedarse en sus casas antes de acudir al colegio electoral.