Muchos fueron los españoles y sus descendientes los que participaron en la revolución cubana.
Francisco País Pesqueira nació en Marín el 25 de mayo de 1862, muy cerca de la ciudad de Pontevedra. Trabajo primero como zapatero, luego como empleado de una peletería. Era aficionado a la música e incluso tocaba varios instrumentos, entre ellos el bombardino y el órgano. En marzo de 1882, dos misioneros protestantes británicos, Marín Thomas Blamire y James Wigstone predicaban de forma pública, por las aldeas de Marín (Pontevedra). Francisco quedo impactado con la nueva forma de expresar el cristianismo y empezó a participar de las reuniones regulares, que realizaban los pastores ingleses. En el pueblo eran vistos como extraños, pero al mismo tiempo habían generado mucha expectativa. Algunos parroquianos estaban cansados de las formas déspotas de la iglesia tradicional y comenzaron a mirar con mejores ojos, a estos pastores que decían lo mismo sobre Cristo, pero con otras formas.
El 8 de octubre de ese mismo año, se realizan los primeros bautismos por inmersión en la Isla de Tambo, en la ría de Pontevedra. Francisco Pais Pesqueira y Josefa Pazos Santos, serán los primeros en recibir el bautismo. La congregación creció durante los siguientes meses, hasta alcanzar una cantidad estable de unos 200 fieles. Don Francisco incorporo a la iglesia a sus padres y a otros familiares. De esta manera quedará en la historia de Galicia, como el primer converso y el primer bautizado por el rito evangélico. Francisco se fue entusiasmo tanto con el evangelismo, que se convirtió en uno de los líderes espirituales de esta religión.
Cerca de su casa se levanto el templo protestante, del cual fue durante varios años el responsable del mismo. Su devoción religiosa lo llevaba a recorrer grandes distancias en bicicletas, para ir a divulgar el evangelio. Según cuentan en su pueblo, en muchas oportunidades se trasladaba hasta Lalin, en su vieja bicicleta, para divulgar la “Palabra de Cristo”. Toda una proeza en aquellos años, donde escaseaban los buenos caminos. Don Francisco como se le comenzó a llamar, no solamente era Pastor de la Iglesia, si no que era el maestro de la escuela, que estaba instalada en el mismo templo. Por allí pasaron varias generaciones de niños y niñas mariñenses, que a él le deben, haber aprendido las primeras letras. En 1917 Don Francisco es solicitado por sus hermanos de religión de Cuba, para que se traslade a dirigir una iglesia en Santiago. El barco partió del Puerto de Vigo y después de casi 15 días de travesía llego al puerto de La Habana Al poco llegar se casa y tiene una hija. La desgracia no tardaría mucho en llegar a este nuevo hogar, ya que su mujer fallece, dejando una niña recién nacida. Rosario García Calviño, vecina de Don Francisco, será la encargada de atender y criar a su primera hija. Rosario era una mujer enérgica y trabajadora. Igual que Don Francisco, era originaria de Marín, de donde se habían conocido de jóvenes. Al pasar algunos años comenzará una relación de pareja, que concluirá en el matrimonio. Ambos llevaban varios años en Cuba y comenzaban a extrañar a su villa marinera. Los recientes casados, temían la intención de pasar una larga temporada en Galicia, incluso si fuera posible, tal vez quedarse definitivamente.
Al poco de llegar Doña Rosario queda preñada. Para ambos este embarazo era una “gracia de dios”. Tanto Francisco como Rosario querían construir una familia con muchos hijos, como indicaban los escritos bíblicos, que tan afanosamente leían, en los momentos de la oración diaria. Durante la Segunda República en España vivieron momentos muy difíciles debido a la etapa en que gobernó la derecha. Proceso este que se llamó “bienio negro”. En Galicia como en el resto del Estado se dieron numerosas detenciones y “cazas de brujas”. La oligarquía apoyada por la jerarquía católica, creaba un habiente de incertidumbre. Las iglesias evangélicas, no eran muy bien vistas por la derecha católica y más cuando se trataban de corrientes progresistas, como las que integraban, Francisco y Rosario García Calviño. En el otoño de 1934, después de mucho analizar la situación de inestabilidad política y social y ante el embarazo de Rosario, deciden regresar a la isla. En Santiago de Cuba, el matrimonio vivía en la casa de la Iglesia Bautista. La misma estaba ubicada en la calle José Antonio Saco o Enramadas 22 (altos) esquina Pío Rosado o Carnicería. Al poco de llegar, más exactamente el 7 de diciembre de 1934, nace en la propia iglesia, su primer niño, que es inscripto en el folio 114 del tomo 50 del Registro Civil Sur, con el nombre de Frank Isaac. Luego nacerán sus otros hijos: Agustín y Josué.
La familia tenía muy modestos recursos, ya que vivían de las ayudas que recaudaban de la propia iglesia. Frank se educo en una rígida disciplina cristiana, donde los conceptos morales y de solidaridad, eran constantemente transmitidos por sus padres. Mientras Don Francisco se dedicaba a sus labores evangélicas, su esposa lo ayudaba ejecutando piezas musicales religiosas en el órgano de la iglesia. En 1939 cuando Frank tiene 5 años su padre fallece, quedando al frente de la familia su madre. Después de la muerte de don Francisco, la familia se fue a vivir a una modesta casa de estilo colonial, ubicada en San Bartolomé 226, entre Habana y Maceo en el reparto de Los Hoyos. Frank a pesar de ser un niño y de la perdida tan grande sufrida, pasa a ser el sostén de su madre y de sus hermanos. Frank, Agustín y Josue cursan los estudios primarios en el Instituto Martí, perteneciente a la Iglesia Bautista. En esta etapa aprende a tocar el piano y el órgano. Su madre será la encargada de darle una buena formación musical. La destacada revolucionaria Vilma Espín relata algunos de los aspectos de la vida Frank: “Poseía la personalidad que más me ha impresionado en mi vida… poseía un carácter muy fuerte y enérgico. Era muy callado, discreto. Amaba las artes: la pintura, la poesía y la música le fascinaba. Había cursado tercer año de piano y tocaba el órgano en la iglesia Bautista. Componía canciones y les ponía letra. Recuerdo una de esas canciones, titulada Melancolía. Era bellísima”. Frank termina la escuela primaria el 8 de septiembre de 1948, tenía entonces 14 años. Luego ingresa en el Instituto de Segunda Enseñanza. Su amiga y revolucionaria Haydée Santamaría evoca algunos recuerdos con nuestro biografiado: “Una noche Frank empezó a hablar de su niñez. Lo sucedido a él y a sus hermanos, eran cosas que parecían de novela. A pesar de su juventud, era el cabeza de familia. Cuando apenas tenía cuatro años perdió a su padre. Luego se enfrentó a la realidad de una casa con dos hermanos y una madre que mantener, sin tener trabajo”. “En cierta oportunidad -continua Haydée- los hermanos País se reunieron para coordinar el regalo que le harían a la madre por la festividad de Reyes. Grandes eran las perspectivas, pero muy poco o nada el dinero.
Entonces concibieron una idea. Siempre veían que su mamá estaba muy escasa de carbón, y que no se podía planchar y muchas veces cocinar, por falta de carbón. Entonces idearon un plan. Diariamente se levantaban con el alba y con un saco en la mano seguían a cuanto carbonero había en Santiago. Como es natural, siempre durante el despacho, algunos carbones caían al suelo. Ellos lo recogían y se los llevaban para la casa. Allí a escondidas guardaban el carbón en un viejo baúl que nunca usaban. Al llegar el día de Reyes, los hermanos País regalaron a su madre todo un baúl lleno de carbón. La emoción fue extraordinaria”. Vilma Espin su otra amiga nos cuenta también: “Frank sentía una gran admiración por su mamá; ella había tenido una vida muy ruda, era una mujer bien fuerte de carácter, y él tenía muchas delicadezas con ella. Yo recuerdo que el día de las madres me encargó que le comprara una orquídea…Frank poseía cualidades y virtudes muy especiales, que si bien en cierto modo le eran intrínsecas, también fueron cultivadas en el seno de un hogar en el que recibió de su madre esmerada educación, bajo sólidos principios de disciplina, amor al estudio y al trabajo. Doña Rosario solía afirmar solemnemente: “¡En esta casa hay orden!”. A los 15 años ingresa en el primer Curso e ingresa en el Club Literario “La Avellaneda”. Fue elegido delegado de la asociación de alumnos. En 1952 se produce el golpe de Estado de Batista, junto a otros jóvenes se traslada hasta el Cuartel Moncada, para solicitar armas, para resistir el golpe. Por esos tiempos escribe sus primeros artículos en la revista El Mentor, de la Asociación de Alumnos de la Escuela Normal. Luego fue electo presidente de la asociación de estudiantes, ocupando su entrañable amigo Pepito Rey, la vicepresidencia. Ambos compañeros de inquietudes martianas fundan el BREN (Bloque Revolucionario de Estudiantes Normalistas) pasando a dirigir a los demás centros de segunda enseñanza.
El 13 de febrero de 1953, se realiza una huelga de estudiantes en toda Cuba, por la muerte del joven Rubén Batista. Frank será el líder en Santiago de Cuba. Encabezando la manifestación estudiantil. Durante ese mismo año ingresa en el MNR (Movimiento Nacional Revolucionario) que dirigía Rafael García Barcenas, luego por la disolución de este grupo, pasara a participar de ANL (Acción Nacional Libertadora). A los 18 años, el 6 de julio de 1953, se gradúa de maestro y comienza a trabajar en el Colegio Salvador, dependiente de la iglesia Bautista. El 26 de julio cuando se produce el asalto al Moncada, Frank intenta acercarse hasta el cuartel para ver de cerca lo sucedido y sumarse a los rebeldes. Los soldados se lo impiden, por la noche logra entrar al cuartel y puede mirar los cuerpos mutilados y asesinados de los moncadistas. Con otros compañeros se reúnen en agosto de ese año, con el fin de intentar rescatar a los presos, que se encontraban en la cárcel de Boniato. La falta de armas los hace desistir del intento. Se matricula en la carrera de pedagogía en la Universidad de Oriente. Durante 1954 su actividad es frenética es elegido secretario de la FUE-O, Federación Universitaria de Estudiantes de Oriente e integra el Comité Pro Reforma Agraria. Con el golpe de Estado en Guatemala, contra el presidente Jacobo Arbernz, se alista como voluntario, en el consulado de este país en Santiago. Desencantado con las distintas organizaciones que se definían “revolucionarias de palabra” se decide a fundar ARO “Acción Revolucionaria Oriental” lo acompaña su hermano Josue, Pepito Tey y los hermanos Díaz Fountain. Cuando se expande a otras provincias pasa a llamarse ANR (Acción Nacional Revolucionaria). El grupo comienza a realizar distintas acciones de sabotaje y de apropiación de dinamita. También expropiaciones de armas a policías. En octubre de 1954 es detenido por el robo de armas. Luego es puesto en libertad continuando con la labor conspirativa.
La obsesión de Franck era la de conseguir armas. Es así como el 19 de abril de 1955 realiza junto a Alberto Díaz Foutain (Nano) el asalto al Club de Cazadores y obtienen más de una docena de escopetas. El 15 de mayo de ese año son puestos en libertad los presos del Moncada. Fidel y el grupo de moncadistas fundan el Movimiento 26 de Julio. La organización que lideraba Frank se suma al Movimiento siendo nombrado Jefe de Acción en Oriente. Otros compañeros de su grupo ocupan otros cargos; Lester Rodríguez, Coordinador Provincial; Pepito Tey, Segundo jefe de Acción; Gloria Cuadras, Propaganda; Asela de los Santos, Finanzas; Ramón Álvarez, sector obrero; Baudillo Castellanos, Profesionales; y Arturo Duque de Estrada, Actas y Correspondencia. La primera acción que realizan es el asalto a la estación de policía de El Caney. A pesar de las responsabilidades revolucionarias, Frank continuaba haciendo una vida como la de cualquier joven. Quienes lo conocieron decían que tenía mucha aceptación entre las mujeres, teniendo varias enamoradas al mismo tiempo. En aquellos tiempos usaba varios nombres falsos, para despistar a los servicios de información de Batista, entre ellos: David, Salvador y Cristián. A Frank le gustaba mucho tocar el piano o el órgano de la iglesia, también era amante de la poesía. A pesar de ser un cristiano practicante, no dudaba cuando tenía que aplicar la violencia revolucionaria. El 19 de abril de 1956 dos jóvenes estudiantes Andres Feliú y Eduardo Sorribes van a ser enjuiciados por actividades conspirativas contra el régimen. Los centros de estudiantes se movilizan en las inmediaciones de la Audiencia, la policía y el ejército comienzan a disparar contra la multitud., causando varios heridos de gravedad. Ante esta situación, Frank convoca a los responsables de las células del movimiento y resuelve dar una lección a los represores. En aquella reunión dijo: “hay que dar un escarmiento, si nos han tumbado a tres, tenemos que pagarles con la misma moneda. Esto no puede quedar así. Tenemos que enseñarles a temernos. Aquí va correr la sangre hoy”. Destina tres comandos del M.26 con el fin de hacer justicia. Frank encabeza un grupo comando, portando una ametralladora Thompson, después de dar varias vueltas por la ciudad, localizan a un represor y descarga su arma contra un sargento de la policía. Pepito con otro grupo también hace justicia, con un disparo de escopeta contra un cabo de policía. El otro grupo falla en el intento por culpa de una avería en el coche. En agosto de 1956 se realiza en el Cotorro La Habana, una reunión de las Direcciones Provinciales del M-26 de Julio.
El motivo era preparar la llegada de la expedición que estaba organizando Fidel Castro en México. Días después Frank se traslada a México para ultimar los detalles con Fidel, del alzamiento en armas, en toda Cuba. En Octubre vuelve nuevamente a México regresando con el cargo de Jefe Nacional de Acción. Su misión era organizar los alzamientos en distintos puntos de Cuba para despistar al ejército. Frank con tanta responsabilidad, tiene que renunciar a su trabajo en el colegio. En la entrevista con el director, el reverendo González Seisdedos, le dice: “Reverendo, disponga usted de mi puesto, porque Cuba me necesita”. En aquel momento el Estado Mayor que dirigía Frank lo integraban Armando Hart Dávalos; el dirigente obrero Ramón Álvarez; el abogado defensor de los moncadistas Baudilio Castellanos; Vilma Espín, Gloria Cuadras y María Antonia Figueroa, junto a la heroína del Moncada, Haydée Santamaría. Cuando recibe la información del desembarco del Granma, Frank redobla su actividad.
En su cuartel general, recepciona la información de los distintos jefes e imparte las órdenes para el combate. Así lo describió la ya fallecida combatiente Gloria Cuadras: “En esos momentos me fijé en el rostro de Frank: estaba radiante y su rostro estaba como iluminado. Se había puesto el traje verde olivo, fue la primera vez que lo veía así y se podía palpar que estaba orgulloso de tenerlo puesto”. Tanto el desembarco como el alzamiento programado carecieron de la suficiente coordinación. Con la instalación de Fidel en la Sierra Maestra se consagra a organizar la resistencia cívica, las milicias clandestinas y el sector obrero para apoyar la lucha en la Sierra Maestra. Luego organiza el primer refuerzo de medio centenar de combatientes, que en marzo de 1957 se suman a la guerrilla dirigida por Fidel, lo cual fue un factor importante para la consolidación de esa fuerza insurgente. El día 16 de febrero de 1957, será la tercera y última vez que Frank se entrevistara con Fidel. Junto con Vilma Espín, Armando Hart y Haidée Santamaría se trasladan hasta Manzanillo y desde allí son trasladados por Celia Sánchez y Felipe Guerra Matos hasta donde estaba Castro. También estaba en la comitiva Faustino Pérez y el periodista norteamericano Herbert L. Mathews.
El Che, quien lo conoció en una de las visitas de Frank a la Sierra, lo describiría después como: “uno de esos hombres que se imponen en la primera entrevista… sus ojos mostraban enseguida al hombre poseído por una causa, con fe en la misma; y además, que ese hombre era un ser superior. Hoy se le llama ‘el inolvidable Frank País’; para mí, que lo vi una sola vez, es así”. Luego continua: “Nos dio una callada lección de orden y disciplina, limpiando nuestros fusiles sucios, contando las balas y ordenándolas para que no se perdieran. Desde ese día, me hice el propósito de cuidar más mi arma”. El 9 de marzo Frank es apresado por la policía y el día 15 sale absuelto, no pudieron inculparlo. A pesar de ello los esbirros de Batista estaba detrás del Movimiento 26 de Julio, querían atrapar a los hermanos Pais para asesinarlos. Así fue como el 30 de junio de 1957 fue asesinado su hermano Josué Pais y exactamente un mes después el 30 de julio resultó él mismo asesinado en el Callejón del Muro de Santiago de Cuba, junto con Raúl Pujol. En respuesta se declaró una huelga general en toda Cuba y su entierro se organizó como un desafío a la dictadura de Batista y alcanzó una convocatoria masiva que la convirtió en la más grande manifestación popular conocida hasta entonces por esa ciudad. El cuerpo de País fue vestido con el uniforme verde olivo y el brazalete negro y rojo del Movimiento 26 de Julio. Así lo describiría la combatiente y dirigente del Movimiento 26 de Julio, Vilma Espín: “… en los primeros momentos la gente quería llegar hasta el cadáver y hubo forcejeo con los guardias. Es que la reacción popular fue espontánea, muy poderosa y desde ese momento se paralizó la ciudad, la gente se dedicó a ir a donde estaba Frank…” La movilización del 30 de julio de 1957 está considerada como una de las fechas más decisivas de la Revolución Cubana, que aportaron a la caída de la dictadura de Fulgencio Batista. Ese día ha sido instituido en Cuba como Día de los Mártires de la Revolución. Al decir del Che, “con Frank perdimos a uno de los más valerosos luchadores, pero la reacción ante su asesinato demostró que nuevas fuerzas se incorporaban a la lucha y que crecía el espíritu combativo del pueblo”. Su estatura de hombre y revolucionario fue resumida por el Comandante en Jefe Fidel Castro, cuando afirmó: “Qué monstruos, no saben la inteligencia, el carácter, la integridad que han asesinado. No sospecha el pueblo de Cuba quién era Frank Pais, lo que había en él de grande y prometedor”.