Los dueños de España se reunieron con su monarca en la sede del BBVA. Pedro Sánchez y Albert Rivera en una carta de amor enviada al Partido Popular, ya habían intentado desbloquear el camino a la salvación nacional.
La misma misiva platónica también había sido remitida al resto de los partidos, sería del todo impresentable que la enviaran sólo al Partido Popular, Pedro y Albert saben lo que están haciendo.
El Monarca, designado democráticamente por el espermatozoide más rápido, dijo desde el templo de los mercaderes del IBEX35 que «España necesita mantener un ritmo de crecimiento sostenido y estable» y un entorno favorable para la actividad empresarial, que genere riqueza y empleo. «Os pido, por ello, que sigáis trabajando en esa dirección, propiciando un marco favorable para la economía y el entorno empresarial, pues a pesar de la mejora de la evolución económica, queda todavía mucho por hacer«.
Pedro y Albert ya sabían que «queda todavía mucho por hacer«, por eso se aprestaron a enviar la carta de amor al Partido Popular pero utilizando el lenguaje del abanico. Incluso Albert se apresuró a apuntar que en el pacto con el PSOE «no está escrito» que el jefe del Gobierno tenga que ser Sánchez. Todo por España, naturalmente.
Había que hacerlo así, poco a poco, con naturalidad. El Partido Popular se ha empeñado en ganar el guinness de la corrupción a cualquier precio y los podemitas no pierden oportunidad. Por si fuera poco, algunos medios -pocos- no son del todo fieles a los principios del movimiento y si los de Izquierda Unida desoyen el mandato de los tenedores de su deuda y confluyen con los podemitas antisistema, podrían relegar al PSOE al tercer lugar. La Ley D’hont no sería suficiente para contener a los antisistema. Por eso Pedro y Albert tienen que escenificar la salvación de España de las garras de PODEMOS de forma natural, llamando a su alianza «Un gobierno reformista y de progreso«. El papel aguanta cualquier cosa y Albert, si el guión exige el desnudo, está dispuesto a salir de nuevo en pelota picada en los carteles. Todo por España.
«Por la cagada se conoce al pájaro», suele decir con socarronería auténtica -y mucha sabiduría- el mago de esta tierra. Pronto la veremos, pues aún es posible que la salvación de España sea imparable. Mejor así que otro 23F.