Venezuela se debate en continuar el proceso bolivariano o regresar a ser colonia yanqui.
La invasión de España por parte de cien mil soldados de los ejércitos napoleónicos, en marzo de 1808, fue el detonante de lo que se ha venido a llamar “la eclosión juntera en el mundo hispánico”. La abdicación de Carlos IV al trono de la monarquía fue seguida por la de su hijo, el conspirador Fernando, que pasó a ser conocido como “El Deseado” y, más tarde, como Fernando VII. El rechazo popular al nuevo rey francés de la familia Bonaparte se tradujo en una resistencia masiva en la Península y en el reclamo, que tenía orígenes en la tradición política medieval, del retorno de la soberanía al pueblo. La ola revolucionaria se traslada al continente americano. Ya en 1804 se produce la independencia de Haití, de la metrópoli francesa.
El 19 de abril de 1810 se inicio el proceso de independencia de Venezuela. Ese día cuando una multitud se reunía en la Plaza Mayor de Caracas, para celebrar el jueves Santo, un grupo de patriotas criollos obligaron al Capitán General Vicente Emparan, que se dirigía a la catedral, a trasladarse hasta el Cabildo. Juan Germán Roscio y José Félix Sosa en nombre de los patricios caraqueños, le señalaron la necesidad de formar una Junta de Gobierno, desconociendo al Consejo de Regencia, que se había instalado en el Reino de España. Los patriotas José Félix Ribas, Francisco José Ribas, Gabriel Ponte y Francisco Javier de Ustariz adujeron que el nuevo régimen hispano se había constituido sin el voto de los venezolanos y que por lo tanto no le debían obediencia. Con un tono más enérgico el clérigo José Cortés de Madariaga le exigió a Emparan su renuncia para que el mando pase a una “Junta Suprema conservadora de los derechos de Fernando VII”, integrada por distinguidos criollos venezolanos. El Capitán General rechazó la propuesta arguyendo que la mayoría del pueblo lo apoyaba. Para confirmarlo salió al balcón y cometió el error de preguntar a los caraqueños congregados en la Plaza Mayor si estaban contentos con su mando y deseaban que continúe su gobierno. Detrás suyo Madariaga hizo gestos y agitó las manos consiguiendo que los pobladores gritaran: “¡No lo queremos! ¡Fuera!”. Indignado y resentido Emparán respondió: “¡Pues yo tampoco quiero mando!”. El mismo día renunció y dos días después se marchó a España. Los independentistas habían obtenido su primera victoria sin derramar una gota de sangre.
El 25 de abril de 1810, se instaló la Junta Suprema de Caracas, de cuyo seno emergerían las principales figuras que lucharon por la independencia de Venezuela, la misma que fue proclamada al año siguiente, el 5 de julio de 1811. Aquel acto de rebeldía independentista se repetía en toda América hispana. En Buenos Aires días después el 25 de mayo del mismo año, los patriotas criollos destituyen al virrey y nombran la Primera Junta Patria.
Mientras que el 20 de julio una protesta en Santa Fé de Bogotá, da lugar a las luchas independentistas en la Nueva Granada, cuando el pueblo se amotina en la plaza del mercado y se declara en cabildo abierto.
En Chile el 18 de septiembre se forma la Primera Junta Nacional del Gobierno de Chile y así en todo el continente. De aquellas proclamaciones de libertad, surgirán los grandes libertadores y revolucionarios de la Patria Grande, entre ellos: Simón Bolívar, San Martin, Manuel Belgrano, Túpac Katari, Antonio José de Sucre, Juana Azurduy, Pedro Domingo Murillo, Bernardo O’Higgins, Miguel Hidalgo y Costilla, Francisco de Miranda, Antonio José de Sucre, Gaspar Rodríguez de Francia, Gervasio Artigas, José Martí, entre otros. Tardarían muchas décadas hasta que un pequeño país, una isla en el Caribe, la mil veces heroica cuba, proclamara la segunda y definitiva independencia y el socialismo. La semilla plantada por aquella revolución dirigida por el Comandante en Jefe Fidel Castro y acompañado por el guerrillero heroico Ernesto Guevara, dio sus frutos en las últimas dos décadas. Empezó con la proclama de un militar bolivariano llamado Hugo Chávez, que hizo despertar del letargo a todo el continente. Le siguieron otros como Néstor Kirchner, Lula da Silva, Evo Morales, Pepe Mujica, Rafael Correa. Siempre acompañados por el presidente de Cuba Raúl Castro y su pueblo. Juntos pudieron avanzar y construir la Patria Grande, que soñaron los libertadores, juntos se enfrentaron contra el ALCA, que quería imponer el imperialismo norteamericano y juntos construyeron la CELAC y el ALBA.
La muerte del Comandante Hugo Chávez, fue un duro golpe para el proyecto de las naciones y pueblos que se encaminaban hacia segunda independencia. El imperialismo comenzó un plan premeditado de desestabilización del continente, con el apoyo de las oligarquías cipayas y las burguesías nacionales vende patrias. Ahora el método no son las dictaduras militares de otras etapas. La forma es más elegante. Se trata de golpes de Estado parlamentarios, usinas de infamias y rumores, boicot económico, utilización de las justicias corruptas. Paraguay, Honduras, Ecuador, la Argentina y en la actualidad Venezuela y Brasil, han sido y son víctimas de estas agresiones dirigidas desde la propia Casa Blanca, para lograr el fracaso de estos procesos emancipadores. Por ello este 19 de abril del 2016 se convertirá en una fecha importante para el pueblo venezolano. En este país se está debatiendo el futuro de la revolución Bolivariana y la posibilidad de que todo el continente pueda liberarse definitivamente del yugo imperial. Hoy más que nunca esta revolución necesita de nuestra solidaridad. La reacción venezolana intenta dar un golpe parlamentario y económico. Ya ha dado el primer paso al intentar amnistiar a los golpistas responsables de decenas de muertes en las últimas intentonas golpistas.