Un ministro español de origen canario nos hizo vivir la crisis de las prospecciones.
Muy mal lo pasamos y si escapamos de aquello, seguramente, no se lo debemos a otra cosa que no fuera la caída vertiginosa del precio del petróleo. Aunque el movimiento ciudadano contra las prospecciones fue ejemplar, la representación política fue vergonzosa en todo momento. De aquella experiencia, Soria, salió con el título de “persona non grata” que le dedicaron, dedicamos, los ciudadanos que además de estar hartos por su abuso en la gestión de Energía sufrimos su defensa de las prospecciones y los intereses de las petroleras. No olvidar que fue capaz hasta de movilizar al ejército contra el pueblo para ello.
Aunque su trayectoria política es bien larga, siempre en las filas de la derecha española, José Manuel Soria tiene un protagonismo especial –paralelo- en temas judiciales a partir de 2006, poco después de abrirse la brigada anticorrupción en Canarias. Por eso, su nombre aparece en los sonados casos Góndola (Mogán); Faycán (Telde); Brisán (Santa Brígida); Eolo (Arinaga) donde se vio también involucrado el Consejero de Industria que era, casualmente, su hermano Luis Soria; o el caso Salmón, donde se acusaba de trato de favor a un empresario noruego para beneficiarlo en la pesca.
El nombre de su hermano y otros familiares se repite, demostrando que se trata de una familia muy unida. Así como cuestiones de falsedad documental, cohecho, tráfico de influencias, prevaricación y ese tipo de cuestiones que destapan grupos criminales.
Soria hoy, se ve de nuevo en el ojo del huracán. A muchos no nos extraña nada de un personaje tan siniestro y los suyos. Para nosotros solo cabe preguntarnos si no deberían ser juzgados quienes le votan, quienes le dan poder político a este tipo de personas. Conste que hablamos de gente que no ha agotado su historial delictivo, como demuestran hoy “los papeles de Panamá” y es que sabemos de él por los delitos que ha sido señalado, pero ¿en cuántas cosas no lo habrán cogido aún…?
Para el que suscribe, sin duda, es delito votar a Soria o su partido. Y, de lo poco que me puedo sentir orgulloso es de aquella campaña de “persona non grata” que firmó tanta gente. A ver si en Canarias terminamos de abrir los ojos y por fin decimos “Soria, para nada más” y hacemos lo mismo con el partido que ha servido de instrumento para llevar a cabo la mitad de sus acciones ilegales conocidas y para que los ciudadanos suframos esa política impositiva energética que todavía estamos pagando.
Pedro M. González Cánovas
(Miembro de ANC)