SB-Noticias.- De los 600 refugiados que debe atender Canarias, a Santa Cruz le corresponden solo 60. La coalición de izquierdas lamenta que la corporación aprobara una moción “de mínimos” para condenar el acuerdo entre Europa y Turquía.
Izquierda Unida Canaria en el Ayuntamiento de Santa Cruz lanzará una campaña en la plataforma de acción civil change.org para pedir al Ayuntamiento de Santa Cruz la elaboración de un censo de familias solidarias dispuestas a acoger a los refugiados atrapados entre Europa y Turquía. Ramón Trujillo, concejal de la formación progresista en la corporación local, cree que la ciudad puede asumir sin ninguna dificultad a los 60 refugiados que le corresponden del total que debería aceptar Canarias, unas 600 personas. Hasta ahora, el Gobierno español sólo ha acogido a 18 de los 17.000 comprometidos.
El Pleno de la corporación aprobó el pasado viernes una moción de condena al tratado firmado por la Unión Europea y Turquía para que este país acepte a los refugiados ‘devueltos’ desde Europa a cambio de dinero. Sin embargo, Izquierda Unida, que presentó una moción mucho más ambiciosa, considera que el acuerdo alcanzado en Santa Cruz “aspira a poco” y “se queda corto” frente a una situación cada vez más dramática que debe “golpear la conciencia de una Europa cada día más xenófoba”. Por eso la formación de izquierdas lanzará en breve una campaña de recogida de firmas en change.org para la elaboración de un censo de familias solidarias, una iniciativa que se ha desarrollado con un enorme éxito en Barcelona, ciudad donde centenares de familias han querido sumarse al llamamiento hecho por la alcaldesa Ada Colau.
La moción que presentó Izquierda Unida proponía declarar el municipio “Ciudad acogedora de personas refugiadas” y subrayaba que era necesaria una política diferenciada para atender a las mujeres y niñas, víctimas de abusos y violaciones.
La propuesta recordaba que al drama del refugiado se añade el drama de la mujer y la niña refugiadas, que se enfrentan a una violencia mayor que la de huir de sus países porque son víctimas de violencia sexual y de género extremas, violadas por los europeos como una forma de pagar la documentación necesaria o incluso el viaje en sí, tal y como denuncia la ONU en uno de sus últimos informes.
Izquierda Unida recuerda que el pacto suscrito entre la Unión Europea y Turquía para devolver a este país a todos los refugiados que lleguen a territorio europeo es “un pilar más” en el modelo de Europa xenófoba que se está imponiendo y destaca que el acuerdo ni garantiza la llegada segura ni da cumplimiento de los derechos de las personas que se ven obligadas a abandonar sus hogares, especialmente las mujeres y las niñas.
La moción incluía poner a disposición de las personas migrantes y refugiadas las instalaciones municipales necesarias para su acogida, y gestionar a través de los Servicios Sociales en colaboración con las entidades e instituciones interesadas las políticas para su recepción y acogida.
En el texto también se pide reforzar los programas de reasentamiento en coherencia con el número de personas refugiadas existentes, asumiendo un reparto equitativo y solidario entre todos los estados y garantizar la posibilidad de pedir asilo en embajadas y consulados en los países de origen y tránsito.
La presión social puede ser muy útil para romper la dinámica establecida por algunos gobiernos, como el español, que afirman que no tienen medios suficientes para ampliar sus cuotas de aceptación de refugiados. También la presión social es útil para combatir los brotes xenófobos contra las personas refugiadas que surgen en Europa, alentados por grupos de extrema derecha y tristemente también por algunos mandatarios.