Por todo ello, exigimos a nuestros Estados:
Que no cierren las fronteras exteriores de la UE; que se respete el Derecho europeo e internacional; que se procesen todas y cada una de las solicitudes de asilo de forma individual, sin discriminaciones y de acuerdo con la legislación europea e internacional; que no se permitan las devoluciones en caliente a Turquía o a cualquier otro lugar; que trasladen inmediatamente a los y las solicitantes de asilo atrapados en Grecia, y que se abran vías seguras para los refugiados/as. En definitiva, que se trate igualitaria y dignamente a los seres humanos y que se pongan en práctica los valores antaño defendidos.
Esta no es una crisis de refugiados. Es una crisis humanitaria en la que la vida de miles de personas, entre ellas muchísimos niños y niñas que están viviendo en condiciones inhumanas, están en juego. Europa tiene los medios para ayudar a las personas necesitadas, y exigimos a la Unión Europea y a sus Estados miembros que respeten los valores de la dignidad humana y los derechos humanos, así como el Derecho internacional y, sobre todo, que propongan políticas humanas para una Europa humana.
Según un artículo del día de ayer en un diario digital "nunca más" era un sentimiento compartido tras la Segunda Guerra Mundial. "Una vez más" podría convertirse en el lema del momento actual.