Círculo Podemos Santa Cruz de Tenerife
{mosimage}El Día Internacional de la Mujer, de las Mujeres, debe de convertiste en un día de homenaje a todas nuestras antecesoras, y también en una jornada de lucha y reivindicaciones. Una fecha indicada para que pongamos de relieve las opresiones sufridas por las mujeres y las personas LGTBIQ, y la desigualdad, inequidad e injusticias que alimenta el sistema heteropatriarcalcapitalista en el cual nos hallamos inmersas e inmersos.
Este 8 de marzo de 2016, una vez más, no queremos que nos felicitéis. Queremos que todos y todas reflexionemos acerca del modo en que la “crisis-estafa” sigue afectando de manera específica a las mujeres:
Las mujeres seguimos siendo las responsables de mantener, mediante enormes cantidades de trabajos de cuidados invisibilizados y no remunerados, un sistema que sin nuestra labor reproductiva de sostenimiento de la vida tendría las horas contadas.
Las mujeres continuamos ocupando las posiciones más precarias en el mercado laboral y los puestos laborales menos valorados socialmente. Y además, se sigue eternizando la brecha salarial.
Las mujeres, frente a las políticas austericidas, los recortazos y el constante desmantelamiento del ya blandengue estado de bienestar, somos quienes continuamos favoreciendo la acumulación capitalista a costa de nuestra desposesión.
Las mujeres somos quienes debemos cargar sobre nuestros hombros, y en el ámbito privado, lo que debería de ser una responsabilidad social, y lo que tendría que ser atendido por políticas públicas: cuidado y atención de personas dependientes, de mayores y de la infancia.
A cambio de este esfuerzo y de este rol de cuidados impuesto al que se nos somete, se continúa vulnerando el derecho básico al propio cuerpo, con amenazas de retrocesos en la ley del aborto, prohibiendo a las menores el derecho a abortar sin consentimiento de sus tutores legales, y negando el derecho a la asistencia sanitaria a personas de sexualidades diversas o migrantes. Y precisamente quienes se denominan como “defensores de la vida” son quienes insisten en desatender las vidas de todas y todos una vez que hemos nacido.
Y además, estamos hartas ya de sufrir todo tipo de violencias por el mero hecho de ser mujeres: desde el acoso callejero hasta el asesinato, pasando por la violencia institucional y simbólica, o los recortes en formación preventiva.
Hablamos constantemente del “cambio”, pero dicho cambio sólo será posible cuando seamos capaces de articular una mayoría social que incluya entre sus reivindicaciones el patrimonio de la lucha feminista.
Sólo será posible el “cambio” cuando las mujeres tengamos poder sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas.
Sólo será posible el “cambio” cuando dejemos de ser las trabajadoras precarias y/o invisibles que sostienen un sistema injusto.
Sólo será posible el “cambio” cuando comprendamos que construir poder popular es también construir Feminismo.
¡QUEREMOS TODOS LOS DERECHOS PARA TODAS LAS MUJERES, Y LOS QUEREMOS YA!