“La Consejería de Educación persigue y penaliza a los docentes enfermos”.
{mosimage}SB-Noticias.- Uno de los pasajes más funestos de la Reforma Laboral del gobierno del PP, es el referido al tratamiento de la enfermedad en los trabajadores y trabajadoras. Nadie quiere estar enfermo. Sin embargo, la legislación laboral promovida por el PP y que tan nefastas consecuencias sobre el empleo y la calidad del mismo ha tenido, ha pretendido, entre otras cosas, impedir las bajas de las personas convalecientes mediante el castigo económico penalizando a los enfermos con descuentos en su salario.
Existen una serie de enfermedades recogidas en un catálogo que, por su gravedad u otras consideraciones, no están sujetas a estos descuentos. Sin embargo, la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias utiliza la política de “primero descuento y ya si reclaman rectifico”. Es decir, que aunque sea consciente, por la comunicación que hace el docente, de que la enfermedad está contenida en el catálogo de enfermedades no sujetas a descuento, la Consejería realiza el descuento en nómina con el consiguiente perjuicio para el trabajador/a que cuentan con el salario para los gastos programados (hipotecas,…) y cuando se reclama, se reconoce el error y se devuelve.
Además, desde la Consejería y el INSS se están produciendo “altas de oficio” a personas con enfermedades crónicas graves, en algunos casos incluso propuestas para su jubilación en función de su dolencia, obligándoles a reincorporarse al trabajo y evitando que se jubilen aunque sea lo más indicado según su enfermedad. En muchos casos los servicios médicos se ven obligados a volver a dar la baja a estas personas, aunque casi siempre por otros epígrafes distintos al anterior, lo que deriva evidentemente en una vuelta al inicio del proceso que hemos descrito. Parece existir una consigna para evitar que personas que se encuentran en la situación descrita pueda acceder al derecho que le corresponde.
No reconocer el derecho que tienen las personas enfermas a estar de baja el periodo necesario para recobrar la salud está suponiendo un importante perjuicio para la calidad de la educación, además de para la calidad de vida de los docentes. Repercute en la calidad de la enseñanza porque por muchas ganas que se le pongan por mucho interés que se tenga, una persona convaleciente no se encuentra en condiciones idóneas para dar clases a grupos de 25 ó 30 alumnos, en algunos casos más. Pero además, si no se guarda el tiempo necesario de convalecencia es muy probable que se recaiga antes y seguramente con mayor gravedad, por lo que al final resulta que una medida supuestamente tomada para ahorrar costos termina convirtiéndose en una medida cara, tanto desde el punto de vista económico, como para la salud.