El BAR DE PEPE
Joaquín Hernández
{mosimage}Ada Colau es el ejemplo perfecto que no todo vale para ser Alcaldesa de una ciudad. Este caso es más esperpéntico y bochornoso que el caso de Carmena en Madrid con los titiriteros. «Mare nostra que esteu en el zel sigui santificat el vostre cony, l'epidural, la llevadora…» [Madre nuestra que estáis en el celo, sea santificado vuestro coño, la epidural, la comadrona…]. Así empieza el Mare nostra que la poeta Dolors Miquel recitó en la entrega de los Premis Ciutat de Barcelona.
Lo sorprendente de esta historia, además del insulto altruista y gratuito a los católicos practicantes o no, es la complacencia de la Alcaldesa cuando aplaudió y felicito la estupidez de una “poetisa” sin otros recurso que la vomitiva poesía. Otra chorrada, gilipollada esférica, de la llamada "alcaldesa del desahucio".
Ada Colau se significo por la lucha en contra de los desahucios de viviendas efectuada por los bancos por impagos de hipoteca, esa actuaciones al frente de la plataforma Stop a los desahucios, y la creación de un partido político, a la sombra de PODEMOS, llamado “Barcelona en comú”, le dieron la alcaldía de la Ciudad Condal.
La poeta Dolors Miquel, por muchos premios que tenga, por mucha poesía del alma, ha demostrado con este engendro que domina muy bien el lenguaje de una puta verdulera del antiguo Barrio Chino barcelonés. Aplicar la oración del padre nuestro para reivindicar el aborto es de lo más puerco y borrego que he escuchado en mi vida, aparte que demuestra la nula imaginación de la poetisa, que poco ha gastado sus neuronas para hacer este panfleto ridículo, asqueroso y nauseabundo. El aplauso de la Colau a la estupidez de una ridícula poetisa, produce asombro cuando parece premiar lo estrafalario, y preocupación cuando la que lo hace es la presidenta del ayuntamiento de la segunda capital de España y una de las ciudades más emblemáticas del mundo.
Parece que las alcaldesas "emergentes" nos están dando de qué hablar, aunque si me dan a elegir me quedo con la Sra. Carmena, es más irrisorio los titiritares que la religión. Reivindicar el aborto es una libertad de cada cual y se puede hacer desde otras instancias y protestas ciudadanas, hacerlo provocando a los creyentes católicos me parece, como mínimo, un despropósito de una descerebrada.
Claro que si lo que sucedió en los premis Ciutat de Barcelona con la poesía de Dolors Miquel, en lugar de escoger una oración de la religión católica, elige un versículo del Corán, seguramente, con la protesta de los islamistas, tendría los ovarios en la glándula tiroides y la señora Colau habría reforzado su escolta y la Generalitat a los mossos d´escuadra, a las fuerzas de seguridad del Estado Español y al ejercito , también español, en alerta roja por posible atentado terrorista en Catalunya, por supuesto que la poeta estaría a buen recaudo durante todo el resto de su vida, al igual que le sucedió a Salman Rushdie, famoso escritor y ensayista británico autor de hijos de la medianoche y versos satánicos, o a la editora de Charlie Hebdo en París.
Lógicamente, Dolors Miquel que es imbécil pero no gilipollas, sabe muy bien que lo más que pueden hacerle es excomulgarla cosa esta que ella se lo pasa por su “cony” olímpicamente.
En cuanto a la Sra. Colau advertirle que en su municipio existen 4.124.254 personas con derecho a voz y voto, de los que más de un 70% se declaran católicos apostólicos, que supongo en las próximas elecciones a la alcaldía del Ayuntamiento votará otra opción política que no sirva para dar amparo a mediocres intelectuales de pacotilla. Su lema “La única iglesia que ilumina es la que arde” estaría bien en la Barcelona del siglo pasado en la Republica de los años 30 cuando ardían los conventos y las iglesias de media ciudad. Quizás los electores barceloneses han querido premiar su esfuerzo por una causa justa, pero no le quepa la menor duda que esos mismos que le han apoyado, la gran mayoría de ellos, se estarán cuestionando su voto y algunos arrepintiéndose de haberle dado su confianza, no ya por el insulto a su creencia religiosa, no ya por el disparatado poema de una poeta de cafetucho barato, más bien por su poco estilo, respeto y educación más primaria cuando aplaude y felicita un bodrio imperdonable.