Vicenç Navarro. Público
{mosimage}Este artículo señala la enorme elasticidad moral que tienen los dirigentes europeos como el Sr. Dijsselbloem, Presidente del Eurogrupo, los cuales, mientras están imponiendo unas políticas de austeridad a Grecia y España que están dañando en gran medida el bienestar de las clases populares, están a su vez favoreciendo políticas tributarias que convierten a sus países (Holanda en este caso) en paraísos fiscales, facilitando que las grandes empresas no paguen impuestos en sus países de origen, como en España o en Grecia.
¿Quién es este personaje, el Sr. Dijsselbloem?
Lo que no se conoce –porque no se ha publicado en ninguno de los mayores medios de información- es quién es este señor. Dicho personaje ha jugado un papel clave en convertir Holanda en un paraíso fiscal en el que las mayores empresas europeas (incluyendo españolas) y norteamericanas evitan pagar sus impuestos en los países donde se realiza la producción, la distribución o el consumo de sus productos. La política impositiva de tal país está diseñada para atraer a compañías multinacionales que establecen su sede en Holanda. Las ventajas fiscales y subsidios públicos, así como su tratamiento sumamente favorable a las rentas del capital, son bien conocidos en el mundo financiero y empresarial.
Ello explica que haya muchas compañías que establezcan su sede en Holanda (desde la compañía minera canadiense Gold Eldorado a la estadounidense Starbucks, la lista es enorme). En realidad, algunas de estas compañías solo tienen en Holanda una dirección postal, sin edificio siquiera, como es el caso de los grupos musicales Rolling Stones o U2, del Sr. Bono, que se ha hecho famoso y rico a base de supuestamente defender a los pobres del mundo (ver el artículo de David Hollanders “What Europe Needs to Know About The Dutch Tax Haven”, Social Europe Journal, 05.01.16). Muchos de los beneficios fiscales y subsidios, así como las transacciones financieras no son públicos, e incluso miembros del Parlamento holandés no tienen acceso a esa información.
Es sorprendente que Holanda, sin embargo, no aparezca en la lista de paraísos fiscales. Y ello se debe a la activa movilización de la coalición gobernante en Holanda, formada por el partido socialdemócrata, al cual pertenece el Ministro de Finanzas, el Sr. Dijsselbloem, dirigiendo la política económica y financiera del país, y el partido radical de derechas, que aprobaron una ley en el año 2013 en la que se indicaba que Holanda no era un paraíso fiscal, por mucho que se le pareciera. El gobierno prácticamente prohibió el uso de tal término, lo cual no fue un obstáculo para que el gobierno holandés haya apoyado la realización de seminarios para empresarios extranjeros (realizados en el extranjero, el último en Ucrania) para enseñarles cómo evitar pagar impuestos en Holanda. Como bien indica David Hollanders, Holanda es un ejemplo de libro de texto de lo que es un paraíso fiscal. Como muestra tal autor, hay 12.000 empresas (que manejan un total de 4 billones de euros) que tienen una sede postal en Holanda, que incluyen el 80% de las cien empresas más grandes del mundo y el 48% de las mayores compañías que aparecen en la revista Fortune. Entre tales empresas con sede postal en Holanda hay empresas portuguesas, españolas (como la empresa que se benefició de la privatización de la empresa pública Aigües Ter Llobregat por la Generalitat de Catalunya – ver “Tots els camins porten a Holanda”, El Triangle, 23.12.15), griegas y otras, lo cual implica que Grecia, España, Portugal y otros países dejan de ingresar impuestos (millones y millones de euros) a las arcas del Estado debido a las políticas aprobadas por el gobierno holandés, del cual el Sr. Dijsselbloem es uno de los mayores responsables y arquitectos, el mismo personaje que acusa a Grecia y a España de tener excesivos déficits públicos, déficits públicos que no existirían si las grandes empresas pagaran los impuestos que tendrían que pagar si no tuvieran sus sedes fuera del país, incluyendo Holanda, situación favorecida y facilitada por tal señor. Se sabe que el Sr. Jean-Claude Juncker, hoy Presidente de la Comisión Europea, es otro personaje que hacía lo mismo cuando era Presidente y Ministro de Finanzas de Luxemburgo, otro paraíso fiscal donde un gran número de empresas internacionales, incluyendo españolas, tienen su sede. El Sr. Jean-Claude Juncker es también de los que presiona por todos los medios para que se apliquen las políticas de austeridad en Grecia y en España. Pero no se sabía tanto de este otro personaje, el Sr. Dijsselbloem. El cinismo y la indecencia, por no decir falta de ética, de tales personajes alcanzan ya niveles sin precedentes. Y esta es la Europa a la que se nos pide que pertenezcamos.