De momento, Felipe VI, que podía haber abierto otro período de reflexión para que los partidos buscaran una salida por su cuenta, ha decidido no dilatar más la situación de empantanamiento y dar una oportunidad a Sánchez.
El líder del PSOE, como ya advirtiera desde el principio, ha esperado a que Rajoy, como candidato del partido que más escaños obtuvo el pasado 20-D, tomara la iniciativa y tratara de buscar alianzas que sustentaran su Gobierno. Sin embargo, Felipe VI ni siquiera ha hecho el ofrecimiento al candidato del PP cuando el socialista ya había expuesto a Felipe VI su disponibilidad condicionada.
Sánchez empezará de inmediato la tarea de tratar de sumar una mayoría parlamentaria con todas las formaciones, incluido el PP. Desde que el resultado de las elecciones dibujó un escenario sin claras mayorías, el PP ha recriminado al PSOE que no quisiera facilitar con su abstención en la Cámara un “gobierno de estabilidad” respetando los siete millones de votos obtenidos por la formación. Rajoy ha repetido varias veces que Sánchez no ha querido hablar con él.