{mosimage}SB-Noticias.- La no intervención de la autoridad laboral en la designación de los servicios mínimos ha dejado vía libre a la empresa para obligar a trabajar al cien por cien de la plantilla, que se encarga de la recogida de los municipios de Tacoronte, El Sauzal, La Matanza, La Victoria y Santa Ursula. Urbaser ha citado por carta a todos los trabajadores para el primer día de huelga, neutralizando, así, los efectos de la misma. Desde la asesoría de Intersindical Canaria hemos dado instrucciones a los trabajadores para que cumplan con esa orden, y evitar, así, posibles represalias. Con esa medida, la plantilla se ve imposibilitada de ejercer un derecho constitucional, ya que, con estos servicios “mínimos”, el derecho de huelga deja de existir.
Seguimos convencidos de que son justas las reivindicaciones de los trabajadores. Sólo estamos pidiendo que los delegados que se sienten a negociar el convenio sean los que designe la inmensa mayoría de la plantilla, y no los que forman la actual comisión negociadora, compuesta por tres trabajadores que sólo se representan a sí mismos, con la diferencia de que son los preferidos de la empresa.
Llama la atención esta escasa voluntad negociadora de Urbaser. ¿Pretende la empresa firmar un convenio con esa pobre representación? ¿Por qué ese empecinamiento en mantener una tensión innecesaria, tratando de negociar con unos representantes que no son aceptados por la inmensa mayoría de la plantilla? Hacemos un llamamiento a la sensatez: ¿No es preferible responder a la demanda de la mayoría de trabajadores y negociar un convenio con una representación real, evitando, así, un conflicto laboral que, si nadie lo remedia, se va a enquistar en el tiempo. ¿Son conscientes de ello los responsables de los diferentes Ayuntamientos, que, en ningún momento, cuestionan la posición de la empresa, limitándose a ver el conflicto como una “lucha sindical por el control del comité de empresa”, explicación que, por su simpleza, cae por su propio peso? Dejemos clara una cosa: no estamos interesados en el control del comité de empresa, sólo nos interesa la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores. Si la plantilla estuviese rechazando la representación de Intersindical Canaria, lo asumiríamos y desapareceríamos del centro de trabajo. Pero no es el caso: es la mayoría de trabajadores quien nos pide que los representemos, y no podemos ignorar su petición. Estamos lejos de entender el sindicalismo como una lucha por la supremacía y el control sindical; para nosotros, el poder sólo es importante cuando responde a una realidad representativa. Le hemos pedido a UGT que convoque una asamblea y compruebe si los trabajadores aceptan su representación. Hasta ahora no lo han hecho. ¿Va a ser esa la actitud que van a mantener durante las negociaciones? ¿Van a firmar a espaldas de los trabajadores cuando acuerden el nuevo convenio?
Ya que la empresa no lo hace, pedimos que los diferentes Ayuntamientos asuman su responsabilidad en el conflicto e intercedan para su solución. Los trabajadores de la plantilla también son vecinos residentes en esos municipios. La huelga es una incomodidad para la población y un enorme sacrificio económico para los trabajadores, que verán recortados sus salarios, ya de por sí, muy precarios. Ir a la huelga no es una decisión fácil de tomar, pero la falta de respuesta de los que pueden desbloquear el conflicto nos está empujando a continuar con la protesta.
El lunes 8 de Febrero será el próximo paro, pero esta vez pediremos a la autoridad laboral que designe unos servicios mínimos más justos. Aun confiamos que, antes de esa fecha, se produzca un acercamiento de posturas para evitar que el conflicto se alargue; pero, en caso de que no sea así, demandaremos la intervención de las instancias pertinentes para hacer valer la ley y continuar con nuestro derecho constitucional a la huelga.