Xavier Aparici Gisbert, filósofo y emprendedor social.
{mosimage}Según una fundación denominada “del Español Urgente”, Refugiado es la palabra del año 2015. Esta entidad, promovida por la agencia de noticias EFE y el banco BBVA, dice tener como fines, además de proponer términos mediáticamente populares, los de resolver las dudas de los profesionales del periodismo con respecto al uso riguroso de los términos lingüísticos.
Y, para ello, se ha dotado de un equipo técnico, formado por periodistas y lingüistas, y de un consejo asesor de académicos y profesionales de la información. Cuenta, además, con el asesoramiento de la Real Academia Española de la lengua.
Un clarificador ejemplo de la “calidad” de los servicios que ofrece Fundeu se puede encontrar en su página web. En el apartado Recomendaciones, ofrece un artículo -titulado “Refugiado no es lo mismo que inmigrante”- en el que se afirma que ”Desde un punto de vista lingüístico, y con independencia de la definición precisa establecida en derecho internacional, un refugiado es aquel que se ve obligado a buscar refugio fuera de su país a consecuencia de guerra, revoluciones o persecuciones políticas”, casi parafraseando al diccionario de la RAE, que, efectivamente, también define al refugiado como la “Persona que, a consecuencia de guerras, revoluciones o persecuciones políticas, se ve obligada a buscar refugio fuera de su país”. No obstante, como se constata en otras definiciones, además de la legal, y expresa el propio significado etimológico de la palabra, Refugiado es el “Que se ha refugiado en un país extranjero a causa de una guerra o de sus ideas políticas o religiosas” y no el que, meramente, lo precisa.
¿Por qué se quiere modificar el significado del vocablo, de obtener refugio a buscarlo? ¿Tiene esto algo de riguroso? Una importante empresa, que aporta noticias a la opinión pública, unida a una gran entidad bancaria; con el aval de la academia cultural que se dedica a la regularización lingüística de las comunidades hispanohablantes; y con la asistencia de doctores universitarios y de expertos en información, de técnicos en periodismo y en lingüística… Todos unidos para, a través de un ente sin ánimo de lucro y de los medios de comunicación, inculcar a la sociedad la contradictoria –y nada inocente- acepción de que, a quien busca refugio, se le puede denominar refugiado. Lo que tiene tanto sentido como llamar empleado al que demanda un empleo, o asalariado al que está a la espera de conseguir un ingreso monetario por cuenta ajena.
Esta “anécdota” es una más de las ilustran la enorme regresión cultural en la que nos encontramos: se manipula en todos los ámbitos de comunicación, promoviéndose lo espectacular sobre lo fundamental porque los expertos suelen venderse al mejor postor; se ha normalizado que las Administraciones respondan a la ciudadanía como si fueran empresas particulares y que las multinacionales traten a los clientes como administrados; los usurpadores de hecho se pretenden benefactores de derecho… Nuestra democracia está degenerando en ornato de los intereses oligárquicos y el pueblo “soberano” porfía, aún, por una recuperación general que no llegará nunca de la mano de las élites de poder centradas en el privilegio y el parasitismo.
En este momento de cambio de año y buenos deseos, será bueno, por tanto, que nos propongamos hacernos más responsables del mundo en el que vivimos; utilizar más nuestra inteligencia; reivindicar más nuestra afabilidad; y empoderarnos, solidariamente, más … Pero no solo de palabra ¿eh?
http://bienvenidosapantopia.blogspot.com