Para Gil de San Vicente, Podemos y Ciudadanos han sido el recambio del sistema a los partidos “viejos”, con el fin de impedir una reorganización de la izquierda revolucionaria.
“Ha sido a raíz de una descomposición interna permanente desarrollada en el estado español -que no se percibía a simple vista-, más la gran crisis de 2007, lo que fueron poniendo de manifiesto y sacando a la luz todo lo que se venia pudriendo: la corrupción, el empobrecimiento, la desindustrialización… “
Y frente a esta situación, añade que la sociedad carece de capacidad de aglutinación, pues las izquierdas tradicionales hace muchos años se habían ido acomodando y adaptando al sistema. Es este escenario en 2010 y 2011 en el que nacen muchos de los movimientos sociales como 15 M, Las Mareas… y posteriormente a nivel político, Podemos, al amparo de un sector de las clases medias, el proletariado con dinero, intelectuales y pequeña burguesía.
Considera que a partir de ahí, el sistema utiliza la aparición de nuevas organizaciones políticas, jóvenes con capacidad de ilusionar y de atraer el voto ciudadano, con dos objetivos: preparar un recambio a los “viejos” partidos tradicionales: PP y PSOE y frenar las movilizaciones sociales.
Considera que Ciudadanos cometió el error de que “se le ha subido el pavo” y se creyó los sondeos “y no tuvo en cuenta que los sondeos electorales son un arma psicológica”. Y entiende que también Podemos se engañó con las encuestas “pues Podemos ha tenido realmente 42 diputados, porque los demás son fruto de las confluencias”.
Recuerda el sociólogo que estas prácticas son comunes en otros países para crear partidos alternativos a los históricos. “En Grecia han cumplido su función: intentar asegurar recambio en el sistema e impedir una reorganización de la izquierda revolucionaria”.