Antonio Aguado Suárez
{mosimage}Todo se debe defender mediante la palabra y nunca con la violencia física, esto fue lo que le sucedió al presidente Rajoy, cuando en un acto de la campaña electoral, paseando por una calle peatonal de Pontevedra, un joven le agredió dándole un puñetazo en la cara.
La violencia está formando parte de la juventud, alentada de muchas formas: competitividad, protagonismo, consideración, “fama” y reconocimiento impuesto incluso con violencia, etc. Basta analizar que gran parte de los videos juegos que utilizan, los contenidos son peleas y luchas por la supervivencia o para acabar con el otro.
Lo cierto es que éste joven no tenía motivos para llegar al extremo de esa violenta y censurable agresión. Los gobernantes como Rajoy suelen incumplir mucho de lo que prometen y peor aún, como se ha venido demostrando en estos últimos años, poniendo a gran parte de la población, sobre todo la más humilde y necesitada en situaciones extremas y de mucha gravedad, como por ejemplo lo que ha venido ocurriendo con la retirada o recortes de las ayudas a los dependientes, las estafas de los ahorros de toda su vida a personas muy vulnerables mayoritariamente mayores y ancianos, que han sido producidas por las entidades bancarias con las preferentes y peor, quienes han sido desahuciados de sus viviendas por no poder seguir pagando la hipoteca bancaria, pero eso si. tienen que seguir pagándola aunque hayan perdido el piso, no permitiéndoseles lo que seria justo como es la dación en pago. Han sido (continúan siendo en contra de las directrices europeas), cientos de miles de familias afectadas y muchas personas que en su desesperación se han suicidado. Todo se ha venido produciendo con la acción directa del gobierno, como ha ocurrido con el agravamiento de la situación de los dependientes o indirecta, mediante el consentimiento y/o complicidad para que los bancos actúen de esa forma tan arbitraria e injusta con los preferentistas y desahuciados.
¿Cómo reaccionarían sus familiares más cercanos si se encontraran de frente con el o los políticos responsables?. Lo más probable es que no utilizarían la violencia, pero puede ser que les increparían o como mucho insultarían. Por eso se entiende menos la agresión de éste joven a Mariano Rajoy, aunque eso si, consiguió lo que quería: su minuto de gloria y ser recordado como la persona que por primera vez y esperando sea la última, le propinó un puñetazo al presidente del gobierno.