EL BAR DE PEPE
{mosimage}Joaquín Hernández.- Me contaba, mi buen amigo Pancho, ante las próximas elecciones algo que me hizo reflexionar profundamente ante la elección de mi “disputado” voto. Me decía Pancho…
“Yo comencé mi vida de productor, como entonces se nos llamaba y de peón en una empresa que trabajaba para la Refinería. Soltero como yo estaba en aquella época (año 67) y aprovechando las horas de trabajo normales más algunas extras, ahorré unas pesetillas de aquellas y así pude casarme, comprarme un piso y dejar el de mis padres.
Aquí vi mis primeros indicios de prosperidad, pasé de una vivienda pobre y carente de toda comodidad y hasta con water común a seis vecinos, a otra con su sala, baño y cocina, que entonces me pareció de cine.
A finales de los sesenta pude comprarme el coche, un peugeot 204, que todo hijo de vecino soñara algún día. Nevera, tele, un secador para mi señora y…. vacaciones de 25 días que en verano lo pasábamos en Icod de los Vinos en la playa de S. Marcos. Pasó el tiempo y llego el año 1975 y con él la democracia. Y yo entonces me pregunté ¿habrase visto mayor satisfacción para un hombre de mi condición que tener todo lo conseguido y además, redondear con la democracia que siempre soñé?
Para mí esto fue el “encanto”. Pero como cada uno cuenta la feria según le va, esta fue mi feria:
Me afilia a un partido de izquierdas y a una sindical de la misma mano, intervine en manifestaciones, acudí a multitud de mítines, he votado cantidad de veces y mi final de la feria es este:
Estoy en el paro a seis meses de su caducidad, mi “peugeot” se me cae de puro viejo y no veo la posibilidad de renovarlo como no sea por una bicicleta.
Los últimos plazos de la hipoteca de mi piso, los veo de color panza de burro, los estudios de mis hijos, de un tono parecido; mi querida cartilla de ahorros, antaño oronda, actualmente está de un famélico que no quiero ni mirarla.
Y de mi viaje anual a Icod de los Vinos, que quieres que te diga. Solamente mencionarlo se me cae el alma al suelo. Porque temo que de seguir así las cosas, mi próxima visita a esa querida comarca, querida tanto por sus caldos cuanto más por sus gente, va a ser de lo más deprimente, ya que temo no va a ser en calidad de veraneante, sino de mendigo.”
No votaré a la derecha, pero tampoco tengo muchas ganas de votar a una izquierda que está anclada en el pasado, rota y desunida, un partido que dice llamarse socialista y obrero que promueve leyes laborales en contra del obrero y a favor de la oligarquía capitalista. En realidad me siento engañado y puteado por la política y los políticos y no confío en ninguno.
Llegado a este punto yo preguntaría por si alguno tiene la respuesta: ¿de quién es la culpa de todo esto? ¿De los mercados financieros? ¿de la invasión alemana y la troika? ¿De los banqueros y sus desmesuradas ansias por ganar dinero? ¿De la política neoliberal? ¿De pertenecer a la unión europea y tener el euro como moneda? ¿De las 17 reinos de taifas que son las comunidades autónomas? ¿De los políticos corruptos? ¿De los ayatolas políticos que no han sabido dar la talla?
Uno, yo, lleno de pragmatismo y olvidando filias o fobias políticas, vive con esperanza en el futuro, aunque mi amigo Pancho lo ve más que negro, viviendo en continua zozobra por el porvenir de su querida familia, su entrañable mujer y sus queridos tres hijos. Necesitamos un cambio de rumbo que devuelva la ilusión perdida, recuperar el orgullo patrio, las ganas, de sentirse español, en definitiva volver a creer que aun existe futuro para todos y recuperar nuestros jóvenes, esos jóvenes que están marchándose de nuestro país totalmente desilusionados con la política ejercida por Mariano Rajoy y su comparsa de trágicos payasos torpes y obsoletos. Depurar tanta irresponsabilidad y que den con los huesos en la cárcel los verdaderos culpables de tanta locura.
Yo exijo a los nuevos políticos que hagan algo para que tantas familias como la de Pancho, como la de millones de españoles que se encuentran en la pobreza más severa puedan vivir dignamente, y si no es así dedíquense a otra cosa y les quedaremos muy agradecidos.