Tasneem Essop, jefa de la delegación de WWF en la cumbre, ha asegurado que "los ministros van a tener que correr una carrera contra reloj para asegurar un acuerdo fuerte para el próximo viernes"
{mosimage}Público.- Negociadores de casi 200 países han aprobado este sábado el borrador de un acuerdo climático de Naciones Unidas después de cuatro años de trabajo, como base para que los ministros intenten resolver cientos de puntos de desacuerdo la semana próxima.
Funcionarios gubernamentales de alto nivel firmaron el texto borrador, de 42 páginas, minutos antes del plazo límite del mediodía local, después de trabajar durante la noche.
La idea es que el texto presenta opciones, que van desde un objetivo a largo plazo para reducir el cambio climático hasta elevar el financiamiento para el clima para los países en desarrollo, que podrán ser resueltas por ministros la semana próxima en las conversaciones que continuarán hasta el viernes.
Muchos países dijeron que el borrador, el resultado de cuatro años de trabajo desde que el proceso fue lanzado en Durban en 2011, dejó demasiados temas sin resolver.
"Esperábamos que nuestro trabajo estuviera más avanzado", ha dicho Nozipho Mxakato-Diseko de Sudáfrica, quien habla en representación de más de 130 países en desarrollo.
La directora de la Oficina Española de Cambio Climático, Valvanera Ulargui, ha apuntado que "todas las opciones siguen estando encima de la mesa, no se ha avanzado en ningún punto político".
Tanto Ulargui como el comisario europeo de Acción Climática, Miguel Arias Cañete, valoraron que "las cuitas de la UE" siguen dentro del acuerdo, tanto en materia de ambición como de mitigación. "La próxima semana será la del compromiso, cuando se deban cerrar los temas más difíciles", dijo Arias Cañete en rueda de prensa.
Por su parte, las ONG's se mostraron optimistas respecto a "cómo avanza el proceso", aunque cautelosas "por la lentitud con la que se progresa en el contenido".
Martin Kaiser, portavoz de Greenpeace, ha recordado que a estas alturas en la última cumbre en la que se trató de alcanzar un pacto global al respecto (Copenhague, 2009) "había un texto de 300 páginas, frente a las poco más de 20 de acuerdo que hay en París, donde el clima de negociación es mucho más constructivo".
Kaiser alertó, sin embargo, de que "el acuerdo no está garantizado" y de que, "mientras los ministros vuelan a París, las naciones productoras de petróleo y la industria de los combustibles fósiles estudian cómo hacerlo explotar".
Tasneem Essop, jefa de la delegación de WWF en la cumbre, ha asegurado que "los ministros van a tener que correr una carrera contra reloj para asegurar un acuerdo fuerte para el próximo viernes", día de la clausura de la COP21.