Pide hacer pedagogía para explicar los peligros del tratado comercial secreto entre la UE y EEUU
{mosimage}Público.- "Una especie de bomba de relojería puesta en nuestros servicios públicos". Así es como describe Alberto Garzón el polémico tratado de libre comercio que Washington y Bruselas negocian con sigilo, el TTIP.
Para evitarlo, Garzón llama a la reflexión y defiende la necesidad de "hacer pedagogía": "Son las empresas que recomiendan que nos jubilemos a los 70 años las que quieren este tipo de tratados", recuerda el número uno de la candidatura Unidad Popular, en la que se integra IU.
El diputado malagueño participaba este sábado en la conferencia Parar el TTIP, con la que su formación ha logrado reunir a cerca de 650 personas en el Cine Palafox de Madrid. Entre los ponentes había perfiles muy distintos: autoridades, representantes de la sociedad civil y dirigentes de la coalición de izquierdas, pero todos han tenido un punto en común en sus discursos: la alianza comercial es una amenaza, pero la ciudadanía aún está a tiempo de acabar con ella.
"Se han parado muchas cosas iguales o peores que esta", afirma Sol Sánchez, número dos de la lista Unidad Popular por Madrid y excoordinadora de ATTAC en España. Tal y como explica Sánchez, el esfuerzo de partidos políticos y activistas contra el TTIP, el TiSA (acuerdo de servicios de 50 países) o el CETA (UE-Canadá) se encuadra en una pelea por un cambio del modelo neoliberal vigente a otro más justo.
Y, desde luego, tanto Sánchez como el resto de ponentes desconfían de los supuestos beneficios que teóricamente traerá el tratado, y que la Comisión Europea defiende a capa y espada. "Los defensores TTIP no han aportado un sólo dato empírico que permita justificar estos supuestos beneficios", apunta, recordando el precedente del tratado comercial entre EEUU, Canadá y México, el NAFTA: "Veinte años después de su aprobación EEUU ha reconocido que se destruyeron 750.000 empleos". "Veinte años después hasta los promotores reconocen que el modelo no funciona".
En esta línea se expresa también Marina Albiol, eurodiputada y portavoz de IU en el parlamento europeo, que ve el TTIP como "el sueño de las grandes multinacionales", "la salida capitalista a la crisis". Albiol ha recordado las innumerables trabas que el Europarlamento impone a los diputados para acceder a una parte de los documentos de las negociaciones- no pueden verlos todos-, la opacidad que envuelve todo el acuerdo transatlántico, y el hecho de que el TTIP va a traer "más precariedad".
"Si el TTIP fuera a tener consecuencias positivas para la mayoría lo contarían", afirma, convencida de que el acuerdo es una suerte de "Eurovegas" pero a lo grande, una puerta abierta y un cheque en blanco para los poderes económicos: "Es un intento de frenar gobiernos de izquierdas".