Román Rodríguez. Presidente de Nueva Canarias
{mosimage}Cada 25 de noviembre se celebra en el mundo el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Naciones Unidas reconoce esta celebración desde 1999, antes fue impulsada por distintas organizaciones feministas latinoamericanas en homenaje a las hermanas Mirabal, tres activistas dominicanas asesinadas por el régimen del dictador Rafael Leónidas Trujillo.
Algunos datos que ofrece la propia ONU son espeluznantes. Un tercio de las mujeres y niñas sufren alguna forma de violencia física o sexual a lo largo de sus vidas. Más de 130 millones de niñas y mujeres han sido sometidas a mutilación genital y otras 30 menores de 15 años se encuentran en riesgo de padecerla. Los matrimonios de niñas siguen siendo una realidad: 250 millones de mujeres lo hicieron con menos de 15 años, incrementando las posibilidades de violencia por sus parejas y, asimismo, frustrando sus posibilidades de continuar en el sistema educativo y de desarrollar una vida digna.
Violencia machista
La violencia de género, además, sigue siendo una sangrante lacra. El pasado 7 de noviembre, Madrid fue escenario de una gran movilización ciudadana contra la violencia machista. En la que se exigió revertir la actual situación de recortes en las políticas de concienciación, prevención y protección de las mujeres afectadas, insistiendo en que este asunto debe ocupar un lugar relevante en la agenda política e institucional.
Sin duda debe ser así. En el Estado español se ha avanzado mucho en el terreno de la igualdad entre mujeres y hombres desde el fin de la dictadura franquista. En el plano legislativo con normativas que apuestan claramente por impedir cualquier tipo de discriminación y por proteger a las víctimas de la violencia de género.
Sin embargo, sabemos que esto no es suficiente: en el plano económico, lo denuncian reiteradamente sindicatos y asociaciones feministas, las mujeres continúan cobrando menos que los hombres. Y en el desgarrador asunto de la violencia siguen produciéndose, de forma cotidiana, esos atentados contra la libertad, la dignidad y la vida de las mujeres. Unas 800 han sido asesinadas en España por sus parejas o exparejas desde 2003, primer año en el que se cuenta con estadísticas oficiales de víctimas mortales de violencia de género.
Estas últimas semanas hemos sufrido un repunte en los casos más brutales de violencia machista, con varias mujeres asesinadas. Pero detrás hay muchos miles de casos más de malos tratos, que no se hacen públicos, con terribles consecuencias para quienes los padecen.
Desde Nueva Canarias queremos contribuir, en todos nuestros ámbitos de actuación, dentro y fuera de las instituciones, a superar la violencia machista y avanzar hacia una auténtica igualdad.
No debemos olvidar que detrás de esos comportamientos se encuentra la desigualdad entre hombres y mujeres y la consideración de propiedad que todavía numerosos varones mantienen sobre las mujeres, no soportando que éstas avancen en autonomía personal o que decidan poner final a una relación.
Retroceso
En los últimos años se ha producido un retroceso en las políticas públicas en este ámbito. En este sentido, el pasado mes de julio, la Convención de la ONU por la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra las Mujeres (Cedaw) emitía un informe en el que destacaba que las medidas de austeridad y recortes adoptadas por el Gobierno español habían tenido un negativo impacto sobre la situación de las mujeres.
Resultan igualmente preocupantes distintas investigaciones sociológicas en las que personas jóvenes, educadas en valores democráticos, muestran sus ideas profundamente machistas: justificando el control sobre el trabajo, los estudios, el ocio y las amistades de sus compañeras e incluso disculpando la violencia física o psicológica.
Por otra parte, este no es un tema exclusivo de las mujeres. Los hombres también podemos y debemos contribuir en esta batalla por los derechos humanos y por la igualdad. Para acabar con tanto miedo y tanto injusto sufrimiento. Para hacer una sociedad mejor.
Como bien señala el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, “todos somos responsables de prevenir y poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas, comenzando por eliminar la cultura de discriminación que permite que esa violencia continúe”. Para ello es preciso reflexionar y sensibilizar, como pretenden conmemoraciones como este 25N. Y, sobre todo, actuar eficazmente contra la violencia de género desde todos los espacios de la sociedad.
Desde Nueva Canarias nos sumamos, por ello, a la reclamación de un pacto de Estado que, desde una visión integral, sitúe en lugar prioritario el conjunto de políticas, que -desde los ámbitos educativo, judicial, policial, mediático…- contribuyan a combatir la violencia de género. A ello debe aplicarse sin demoras el Gobierno que surja tras los comicios del próximo 20 de diciembre.