El caso está casi cerrado
{mosimage}C7.- La mató machacándole la cabeza, furioso tras perder a un juego bélico y violento porque le había interrumpido. El homicida de Saray, su vecino Alberto M.P., de 18 años, relató este jueves ante el juez cómo había acabado con la vida de la joven de 26 años. Ya está en prisión.
Alberto M.P., nacido en Las Palmas de Gran Canaria el 8 de febrero 1997 (18 años) y estudiante de primero de Informática en la ULPGC, confesó ante el magistrado Javier García García-Sotoca que en la tarde del martes 27 de octubre mató a su vecina del piso de arriba Saray G.G:, una universitaria palmera de 26 años, furioso con ella tras discutir después de perder una partida on line en su consola de videojuegos.
El magistrado instructor del caso como titular del Juzgado de Instrucción número siete de Las Palmas de Gran Canaria, Javier García García-Sotoca, acordó en la mañana de ayer, tras escuchar el relato del crimen y a petición del fiscal Pedro Gimeno, el ingreso en prisión preventiva del joven como presunto autor de un delito de asesinato. Según ha podido saber este periódico de fuentes cercanas a la investigación, el acusado, asistido por la abogada particular Lorena de Fätima Reigoza –especialista en Derecho Civil, al parecer amiga de la familia del joven– relató ante el juez con gran frialdad cómo había consulado el crimen. Ya lo había hecho en la tarde del miércoles ante la Brigada de la Policía Judicial, que lo detuvo el martes tras dos semanas exactas de investigación.
Este periódico avanzó en exclusiva el pasado viernes 30 de octubre, en la información titulada «La sospecha apunta a un vecino enemistado», que los investigadores centraban sus sospechas en un joven de entre 16 y 18 años, vecino de la víctima que supuestamente estaba enemistada con ella. La Policía sólo esperaba a las pruebas del laboratorio de genética forense para llevar a cabo la detención, y al parecer llegaron a sus manos esta semana, evidenciando que en la escena del crimen había restos orgánicos indubitados de Alberto M.P.
El joven prestó su colaboración con la policía desde el momento en el que fue detenido y ya confesó en su comparecencia del miércoles en la Jefatura Superior. El caso está casi cerrado.