Un modelo basado en energías renovables ya no es una cuestión técnica, solo de voluntad política, subrayan el Cabildo y Greenpeace
{mosimage}El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, anunció hoy que prevé elevar la aprobación definitiva del Consejo Insular de la Energía al próximo pleno para gestionar desde este órgano el cambio de modelo energético de la Isla, un objetivo que ya no es una cuestión técnica, sino de voluntad política, tal como coincidió con las representantes de Greenpeace.
La organización ecologista eligió el Cabildo para presentar los detalles del estudio en el que demuestran que la Isla puede ser cien por cien renovable en 35 años, algo a lo que la sociedad civil puede ayudar con su presión a las administraciones para que remuevan los obstáculos, pues lograr el cambio precisa de la participación de todas las instituciones, y también de la concienciación de la propia sociedad, que puede lograr un ahorro energético de hasta del 37 por ciento.
El Consejo de Insular de la Energía albergará, además, el nuevo Consorcio de la Energía que dará cabida a los municipios y organizaciones ciudadanas que quieran ser partícipes de la generación de los parques eólicos, lo que se sumará a las acciones de ayuda, asesoramiento, creación de nuevas empresas, autoconsumo y puesta en marcha de diversidad de proyectos, todos encaminados a la soberanía energética de Gran Canaria.
Anunció Antonio Morales, asimismo, que reproducirá en el Cabildo de Gran Canaria la política de la Mancomunidad del Sureste, donde los vehículos fueron sustituidos por modelos eléctricos con su correspondiente aerogenerador para verter a la red la energía que consumen, lo que conlleva un ahorro de varios euros por cada cien kilómetros.
La falta de voluntad política para lograr la penetración de las renovables se pone de relieve en un sinfín de medidas denunciadas tanto por el presidente insular como por Greenpeace, desde el impuesto del sol, que aunque ya no afecta a Canarias mantiene la prerrogativa de que este extrema sea cambiado con su consiguiente inseguridad jurídica, las primas a los fósiles y no a las renovables, o las reticencias de AENA a modificar las señales y retirar las obsoletas para que no sirvan de impedimento a la instalación de aerogeneradores en la zona, algo que Morales recordó que se le ofreció incluso costear.
También hay que impedir, alertó el representante de Ben Magec, Eugenio Reyes, que se instale en el puerto la central de producción de biomasa por la que se pretende quemar madera de África que, solo el coste y la huella ecológica de su transporte, causa un perjuicio cuatro veces superior a sus posibles ventajas.
Las representantes de Greenpeace Marina Bevacqua y Emily Rochon insistieron en que la energía convencional es más cara de producir en Canarias y que el archipiélago cuenta con las mejores condiciones para ser renovable en 2050 y evitar así ser uno de los territorios más afectados por el cambio climático.