La parlamentaria socialista subrayó que el diseño del documento y el posterior plan “deben responder al principio de ‘nada para las personas con discapacidad sin las personas con discapacidad”, en una apuesta clara por la participación de los colectivos. “Queremos disponer de esa herramienta idónea para avanzar en los próximos años en las políticas públicas de discapacidad, realidad que está en la agenda de este Gobierno, como lo demuestran la constitución de una comisión parlamentaria exclusiva sobre estas cuestiones o la creación de la Dirección General de Discapacidad y Dependencia”.
Recordó que las personas con discapacidad conforman uno de los grupos más vulnerables de la sociedad, representando el 8 por ciento de la población en España y el 7 por ciento en Canarias, aunque este porcentaje alcanza el 15 por ciento en el caso de salud mental. “Para el PSOE, mejorar a calidad de vida de las 160.000 personas con discapacidad en Canarias es una cuestión decisiva, lo que exige que las administraciones con competencias en la materia formulen políticas y programas eficaces con un impacto real en sus vidas”, expresó.
Según dijo, una reflexión sobre las carencias actuales al respecto y las demandas reales de este colectivo debe conducir a una planificación rigurosa a largo plazo que analice cada una de ellas y disponga los objetivos, las actividades, los recursos y los plazos más convenientes. Subrayó que Canarias precisa de un segundo plan de atención a las personas con discapacidad que sea la hoja de ruta de las futuras políticas públicas en la materia, para lo que apostó por un diagnóstico de la situación actual.
Esa herramienta, dijo, sería el Libro Blanco que debe contener datos sobre mercado laboral, educación, pobreza, exclusión social, accesibilidad o igualdad, entre otros. “Estaremos vigilantes para que tanto este instrumento como el segundo plan, sean cuales sean las circunstancias, no permanezcan ociosos, cuando hay tanto aún que mejorar”, aseguró.