El director de Cáritas Diocesana de Tenerife, Leonardo Ruiz del Castillo, explica que “se trata de un conjunto de acciones de sensibilización, denuncia e incidencia política destinadas a concienciar sobre la realidad de las personas sin hogar, en especial las que mayor exclusión sufren, las personas que viven en la calle, y cuyo fin último es generar cambios que conduzcan a la mejora de su situación”.
En este contexto, desde Cáritas Diocesana de Tenerife se ha previsto la realización de una marcha el martes 24 de noviembre, a las 12:00 horas, desde la plaza Weyler hasta el Parlamento de Canarias, donde se leerá un manifiesto para concienciar sobre la urgencia de garantizar el derecho al acceso a una vivienda digna y adecuada a las personas sin hogar, teniendo en cuenta que los datos sobre personas sin hogar se alejan del propósito que se marcó al inicio de la campaña de que en 2015 nadie dormiría en la calle. “Lejos de disminuir, en los últimos años se ha registrado una tendencia al alza que supone un drama para miles de personas”, apunta Ruiz del Castillo.
Igualmente, durante este mes de noviembre, la entidad expone una lona en la fachada de sus oficinas centrales ubicadas en la capital tinerfeña con el mensaje de la campaña, se realizarán exposiciones y se crearán mesas informativas, además de divulgar la campaña en centros educativos y a través de las redes sociales para reforzar la difusión de sus reivindicaciones.
De forma paralela y para finalizar el programa de actuaciones, el domingo 29 de noviembre, día de las Personas en situación de Sin Hogar, la entidad celebrará un almuerzo solidario en el municipio de Puerto de la Cruz y sonarán retoques de campana en todas las iglesias de la Diócesis.
Cinco años de peticiones
La campaña fue fruto del acuerdo del Parlamento Europeo en 2008 para acabar con el sinhogarismo en el año 2015 y planteó, por una parte, la necesidad de inclusión de estas personas en el conjunto de la ciudadanía, porque forman parte de la misma sociedad y porque no puede haber dos categorías de ciudadanos. Y, por otra, la necesidad de garantizar el acceso real a los derechos sociales, para lo cual es preciso habilitar las herramientas y vías necesarias para propiciar el acceso de una manera universal y, de forma especial, a aquellas personas que sufren un mayor grado de exclusión y que son más vulnerables.
Cáritas reclama que, a pesar de los objetivos marcados, los datos no son alentadores, ya que más de 30.000 personas se encuentran viviendo en la calle en España, según los datos de la fePsh (Federación de Entidades de Apoyo a las Personas sin hogar). Asimismo, FEANTSA estima que pueden ser más de 400.000 personas las que se encuentren viviendo en la calle en toda Europa.
“Más allá de la indignidad de las cifras, que exista una sola persona viviendo sin hogar supone un drama que debe movilizarnos y comprometernos a todos. De hecho, no se están dando las condiciones necesarias para que se reduzcan estos números. Lejos de ello, estamos asistiendo a una vulnerabilización y precarización cada vez mayor de las condiciones de vida y recursos existentes que sin duda nos hace más frágiles, y facilita que se produzcan situaciones de exclusión”, afirma Leonardo Ruiz del Castillo.
Por todo ello, Cáritas hace un llamamiento al conjunto de la sociedad a seguir trabajando, a estar presentes en los diferentes escenarios de participación y toma de decisiones, y a movilizarse para que todas las personas puedan vivir con dignidad, recordando que un hogar no solo es un espacio físico, sino que la vivienda debe procurar que el ser humano pueda tener calidad de vida, cubrir sus necesidades y encontrar satisfacción en el vivir.