Después, Ángela González, cuyo exmarido asesinó a la hija de ambos en un régimen de visitas sin supervisión, ha leído el manifiesto antes de comenzar el recorrido. Durante la lectura de González, arropada por todos los asistentes, varios integrantes de la formación política Vox han sacado unas pancartas con los lemas "ni machismo ni feminismo" o "la violencia no tiene género", que ha suscitado una reacción automática de las personas que estaban alrededor. Finalmente, la policía ha decidido intervenir y ha invitado a los integrantes de la formación a abandonar la manifestación, según ha informado la cadena Ser.
Tras esta breve interrupción, Ángela ha continuado: "No podemos permitir ni un asesinato más, queremos a nuestros hijos vivos, nosotras nos queremos vivas". La lectura ha terminado con los aplausos de los asistentes al grito de "basta ya".
La marcha, que se ha extendido desde Atocha, pasando por Cibeles hasta Plaza de España, ha estado guiada por una cabecera formada por mujeres supervivientes de la violencia machista y representantes del movimiento feminista. María, Luis y Susana no pueden contener la emoción. Han venido desde Jaén con el objetivo de visibilizar "que al asesinato continuo de mujeres no se le está dando una respuesta adecuada por parte del Gobierno, ni en cuestión de presupuesto ni de interés", ha denunciado Susana.
Bajo un sol que también calienta en noviembre, se ha respirado un ambiente reivindicativo. Los lemas son tantos como razones para acudir a la marcha: "Son asesinos, no son locos", "basta ya de terrorismo patriarcal", "no son muertas, son asesinadas", "no quiero tu piropo, quiero tu respeto", "no es un arrebato, es asesinato". Los gritos, al unísono, desgarran el silencio que somete a las víctimas. Ellas también están allí, y también gritan. Sin miedo.
La marcha ha hecho su primera parada en Cibeles, donde el colectivo Generando Arte ha colocado flores de color violeta en los laterales de la fuente. La plaza rebosaba de personas -según la organización al menos 200.000- que han salido a la calle para exigir que la violencia de género sea considerada una cuestión de Estado. También para reclamar que se reviertan los recortes en Igualdad y la revisión de la Ley Integral contra la Violencia de Género para ampliar, entre otras cuestiones, la consideración de víctimas de violencia machista fuera del marco de la relación de pareja.
Ya en Gran Vía, las asistentes animaban a las personas que caminaban por la acera a sumarse: "No nos mires, únete". Aurora, de la Asociación de Gitanas Feministas por la Diversidad ha sido una de las mujeres que ha leido parte del manifiesto en Plaza de España. "Las gitanas también sufrimos violencia de género, al igual que el resto de mujeres, y hay que visibilizarlo", apunta. "Porque lo que no se ve, no existe".
El segundo receso de la marcha ha tenido lugar en la esquina de Gran Vía con la calle Montera. Allí, el Bloque Feminista Estudiantil ha desplegado una tela negra en el suelo y la han llenado de perchas (símbolo del aborto) y de pintura roja en señal de protesta por la última modificación relativa a la interrupción del embarazo, que impide abortar a las menores sin consentimiento de sus padres, madres o tutores.
Sentada en Gran Vía, al final de la marcha del 7N. / Marta Borraz
En la plaza de Callao, un grupo de mujeres se ha unido a la manifestación en representación de las siete mujeres que llevan siete días en huelga de hambre en la Puerta del Sol contra la la violencia machista. Una huelga que finalizarán hoy porque "ya no pueden más", dice una de ellas.
Otro de los objetivos de esta marcha es hacer visibles y extirpar de la "normalidad" las otras violencias, en plural, porque "no solo se da en el ámbito de la pareja o expareja, también las agresiones sexuales son violencia e igualmente se da en el entorno laboral, social, en las relaciones familiares, la publicidad o los medios", dice Noelia Landete, de la comisión de comunicación. El pasado 30 de octubre, la Asamblea 7N lanzó en Twitter el hashtag #ViolenciaMachistaEs, que al poco tiempo se convirtió en tendencia.
La marcha ha concluido en plaza de España, con la lectura de un segundo manifiesto en todas las lenguas oficiales. Para escucharlo, todos y todas las asistentes se han sentado en el suelo. La sentada no solo ha copado toda la plaza, se ha extiendido por los casi dos kilómetros que ocupa la Gran Vía.
Llegada de la cabecera de la manifestación estatal contra la violencias machistas a plaza de España. / Mercedes Domenech
Llegada de la cabecera de la manifestación estatal contra la violencias machistas a plaza de España. / Mercedes Domenech
La Solfónica ha sido la encargada de clausurar el acto. Ha entonado piezas cargadas de simbolismo, entre ellas, 'Por qué cantamos' de Mario Benedetti: "Usted preguntará por qué cantamos / Y cantamos porque el río está sonando / y suena el río / Cantamos porque el cruel no tiene nombre / y, en cambio, tiene nombre su destino".
Todos los partidos han confirmado de un modo u otro su presencia en la marcha. El PSOE ha decidido manifestar un apoyo sin fisuras a la convocatoria y ha sido el propio Pedro Sánchez quien ha asistido a la manifestación acompañado de parte de su ejecutiva. En Podemos también se ha apostado rotundamente por la convocatoria con la presencia de Pablo Iglesias.
Las alcaldesas de Madrid y Barcelona, Manuela Carmena y Ada Colau, han salido asimismo a la calle, portando entre sus manos una de las grandes pancartas. En el recorrido también se ha podido ver a Alberto Garzón, candidato de Unidad Popular en las próximas generales y a Mónica Oltra, vicepresidenta de la Generalitat Valenciana. En representación de Ciudadanos, que tenía a su cúpula en Cádiz, ha estado la concejala madrileña Begoña Villacís.