{mosimage}Desde la Asamblea del Movimiento Estudiantil Canario (AMEC) se “coincide” con parte del análisis que se ofrece desde el Vicerrectorado de Estudiantes de la ULL a la hora de explicar el abandono de casi 3000 estudiantes en los últimos dos cursos, pero, de la misma forma, ven pertinente “un análisis más profundo de la realidad universitaria lagunera”. Desde AMEC, coinciden en afirma que “la crisis, las políticas de tasas y becas, y la normativa de permanencia” son causas objetivas que están haciendo abandonar las aulas de forma masiva, siendo el ejecutivo autonómico y el Ministerio los principales responsables; aunque, para la asamblea, “desde la Universidad no deben olvidar su particular responsabilidad en este tema”.
Futuro lastrado
Política desastrosa
En otro orden de cosas, desde AMEC se critica la política seguida por la ULL con respecto a la extinción de titulaciones, política que consideran “desastrosa” y que “ha provocado también el abandono de cientos de estudiantes”. Así, “el actual equipo de gobierno no ha hecho prácticamente nada por cambiar la estrategia trazada por Eduardo Doménech Martínez en esta materia”. La asamblea “no entiende las razones que tiene el actual rector, Antonio Martinón Cejas, para no romper con la dinámica del anterior equipo de gobierno”. Para los estudiantes, la ruptura “debe pasar primero por la doble auditoría de la ULL: contable y administrativa”, auditoría que precisamente solicitó AMEC el pasado mes de junio. De la misma forma, se deben revisar todas aquellas normativas y reglamentos desarrollados al amparo del anterior equipo de gobierno, reglamentos que no ofrecen soluciones al alumnado, sino todo lo contario. Entre otras muchas cosas, “la exigencia del B1 de inglés para acceder a los másteres está dejando fuera a muchos estudiantes”. Se debe recordar, como se manifestó desde la propia institución, que “la ULL es la única universidad española que, con carácter general, exige un nivel específico de idiomas para el acceso a todos los másteres”.
Pasar a la acción
En definitiva, AMEC entiende que “la Universidad no debe seguir esperando la complacencia del Gobierno de Canarias, sino que debe pasar a la acción”. En este sentido, “el rector debe asumir su responsabilidad frente a la sociedad canaria y debe propiciar la movilización de toda la comunidad universitaria”. Se entiende que no se debe seguir “suplicando” una mayor dedicación del Gobierno canario con la ULL y sus estudiantes, sino que “se le debe exigir un trato adecuado y prioritario”. Como contrapartida, la Universidad “debe ofrecer a la sociedad canaria total transparencia y una mejora sustancial de la calidad educativa”.