Lois Pérez Leira. Secretario General de Nova Esquerda Socialista- Galega e Integrante a La Izquierda.
{mosimage}El 9 de noviembre puede convertirse sin ninguna duda, en un día histórico para Cataluña y el resto de los pueblos del Estado español. Ese día su parlamento dará el primer paso oficial, para declarar la independencia de esta nación hermana. Galicia y Catalunya han mantenido históricamente estrechos vínculos, políticos, sociales, económicos, culturales y migratorios.
Detenido en Francia Lluís Companys es trasladado hasta la frontera española y desde allí a la Dirección General de Seguridad en Madrid. Permaneció hasta el 3 de octubre de 1940, siendo interrogado y salvajemente torturado.
Desde ahí fue enviado al Castillo de Montjuic, que servía de prisión. Allí fue juzgado en consejo de guerra el 14 de octubre. Como había sido juzgado en rebeldía en aplicación retroactiva de la Ley de Responsabilidades Políticas por un tribunal especial de Barcelona, sólo fue juzgado y sentenciado por «Adhesión a la rebelión militar», en una única jornada por un tribunal militar sumarísimo sin garantías. Tras un juicio que duró unas pocas horas, fue sentenciado a morir fusilado. El fusilamiento tuvo lugar al alba del día siguiente, 15 de octubre de 1940, en el foso de Santa Eulalia del castillo de Montjuic.
Mi suegro Leonardo recordaba: “Al llegar Lluís Companys al castillo comenzó a correr el rumor de su presencia. Los oficiales mantenían en secreto su estancia. Intentaron que la parodia de juicio y su posterior fusilamiento fuera lo más rápido posible. El día de ejecución por la madrugada, la misión fue realizada por un pelotón de militares profesionales. Nosotros los soldados teníamos prohibido presenciar este autentico asesinato. Con una par de soldados amigos, nos la amañamos para poder ver desde un pequeño lugar de la muralla de piedra, lo que posteriormente iría a suceder. El piquete de soldados los trasladó hasta un muro del Castillo. Antes de que el pelotón procediera a disparar, le solicito al oficial a cargo, como última voluntad que no le vendaran los ojos. Antes que las balas perforaran su cuerpo, levanto el puño y grito ¡muero por Cataluña! Mi suegro que provenía de la zona minera del Bierzo, de tradición socialista, al emigrar a la Argentina se afilio al Partido Comunista Argentino y mantuvo una férrea actitud antifranquista. Hasta muy poco tiempo de su muerte, nos seguía contando esta historia con emoción, que lo marco para toda su vida.
La muerte por Catalunya de Lluís Companys, como la lucha de Francesc Macià y su pueblo, por declarar en varias ocasiones el Estado Catalán, ha calado hondamente en la conciencia colectiva de todos los catalanes.
Este 9 de noviembre se inicia una irreversible etapa de ruptura democrática, que tiene como epicentro a Cataluña y debe terminar en un proceso constituyente en todo el Estado español.
Las autenticas izquierdas deberán posicionarse ante este acontecimiento, o son consecuentes en la defensa de los derechos de autodeterminación de los pueblos o continúan defendiendo al nacionalismo español y su herencia neo franquista.
La izquierda española en su pasado había reivindicado y defendido teóricamente estos derechos. En el XI Congreso de PSOE realizado en Madrid en julio de 1918, deciden incorporar el derecho de autodeterminación a su programa.
Posteriormente el Congreso de Suresnes del PSOE en 1974 retoma este derecho. La resolución Numero 11 de este congreso señalaba: “Reconocimiento del derecho de autodeterminación de todas las nacionalidades ibéricas.”
Lo mismo acontece con el Partido Comunista de España, que durante la Segunda República, lo incorpora a su programa y lo reafirma en posteriores congresos.
A pesar de ello la mayoría de las organizaciones denominadas de izquierdas, donde ahora hay que sumar a Podemos, (aunque no se reivindique como tal) asumen el derecho a decidir, pero a la hora de tomar una definición, siguen apostando por la España: Una, Grande y Libre.
Galicia debe seguir este camino de Catalunya, de soberanía y dignidad nacional. Por ello debemos de iniciar un proceso constituyente que nos conduzca a la Republica Galega.