«En 40 años de democracia ningún gobierno en Portugal había dependido nunca del apoyo de las fuerzas antieuropeas, como las fuerzas que hacen campaña para abrogar el Tratado de Lisboa, el Pacto Presupuestario, el Pacto de Crecimiento y Estabilidad, así como para desmantelar la unión monetaria y salir del euro, sin mencionar la salida de la OTAN», declaró el presidente Cavaco Silva.
El presidente Cavaco Silva se justificó alegando que la mayoría de los electores no había votado por una salida del euro –lo cual es cierto– pero no mencionó el movimiento popular que exige que Portugal rompa con la política de austeridad de la Troika.
La decisión del presidente Cavaco Silva, equivalente a un golpe de Estado ya que rompe con las reglas de la Constitución portuguesa, constituye la primera manifestación institucional de la prohibición a los adversarios políticos de la OTAN de participar en el gobierno en un país de la Unión Europea.
Ello demuestra que el principio que dio lugar a la aparición de la red secreta designada como Gladio se mantiene en vigor después de la desaparición de la Unión Soviética.