{mosimage}Eligio Hernández
La izquierda clásica marxista ha sido siempre, desde la revolución bolchevique de 1917, el paradigma del internacionalismo, pero ahora, sectores minoritarios de la izquierda, y, sobre todo, Ezquerra Republicana de Cataluña, histórico partido de la izquierda catalana, han puesto los irracionales sentimientos identitarios por encima de la justicia social y de la lucha por las cada vez más crecientes desigualdades sociales, con el cínico argumento, intelectual y políticamente deshonesto, de que se han tenido que unir a las élites económicas catalanas para liberar a Cataluña del neoliberalismo y de la corrupción española, ignorando, deliberadamente, que Convergencia ha sido el arquetipo español del neoliberalismo económico, del capitalismo financiero, y de la corrupción.
ERC ha roto con su trayectoria histórica de colaboración en la gobernabilidad democrática de España. El Front d´Esquerres, creado en torno a ERC, formó parte de Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, en las que sacó 37 de un total de 263 diputados. ERC tuvo, durante la II República, en los Gobiernos de Azaña, Martínez Barrios, Largo Caballero y Juan Negrin, estos dos últimos durante la guerra civil, los seis ministros siguientes: Jaime Carner Romen (Hacienda), Luis Companys (Marina), Carles Pi Sunyer (Trabajo), Juan Lluhi Vallesca(agricultura), José Tomás Piera(Trabajo) y Jaime Ayguader y Miró(Trabajo). También ha roto el legado de Tarradellas, fundador de ERC, que pensaba que “Cataluña debe entender al pueblo español e integrarse en él”. El histórico presidente de la Generalitat, exiliado republicano, jamás hubiese pactado con Convergencia.
Las Constituciones de la Unión Soviética habían reconocido el derecho de autodeterminación en favor de las distintas repúblicas que la componían, pero los movimientos nacionalistas se consideraron desviaciones burguesas y fueron duramente reprimidos por Stalin, que paradójicamente, teorizó sobre el derecho a la autodeterminación en su famoso libro El marxismo y la cuestión nacional. La socialista marxista Rosa Luxemburgo sostuvo que el derecho a la separación de toda nación significa, en realidad, sostener el nacionalismo burgués. Tito proporcionó una adecuada solución federal a la complejidad que revestía la integración en un sólo Estado de las nacionalidades que constituyeron la segunda Yugoslavia (1943-1991) que, al disolverse, los serbios, croatas, eslovenos, bosnios, macedonios y montenegrinos, se mataron como animales. Se equivoca ERC si cree que con la independencia de Cataluña va a gobernar la izquierda. Basta el ejemplo de Ucrania, la más importante de las repúblicas soviéticas, en la que gobierna la ultraderecha.
De todos los autores marxistas que estudiaron el tema del derecho de las naciones a la autodeterminación, sin duda, es Lenin el que más profundizó en él, pero siempre lo condicionó a los intereses supremos de la lucha por la emancipación del proletariado. Para Carlos Marx el derecho a la autodeterminación es “un invento de la burguesía para dividir al proletariado”, y, en todo caso, “debe subordinarse siempre a la emancipación de los trabajadores”. No nos engañemos, ha dicho el catedrático de izquierdas catalán Vicenç Navarro en el diario Público del 24 de junio de 2010: “Las clases dominantes de las diferentes naciones de España se aliaron para derrotar a la República, siendo los nacionalistas conservadores y liberales catalanes de los años treinta los mayores promotores en Catalunya del golpe militar que persiguió con mayor brutalidad la identidad catalana. El retraso social de Cataluña, no se debe exclusivamente o primordialmente al déficit fiscal que Cataluña tiene con el Estado español,- cuyo crecimiento ha sido facilitado por las políticas públicas promovidas por los nacionalistas conservadores y liberales (de reducción de impuestos y de reformas fiscales regresivas), aprobadas en alianza con las mismas clases a nivel del Estado español,- sino que responde a la excesiva influencia política de las clases pudientes en Cataluña que no pagan los impuestos que pagan sus homólogos en el promedio de países de la UE-15. Cataluña, cuyo PIB per cápita es ya el 119% del promedio de los países más ricos de la Unión Europea, es decir, de la UE-15, se gasta en su estado del bienestar (o lo que es lo mismo, su gasto público social por habitante), sólo un 73% del promedio de la UE-15”.
El gobierno que formen Junts pel Si ( Convergencia y ERC) y la CUP, aunque Más no sea presidente, ocasionará el desgobierno de Cataluña, pues el lobo y el cordero no pueden dormir en la misma cama.