EL BAR DE PEPE
Joaquín Hernández
{mosimage}La palabra sudaca es, según la definición del Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, una expresión despectiva utilizada en España para referirse a los naturales de América del Sur.
El 12 de Octubre queremos celebrar una hermandad inexistente. El día de la Hispanidad es una solemne mentira encubierta en un lenguaje común; el español.
La gesta de Cristóbal Colón descubridor de “Las Américas” no fue otra cosa que una salvajada, un holocausto de magnitud insospechada, pero que dejaría como unas “travesuras” las ejecuciones de judíos a manos de la Alemania nazi de Hitler.
Nosotros, los españoles, no podemos presumir de llevarles nada a nuestros “hermanos sudamericanos”, porque solo les llevamos enfermedades, miseria u muerte. Muchas fuentes afirman que los españoles conquistaron las tierras de los aztecas y los incas debido a su armamento superior; es cierto que llevaban armas avanzadas para la época, mientras que la población indígena se defendía con sencillos arcos y espadas. Es por esa razón que la fuerza de unos pocos venció a miles y miles de nativos, matando y violando sanguinariamente a la población que encontraban a su paso. Asolamos, arrasamos todo lo que por delante se oponía al saqueo de los ejércitos de Colón.
Los españoles, a lo largo de estos 523 años que han pasado desde aquel 12 de octubre del año de Cristo de 1492, sólo hemos aportado el idioma, nada más y nada menos, Colonizamos todo un continente, esclavizamos todo un continente, extinguimos civilizaciones, impusimos una forma de vida basada en una religión inquisidora, en una monarquía dictatorial, y les pasamos todas nuestras frustraciones, nuestros odios y miedos a una población que hasta aquel fatídico 12 de octubre de 1,492 vivían felices dentro de un mundo al que nosotros dimos en llamar “nuevo”.
Les impusimos nuestra religión y nuestro idioma, al mismo tiempo le trasladábamos nuestros odios y ambiciones. Hasta finales del siglo XIX han estado sometidos a nuestra a la bota de la “madre Patria”, hasta que hartos de estar hartos del Imperio Español se sacudieron el polvo hispano y nos mandaron a casa con el rabo entre las piernas y con más pena que gloria.
¿Qué dejamos los españoles en Sudamérica de lo que nos podamos orgullecer?
Hoy en día seguimos expoliando, asaltando, estafando los recursos naturales de muchos de estos países que aun creen en la solidaridad con el pueblo español. Vamos a ellos a pedirles que nos dejen explotar su petróleo, su gas natural, llevamos nuestras “multinacionales” a “conquistar” nuevamente su riqueza sin importarnos la población a la que volvemos a someter, esta vez económicamente.
Me contaba el ex embajador de la Republica Bolivariana de Venezuela que, a principio del año 2005, el Gobierno de Hugo Chávez compró, a las empresas españolas EADS-CASA y NAVANTIA, 12 aviones y 8 fragatas por un importe de más de 2.000 millones de euros, la oferta de otros países, aun siendo mejorada económicamente, fue desestimada por Chávez al tratarse de empresas de la “Madre Patria”. La paradoja del caso es que mientras nuestras empresas hacían un negocio estupendo y garantizaba el trabajo a un par de miles de obreros españoles, el principal partido de la oposición, Partido Popular, cargaba en contra de la política populista del Presidente Chávez.
Curiosamente, nuestros hermanos sudamericanos cuando traspasan las aduanas españolas, cuando pisan suelo “patrio”, se les exige tanto o más que a un marroquí, turco o chino y es entonces cuando se convierten en “sudacas” y nosotros en xenófobos. La política exterior de España con respecto a los países de América del Sur debe cambiar, tiene que cambiar a menos que seamos los culpable de la intolerancia de las generaciones venideras hacía España y todo lo que suene a español, incluido el pasodoble.
El día 12 de octubre no celebramos nada que tenga que ver con la solidaridad entre pueblos hermanos, porque antes que nada debemos pedir perdón por el genocidio de millones de personas cometido por los “conquistadores”.
“Historiadores y demógrafos suelen coincidir en el hecho de que las enfermedades infecciosas inexistentes en América, portadas por los conquistadores y colonizadores europeos, principalmente la viruela, fueron un factor principal del colapso, afectando masivamente a la población indígena americana que no poseía defensas contra las mismas. También se menciona como causas del colapso a las muertes de indígenas causadas en las guerras y violencia de la conquista, así como por las condiciones de explotación de los indígenas. Los historiadores y demógrafos discrepan acerca de en qué grado contribuyeron unas y otras a la debacle demográfica, pero existe consenso sobre la realimentación de ambos grupos de causas.”
Celebremos pues la matanza colectiva, celebremos pues el holocausto y el genocidio, la barbarie producida por la ambición de la Corona de Castilla y el marinero portugués, es hora de descubrir la verdad encubierta del descubrimiento del “nuevo mundo”.
El día de la hispanidad debe servir como día del perdón de peruanos, colombianos, guatemaltecos, venezolanos, chilenos, ecuatorianos, bolivianos, mexicanos, argentinos, etc. etc. a los españoles descendientes de aquellos conquistadores, que aun después de los siglos de los siglos llevamos llevando la pesada carga de la “conquista de Sudamérica”.