EL BAR DE PEPE
Joaquín Hernández
{mosimage}Sucede que en el Bar de Pepe, desde hace poco tiempo, acude un viejo abogado con el que mantengo largas tertulias hablando de Patria, Justicia y pan. Él que era o fue un antiguo camisa azul, abogado laboralista, me comenta del revuelo que se produjo en España con la salida de los sindicatos verticales de Franco y la entrada de los “verdaderos Sindicatos demócratas de toda la vida”, se refiere a UGT y CCOO.
Me advierte que no tiene nada que ver los primeros Secretarios Generales, Nicolás Redondo y Marcelino Camacho, con los Méndez y Toxo que poco se sabe de sus sueldos ya que la transparencia en sus cuentas es nula. Y es que las cuentas anuales de las dos centrales sindicales mayoritarias no pasan por ningún control estatal. “De hecho, los propios sindicatos admiten indirectamente en su información institucional que son entidades ajenas al control del Tribunal de Cuentas, es decir, el órgano fiscalizador del Estado. Dicho organismo inspecciona, bajo el concepto de «sector público», a la Administración del Estado, a las comunidades autónomas, a las corporaciones locales, algunos servicios de la Seguridad Social, organismos autónomos o entidades públicas, entre otros, pero en el que quedan excluidos los sindicatos, considerados entidades privadas, así como a la patronal.. En este sentido, son las propias centrales sindicales las que ejercen un «autocontrol» de sus cuentas, al pasar un único examen anual por parte de las denominadas «Comisiones de Control Económico». Lo llamativo es que dichas comisiones están integradas por miembros del propio sindicato, que elaboran un informe anual para después elevarlo a los distintos órganos federales para su posterior aprobación. Una particular estructura que hace imposible que alguien externo al sindicato pueda conocer las cuentas de ambas centrales, cuya financiación proviene en gran parte de subvenciones autonómicas y estatales. A menos, por supuesto, que CC OO y UGT decidan hacerlo público en un futuro, como ya lo han hecho diputados, Casa Real o la Iglesia. “De momento, habrá que esperar que cambie la legalidad vigente” me dice dando un sonoro puñetazo encima de la barra del Bar de Pepe.
Le pregunto por la frase de moda y políticamente correcta “legalidad vigente” y el cinismo que conlleva esta frasecita. Lleno de rabia y cabreo de carajo me dice: “Cuando vivía el cabrón (que fue el culpable del asesinato de José Antonio Primo de Rivera) del general Franco, la legalidad vigente era el decretazo y el paredón, en el mejor de los casos la cadena perpetua aparecía como una salvación, sin embargo hoy en día en esta dictacracia que tenemos existe otra clase de paredón y otras penas que perpetuán si no la cárcel si el alma de los individuos. Cuando el gobierno actúa con la mayor impunidad, sin el menor escrúpulo, con alevosía y premeditación tiene la solución perfecta; cambiar la “legalidad vigente” por otra “legalidad más vigente”. Si la opinión pública critica a la familia “real” y dice verdades como puños, pues si con la legalidad vigente no te puede meter un puro, pues se cambia por una nueva “legalidad vigente” y punto y pelota”.
La legalidad vigente está vigente siempre que el partido que gobierne lo haga en solitario, es decir; la mayoría absoluta le da el poder suficiente para estar legislando vigentemente toda la “legislatura vigente”. Es algo parecido al famoso contrato de los hermanos Marx: la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte, pero en versión modernizada aplicada al derecho constitucional.
Las lagunas legales que tiene la “legislación vigente” en cuanto a la posible legalidad de la autodeterminación de los pueblos, teniendo en cuenta las declaraciones del independentista Presidente de la Generalitad, Arthur Más, que ha puesto contra las cuerdas al inepto de Rajoy y su Gobierno y ha producido una especie de diarrea mental a Heil Merkel, la cual, en un acto de defensa de sus territorios, ha dicho: que comparte la posición del Gobierno español ante el debate soberanista de Cataluña y ha defendido la integridad territorial de todos los Estados.
Heil Merkel ha asegurado que su posición era “muy parecida” a la del presidente español, Mariano Rajoy, y ha solicitado “respetar la soberanía e integridad de los territorios de los Estados de la Unión Europea”. Con estos mimbres si hace falta reformar, lo que se dice reformar, pues se reforma y se acabo el problema, o sea se cambia la legislación vigente haciéndola más vigente. De lo que no se entera o no se quiere enterar Heil Merkel y su bufón es que es el pueblo el dueño de su destino, si lo catalanes le dan el voto mayoritario a las opciones separatistas, si acuden todos masivamente a las urnas; el 27 de setiembre Arthur Más podría declarar la independencia de los catalanes del Estado Español y pese a las cuestiones legales y “legalidades vigentes” si entra en prisión Arthur Más y su gobierno estaremos ante un nuevo LLuis Companys en la figura de Arthur Más. Un nuevo héroe en Catalunya es lo menos que le puede interesar a Rajoy y desde luego con la nueva ley que regula la potestad del poder ejecutivo de reglamentar las leyes y sancionar el incumplimiento de las mismas, lo puede hacer.