Lo que se evidencia es que hay un problema estructural y la solución no puede pasar por reformas coyunturales
{mosimage}C7.- El comisionado para la inclusión social y la lucha contra la pobreza detalla en qué consiste exactamente un cargo novedoso en Canarias, que llega con vocación de transversalidad, una especie de ‘Pepito Grillo’ que revoloteará en torno a todas las consejerías del Gobierno.
— Hacía falta la figura y de hecho, según me cuenta, no fue objeto de discusión en el seno de la negociación del pacto. Los comisionados nacieron como figuras coyunturales para asuntos urgentes.
— ¿Por qué ahora y por qué con rango de consejero?
— Porque la dimensión del problema social ha llegado a unos índices preocupantes. A pesar de que el índice de pobreza subió considerablemente durante la crisis, no es menos cierto que es estructural. Y esto no le quita relevancia, sino que lo hace todavía más preocupante. En comunidades como el País Vasco, con el menor índice de pobreza, llevan años haciendo planes de inclusión social contra la pobreza y creo que van ya por el tercero. En Canarias hemos contado con un plan, del año 2008, y el Diputado del Común decía en su informe que no se había cumplido ni el 50% de sus objetivos. Hay que hacer políticas coordinadas y que no tienen que ser solo paliativas, sino preventivas, y la mejor prevención es el empleo. Pero el empleo con ciertas garantías: sin precariedad.
— ¿Pero eso no pone en evidencia que falla el modelo económico, en una región con récords continuos de turismo y tasas de crecimiento en PIB por encima de la media? ¿Eso lo va a resolver el comisionado?
—No lo va a resolver el comisionado. Coincido con los últimos análisis que señalan que del beneficio turístico, aquí se queda en torno a una séptima parte… La misión del comisionado es coordinar las políticas en materias de exclusión social y de pobreza. ¿Y qué políticas son? Yo entiendo que todas. Pongo un ejemplo:ahora se está negociando el REF y algo tan básico como las ayudas al transporte es una medida que influye directamente en el bolsillo de los ciudadanos, o las ayudas del Régimen de Abastecimiento…
— ¿Qué actuaciones concretas cree que hay que hacer dentro de la administración?
— Hay medidas de coordinación que son necesarias, desde los ayuntamientos a los cabildos y la Comunidad Autónoma. Lo hemos visto ahora cuando el Cabildo de Gran Canaria saca un plan urgente contra la pobreza y aparecen ayuntamientos como el de Telde que piden que sus expedientes de ayudas a los vecinos sean tramitados por el propio Cabildo porque ellos no tienen recursos humanos y técnicos. Eso evidencia que algo ha fallado en estos años. Ytambién hay que mejorar la conexión con el Gobierno del Estado.
— ¿Habrá ficha financiera para el plan autonómico contra la pobreza?
— Sí pero eso pasa primero por un diagnóstico, que es la encuesta de necesidades reales que está iniciando ya el Instituto Canario de Estadística, y otro aspecto en paralelo es evaluar la eficiencia y eficacia de la administración autonómica. En esto no es que nos vayamos a meter en asuntos de la Consejería de Presidencia, sino que vamos a sugerir cuestiones para mejorar. ¿El comisionado se meterá en asuntos de Hacienda? No, pero también vamos a sugerir. Recordemos que esta figura la propone la vicepresidenta socialista pero seguidamente el presidente dice que sí y añade que el comisionado va a contar con todos los medios.
— En los años 90, el entonces delegado del Gobierno, socialista para más señas, dijo que Canarias estaba «en riesgo de un caracazo» por la exclusión social. ¿No encontramos en esa situación?
—No estoy en condiciones de plantearlo en esos términos. En Canarias hay una tradición especialmente solidaria en el seno de las familias y eso quizás ayuda a atenuar el impacto. Lo que se evidencia es que hay un problema estructural y la solución no puede pasar por reformas coyunturales: tiene que ver con la financiación autonómica, pero también con un reparto justo, con fiscalidad, con distribución de la riqueza, con iniciativas innovadoras de empleo, con la colaboración de lo privado y lo público, con innovación en la actividad empresarial, y que tiene que ver también con competitividad, pero sin que ésta vaya asociada a la precariedad… Insisto en la precariedad porque hay un dato que conviene recordar: los salarios de los trabajadores españoles en estos años se han congelado y han bajado, mientras que en el 2013 los salarios de los directivos de empresa crecieron un 6,9% y en el 2014 un 10%. Y los del Ibex-35, ¡un 26% en el último año! Hay que hacer por tanto un esfuerzo de corresponsabilidad salarial.
— ¿Ha mencionado usted financiación estatal e incluso el REF? ¿Es una forma elegante de decir que en la última cumbre Canarias-Estado faltó un recordatorio al Gobierno central de que debe implicarse en la lucha contra la pobreza en Canarias?
— Yo no estaba allí y creo que esa primera reunión fue, como no puede ser de otra manera, de cortesía. Fue una primera aproximación y cuando uno se sienta por primera vez en una mesa, no puede ir dando puñetazos. Además, hay una importante carga de provisionalidad, porque tenemos un Gobierno central saliente, que se ha apresurado a presentar unos presupuestos en agosto y a acelerar su tramitación en las Cortes. Yo prefiero quedarme con el hecho de que hay algunos que no hemos cogido vacaciones aquí porque la pobreza no coge vacaciones, mientras que hay otros que intentan maquillar un presupuesto y plantear unas cuentas electoralistas. Yademás un presupuesto especialmente grave para Canarias, porque seguimos perdiendo unos 600 millones de euros en materia de convenios y los 42 millones en materia de políticas laborales. E insisto en esta última partida porque, como digo, nos corresponde y es un dinero clave para el empleo.
— Se ha sentado usted con las ONG. ¿Qué es lo más urgente que piden?
— Más agilidad en los trámites. Están muy contentos con que se legisle el denominado tercer sector, porque eso les dará seguridad jurídica y capacidad de interlocución directa con el Gobierno de Canarias.