{mosimage}El Parlamento griego ha aprobado esta mañana, y tras un tenso debate, el acuerdo para el tercer rescate; Atenas cumple así las exigencias pactadas con los acreedores para acceder a la ayuda. El panorama futuro para el Gobierno de Alexis Tsipras es, sin embargo, ya que deberá aplicar reformas y medidas en sólo mes y medio que cuentan con una durísima oposición interna. En octubre tendrá lugar la primera revisión del programa de rescate.
Tsipras defendió el tercer rescate del país como una "elección forzosa" del Gobierno, que tuvo que elegir entre un programa de ayuda con el euro o el "suicidio" del dracma como moneda
A pesar de la fuerte oposición interna, Tsipras no se dejó amilanar y siguió adelante con su compromiso con la troika. En su discurso en la Cámara griega, defendió hoy el acuerdo para el tercer rescate del país como una "elección forzosa" del Gobierno, que tras "agotar todas las vías de negociación", tuvo que elegir entre un programa de ayuda con el euro o el dracma como moneda nacional. "Ante un ultimátum para la salida temporal de Grecia de la eurozona, tomamos la responsabilidad hacia el pueblo griego de seguir con vida y continuar la lucha en lugar de elegir el suicidio (la salida del euro)", dijo Tsipras en su discurso ante el pleno del Parlamento.
El primer ministro dijo no arrepentirse de haber tomado esta decisión y aunque reconoció que el rescate no es un triunfo, aseguró que es la mejor opción que tenía el país en un momento de asfixia financiera. Recalcó que Grecia se encuentra en una "coyuntura crítica" y es "responsabilidad de todos asegurar la capacidad del país para sobrevivir y seguir luchando" y apuntó que ésta "es la responsabilidad nacional más grande". "Desde el 25 de enero, tanto en el exterior como en el interior, algunos tratan de atacar a este Gobierno", aseguró e instó al resto de partidos a no facilitar a "los círculos ultraconservadores de Europa que torpedeen el acuerdo", de los que dijo que no tienen "otro objetivo que el castigo de nuestra gente".