Nieves Rodríguez Rivera
{mosimage}Aquí nunca pasa nada… Ese debería ser el lema de la nueva campaña electoral para las islas. Aquí nunca pasa nada. Eso es lo que debo repetirme cada mañana para seguir entendiendo a mi gente y poder seguir haciendo mi trabajo con un mínimo de coherencia.
Todo es efímero y banal. Dentro de unos días estaremos en la playa y nada importa. No pasa nada. El buenrollismo de nuestro presidente con Soria no ha servido de nada. De nuevo se desprecia a Canarias en los presupuesto. Ni sirvió los ajuste que hicieron ni que se hayan cumplido el objetivo de déficit y de estabilidad presupuestaria y de deuda pública. Nuestra especial singularidad y lejanía no es comprendida por el señor ministro de Economía, Montoro. Tampoco sirvieron las veleidades de Clavijo con Soria y su empeño en introducir el gas en Canarias.
Aquí en las islas se premia a quien no cumple con la legalidad y sino que se lo pregunten a Miguel A. Ramírez empresario imputado, indultado y acusado de esclavismo con sus trabajadores. La Confederación Canaria de empresarios lo ha premiado firmando un convenio con Ralons, su empresa. Levantémonos todos y aplaudamos a la Confederación Canaria de Empresarios, la misma que dice que el gas abaratará los costes cuando todo el que haya vivido en la península sabe que es tan caro como la luz.
Los vasos comunicantes de la políticos y empresarios son imprevisibles. La especie de logia política que rige en las islas está bien pertrechada. Ya lo he dicho, amigos, aquí por estos lares nunca pasa. Mientras los canarios nos atacamos entre nosotros, cualquier excusa es buena para comenzar con el pleito insular, la Canarias servil y mansa que sirve a los intereses empresariales hace su agosto.
Deberíamos aprender de los de los catalanes, a los que Clavijo desprecia ante el rey. Quizás algún día aprenderemos los canarios que no hay que doblegarse para ser respetados.
Lo he dicho, somos nuestro peor enemigo.