Pedro González Cánovas. Miembro de Alternativa Nacionalista Canaria
{mosimage}Soy negro: y eso no es fácil en Canarias. Yo soy negro desde pequeñito y no puedo evitarlo. Antes me parecía que los blancos eran distintos, pero me han obligado a asumir que el distinto soy yo, a pesar de haber nacido aquí igual que tanta gente multicolor.
Además soy un currante. Con casi treinta años cotizados en las espaldas y el mismo derecho que cualquiera a lesionarme, a estar de baja, no dejo por ello de ser negro. Todo el tiempo. Y eso no me convierte en un vago, un película, ni cualquier tipo de farsante o maleante. Sigo siendo el mismo negro currante de siempre pero, como soy de carne y hueso, tengo límites y puedo romperme, como cualquier hijo de cristiano: como cualquier trabajador o trabajadora de este planeta.
Y aún de baja, mal herido por el desgaste, sigo sin ser de color ni morenito ni coña alguna. Sigo siendo el mismo negro que nació y se crio en esta tierra, aguantando miradas extrañas y casi miedo, todo el tiempo, de personas que ni en sueños admiten la diversidad y que, cuando hablan de igualdad, no se aclaran ni ellas.
Aun así, el que escribe es canario y es negro. No por gusto, sino porque no me queda otro remedio. La misma opción que les queda al resto, que tampoco pueden cambiar eso.
Hay cosas que no se curan y hay cosas que sí. Por lo que espero que a mi sociedad, a la canaria, se le cure más pronto que tarde cualquier ánimo de discriminación y creación extraordinaria de víctimas sociales. Porque yo tengo menos culpa que ellos y mejores sentimientos. Seguro. Aunque sea negro.