{mosimage}AVN.- Gracias a las políticas que ha ejecutado la Revolución Bolivariana, la pobreza extrema en Venezuela continúa en descenso y durante el transcurso de 2015 se ubica en 4,5%, a pesar de la guerra económica que sectores políticos y empresariales han emprendido en contra del pueblo venezolano, informó este lunes el vicepresidente de Planificación y Conocimiento, Ricardo Menéndez.
En 1998, año en que fue electo presidente el comandante Hugo Chávez, la pobreza extrema estructural alcanzaba 10,8% y bajó significativamente a 6,8% en 2011. En 2014 este indicador se ubicó en 5,4 %.
Menéndez indicó que estos resultados se han alcanzado gracias a la visión clara del Gobierno Bolivariano "de atacar los problemas estructurales de la sociedad y a partir de allí, seguir combatiendo esa condición de la pobreza general de nuestro país".
El también ministro de Planificación explicó que la pobreza estructural, que se mide por las necesidades básicas insatisfechas en una población, comprende el estudio de los hogares con niños y niñas entre 7 y 12 años que no asisten a las escuelas; los hogares en hacinamiento crítico; los hogares en viviendas inadecuadas; las viviendas sin servicios básicos y hogares con alta dependencia económica.
Al respecto, destacó que gracias a la inversión social del Ejecutivo, los indicadores estructurales han experimentado mejores resultados durante los primeros 16 años de la Revolución Bolivariana.
Señaló que para el año 1990, existía un 17% de hogares con condición de hacinamiento crítico; en 1998 bajaron a 14,6% y en 2015 descendieron a 7,9%.
"Es decir, que en medio una coyuntura económica como la que tenemos continúa la desaceleración en los índices de hacinamiento", acentuó Menéndez, quien agregó que este logro "es una consecuencia directa de las misiones sociales, como la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV)".
También se refirió a los valores de los hogares en viviendas inadecuadas, que para 1990 se ubicaban en 13%; en 1998 en 6,6%, mientras que para último semestre del 2014 representaban un 4,2% y en 2015 se sitúan en 3,7%.
Con respecto a las viviendas sin servicios básicos, Menéndez recordó que para 1998 este indicador se encontraba en 15.7%, en el 2014 descendió a 10,4% y en 2015 ha disminuido a 8,6%. Mientras que los hogares con alta dependencia económica, que incluye a las personas que laboran por hogar y las personas que dependen de ese ingreso, se ubicaban en 13% para 1990 y disminuyó casi 6 veces hasta el 2,9% en que se encuentra en la actualidad.
El titular de Planificación destacó que los esfuerzos del Gobierno Bolivariano no están centrados solamente en hacer construir las casas, sino de garantizar mejoras en la calidad de vida de los venezolanos que habitan en los urbanismos de la GMVV.
El Gobierno está trabajando "en un reglamento de equipamiento urbano que no se modificaba desde 1980, y que permitirá crear la dotación del cualquier centro urbano".
"Es el simoncito, el Centro de Diagnóstico Integral (CDI), el módulo de la misión Barrio Adentro, es el acceso a los servicios en cada urbanismo. No es la casa, sino lo que está asociado", explicó.
Al respecto, también se refirió a la importancia de la política de construcción de una cultura de paz en estas urbanizaciones, para incluir en ellas valores y principios socialistas, como el buen vivir, el trabajo productivo, el acceso gratuito a la educación, a la salud y a la recreación, tomando en consideración que para 2019 se estima que el 40% de la población venezolana vivirá en casas edificadas por la Gran Misión Vivienda Venezuela.
El Plan Nacional de Derechos Humanos (DDHH) 2015-2019, que es sometido a consulta pública desde el 15 de julio, plantea cinco ejes estructurantes que agrupan las acciones dirigidas a fortalecer las garantías a la población venezolana.
Este programa nacional, presentado el 14 de julio por el vicepresidente de la República, Jorge Arreaza, tiene como objetivo generar las condiciones estructurales que permitan continuar incrementando el respeto, la garantía y el disfrute de los derechos humanos de todos los venezolanos, la consolidación del buen vivir y la conquista de la suprema felicidad social.
Para alcanzar este objetivo general, en el plan se plantearon cinco ejes estructurantes, cada uno de los cuales cuenta con un objetivo general y tres líneas estratégicas, que son desarrolladas a través de un conjunto de acciones programáticas.
Los cinco ejes propuestos son: construcción de una cultura emancipadora de derechos humanos; fortalecimiento de la institucionalidad para la garantía de los derechos humanos de todos y todas; participación protagónica del poder popular para el disfrute pleno de los derechos humanos y el buen vivir; interacción transformadora con los sistemas y organismos internacionales de derechos humanos; profundización del enfoque de derechos humanos en la legislación, la política y la acción del Estado venezolano.
El primer punto tiene como objetivo promover una cultura de respeto y protección de los derechos humanos en todos los sectores de la sociedad, desde una perspectiva emancipadora, crítica y alternativa, a fin de superar valores, prejuicios y prácticas que contribuyen a su amenaza y violación.
Entre sus acciones propone la incorporación de la formación desde visiones emancipadoras dentro de recursos escolares como la Colección Bicentenario y el Programa Canaima Educativo, así como impulsar el desarrollo de investigaciones académicas, estudios y espacios de reflexión de derechos humanos desde visiones emancipadoras, críticas y alternativas.
El segundo eje plantea como objetivo principal contribuir al fortalecimiento institucional de los órganos del Estado, con el fin de incrementar su eficacia y eficiencia en la promoción, protección, respeto y garantías de los derechos humanos.
Al respecto, el vicepresidente Arreaza explicó: "El Estado cuenta con instituciones que velan por el respeto y la garantía de los derechos humanos pero aún falta por fortalecer".
Añadió que los organismos que conforman el Estado y sus servidores públicos recibirán formación para que así se generen conocimientos en las prácticas diarias que lleven a una cultura mucho más profunda, en defensa de los DDHH.
El tercer eje está enfocado en la formación protagónica de todas las formas de organización del pueblo para el disfrute pleno de los derechos humanos. Además, propiciar mecanismos de cooperación de intercambio y solidaridad internacional con movimientos sociales en materia de promoción y protección de los derechos humanos.
El cuarto punto tiene como objetivo promover relaciones de cooperación e intercambio con los sistemas y organismos internacionales de derechos humanos, basadas en los principios de imparcialidad y objetividad.
El vicepresidente explicó que este eje surge porque "Venezuela es incomprendida respecto a este tema. Creemos que en algunos casos se debe a que (aunque) hemos dado pasos avanzados en la comprensión, respeto y garantía de los derechos humanos, pero siempre hay muchas críticas hacia nosotros", dijo cuando presentó el plan.
El quinto eje estructurante se refiere a profundizar el enfoque de los derechos humanos en el proceso de formulación, implementación y seguimiento de las políticas públicas del Estado.
Una de las acciones que se plantea en este punto es la implementación de un sistema nacional de indicadores de derechos humanos, que permita hacer seguimiento y evaluar el impacto de las políticas públicas en esta materia en todo el territorio nacional.
También, entre sus líneas estratégicas propone adecuar el marco normativo interno a las disposiciones sobre DDHH contenidas en la Constitución.
El Plan Nacional de Derechos Humanos fue escrito con aportes de los informes de la Defensoría del Pueblo, de todas las organizaciones de DDHH en Venezuela y sugerencias del Sistema de Naciones Unidas, así como de las instituciones de los poderes públicos del país.