Nieves Rodríguez Rivera
{mosimage}El viernes pasado acudí a la presentación del libro “MPAIAC: entre Canarias y Venezuela” del ex militante Fructuoso Rodríguez en la sede de estudios Canarios de La Laguna. El aforo estaba completo y la presentación se desarrolló como cualquier acto aburrido de esta especie. El autor contaba su experiencia de juventud cuando militaba en el movimiento independentista y su huída a Venezuela por el miedo a las represalias. Entre otras cosas confesó que aún tenía sus dudas sobre la publicación del libro y reconocía sentir miedo sobre el alcance del mismo.
Cuando acabó su exposición vino el ruedo de preguntas y, la que aquí escribe, se dirigió hacia él para hacerle una pregunta sobre la novela que anda escribiendo: ¿Perteneció Ángel Cabrera, el Rubio, al MPIAC?
El autor se removió en su silla ante una pregunta que parecía incómoda, finalmente reconoció que, aunque no tenía pruebas, personalmente creía que sí. En la sala se armó un revuelo.
Algunos de los que allí estaban, hombre y mujeres que habían vivido en aquella época parecían nerviosos y esperando algo que no llegaba. El escritor comentó que aunque el MPAIC fue derrotado por el estado español no así el movimiento independentista que aun quedaba en las islas.
La polémica creció cuando alguien del público le preguntó si, tal como él había dicho, Cubillo firmó la renuncia a la lucha armada con el estado español. Desde el público se alzaron voces disconformes. Uno de los presentes en el acto se levantó para pedir a los asistentes que se levantaran todos los que se identificaban y habían sido miembros del MPAIC.
Nadie se levantó.
Entonces el hombre salió de la sala furibundo llamando a los presentes: ¡traidores¡. Los ánimos se exaltaron aún más, algunos de los asistentes se acusaban unos a otros de traidores. Los independentistas acusaban a los comunistas por no haber aceptado su lucha independentista. El moderador se vio desbordado y no cesaba de pedir que las rencillas entre unos y otros se dirimieran en otro entorno y pedía que las preguntas fueran hacia el al autor y se constriñeran a su libro.
Pero la polémica estaba servida.
La gente quería hablar. Los ánimos estaban exaltados. Los hombres y mujeres allí presentes querían saber y contar lo que realmente pasó con el movimiento y con los ideales de muchos de los que allí estaban. Finalmente, el moderador debió cerrar de forma abrupta el acto.
Los corrillos siguieron en el exterior.
EL Movimiento para la independencia de Canarias fue un movimiento que surgió a raíz de las circunstancias sociales, paro, huelgas, conflictos sindicales, explotación y abandono de los canarios por parte del estado español. Una situación muy parecida a la que vivimos ahora. La clandestinidad, los pocos recursos, los servicios secretos del estado e internacionales abortaron cualquier iniciativa de éxito.
En la presentación de este libro comprendí que la herida aún no está cerrada, y que lo que realmente duele es no saber qué pasó realmente. La historia de los perdedores. La de los ganadores ya la sabemos, pasaron a formar parte de los partidos nacionalistas canarios que existen en la actualidad. Hay 62 partidos nacionalistas en las islas ¡Y somos siete¡
¿ Llegaremos algún día a entendernos?
La discusión, los corrillos de la gente hablando sobre el tema siguió en la calle. Bajo aquellos enfrentamientos y las disputas pude observar que aún subsistía la fuerza y la pasión por un ideal que se desvaneció antes de nacer.
La historia oculta de Canarias está por escribir.