Ana Mendoza. Presidenta de la Asociación “Por la Rehabilitación del Parque Cultural Viera y Clavijo”
{mosimage}En el “Viera y Clavijo” todo sigue igual. Nuestra cruzada ciudadana por preservar un patrimonio histórico y cultural representado por un BIC (Bien de Interés Cultural con entidad de Monumento), sigue sin recibir respuesta oficial a la reclamación de protección, rehabilitación y desarrollo de un valioso enclave de 33.000 m2 en el corazón de la capital santacrucera.
El abandono institucional y el deterioro intencionado aplicado al edifico neogótico (antiguo Colegio de La Asunción) y su anexo, el teatro Pérez Minik, constituyen un presunto delito de “Expolio de Patrimonio”, así tipificado en el Código Penal.
Parece un escarnio que el Ayuntamiento exija a sus ciudadanos el cumplimiento de su Ordenanza de Paisaje Urbano y la obligatoriedad, bajo sanción, de la conservación de inmuebles privados, cuando predica con el mal ejemplo de ser el primero en incumplir sus propias leyes.
El convenio de cesión del Ayuntamiento al Gobierno de Canarias, de lo que fuera una joya histórica y cultural, para su conservación, rehabilitación y desarrollo, se tradujo en todo lo contrario: un abandono aparentemente doloso y un proceso de destrucción premeditado, a base de pico y mazo, que culminó con la denuncia interpuesta en Fiscalía por esta Asociación, para detener la amenaza de demolición del Pérez Minik, donde se advirtió a las autoridades del riesgo de penas de cárcel si llegan a meter la pala saltándose la legalidad vigente sobre lo establecido para el Patrimonio Histórico. Quedó pendiente la vía judicial para tratar el presunto delito de Expolio de Patrimonio, que debiera ser responsabilidad del propio Ayuntamiento, en lugar del Contencioso-Administrativo interpuesto contra la Consejería de Cultura, que tiene mucho de paripé por ser un largo proceso burocrático que no sirve para nada. Parece más una frágil justificación ante la opinión pública, con el ánimo de no perturbar demasiado la relación política dentro de la misma formación.
El incumplimiento del Convenio solo merece la firmeza de tres puntos por parte del Ayuntamiento en defensa de este clamor ciudadano:
Resolver y cancelar el convenio de cesión por flagrante incumplimiento.
Reclamar al Gobierno de Canarias indemnización por los daños y perjuicios inferidos al patrimonio histórico y cultural de Santa Cruz.
Cantidad suficiente para iniciar y desarrollar las obras de rehabilitación.
No olvidemos que apenas se firmó aquel Convenio de Cesión, los 6 millones de € inicialmente presupuestados para acometer las reformas en el Viera y Clavijo, se desviaron de un plumazo a la rehabilitación del Teatro Guiniguada de Las Palmas, en un alarde más de menosprecio e indefensión.
Planteado el problema, procede ofrecer soluciones. Es parte de nuestro ideario fundacional. El objetivo prioritario es rescatar el, tantas veces descrito, pasado esplendor sociocultural de tan valiosísimo espacio. Si bien, otra alternativa más concreta para su utilidad pública, sería la adecuación del enclave como CIUDAD ADMINISTRATIVA (proyecto del arquitecto Chus Del Real), como sede ideal para el Ayuntamiento, con superficie suficiente para todas las dependencias anexas que hoy andan desperdigadas por la geografía capitalina, con un oneroso gasto público en alquileres desproporcionados, que anualmente suponen un importante despilfarro que se amortizaría en pocos años; con unas instalaciones centralizadas de fácil acceso y con una evidente comodidad para el sufrido ciudadano.
No parece juicio temerario contemplar la posibilidad de que si hace cuatro años no hubiese aparecido este movimiento reivindicativo, hoy los edificios y elementos supuestamente protegidos del parque habrían cedido al maltrato oficial, con el desapercibido paso del tiempo para… ¿seguir el triste camino del Balneario?… Un pecado grave que merece la contrición, propósito de enmienda y cumplir la penitencia impuesta por la conciencia popular.