Fernando Pellicer Melo. Docente y vecino de Las Palmas de GC
{mosimage}{mosimage}Audio de la entrevista
No sin cierto desasosiego leo en la prensa local las declaraciones del nuevo Concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Las Palmas de GC, D. José Eduardo Ramírez, en relación a su visión de los carriles bici existentes en la ciudad y, en especial, respecto a los ubicados en la zona de Guanarteme. A la razón, dice el recién estrenado concejal:
“… vamos a revisar algunos carriles, sobre todo los de Guanarteme porque la gente no los usa porque los considera peligrosos. Yo invito a cualquiera a que se siente en una terraza cercana a Guanarteme y que cuente las bicicletas que pasan por allí en hora punta y comprobará que no pasan porque la gente tiene miedo”.
No es de extrañar este erróneo planteamiento a tenor de la “micromanifestación” ciclista contra dichos carriles, organizada por la agrupación local de Nueva Canarias en la capital, durante la pasada campaña electoral. Quizá una de las imágenes más bizarras de toda la campaña (y mira que las hubo), aunque no más que la foto que plasmaba a los candidatos de dicha formación armados con serruchos de carpintero (de los de toda la vida), simulando “cortar” las planchas de acero que ignominiosamente ocultaban el Castillo de la Luz de nuestra capital.
Pero, volviendo a la cuestión, resulta palmario que tras estas contundentes y desacertadas declaraciones, se esconde la voluntad inequívoca de “cargarse” los carriles bici del barrio de Guanarteme, sin que se vislumbren o anuncien alternativas razonables al respecto. Como residente en la zona afectada por el futuro “recorte” y como usuario cotidiano de los nuevos carriles bici de nuestra ciudad (incluidos los “peligrosísimos” carriles que recorren la zona en cuestión), me considero modestamente en condiciones de afirmar que el Sr. Concejal “patina” en este asunto. Lejos de la visión privilegiada que ciertamente puede ofrecer una terraza de la zona, puedo constatar –sin lugar a dudas- que los carriles bici de Guanarteme sí son utilizados en buena medida por la ciudadanía.
El crecimiento exponencial del uso de la bici en Las Palmas de GC (¡por fin!), gracias esencialmente a la red de carriles y el servicio gratuito de prestamos de bicicletas implementado por el anterior equipo de gobierno (y no se me caen los anillos –que no uso- por reconocerlo), no es ajeno a tal circunstancia. No es gratuito que la parada del servicio municipal ByBike instalada en la Plaza Churruca, sea una de las más demandadas hasta el punto de ser casi imposible encontrar bicicletas disponibles en dicha ubicación en las horas punta (aquellas en las que el Sr. Concejal se dedica, al parecer, a contar ciclistas desde alguna terraza de la zona). La cercanía de importantes áreas comerciales y del auditorio Alfredo Kraus, la reciente apertura de un macro gimnasio (o “gym” como algunos gustan decir para mayor deterioro de mis facultades cognitivas), la propia e incesante afluencia de ciudadanos a las instalaciones deportivo-culturales existentes en la Plaza Churruca, por no citar el indudable polo de atracción que supone la propia Playa de las Canteras en sus dominios guanartemeños, explican el porqué, pese a las afirmaciones del Sr. Concejal, los carriles bici de Guanarteme son notablemente utilizados o, al menos, no lo son menos que otras zonas “bici” de la ciudad (sin ir más lejos, rara vez me encuentro con ciclistas en la zona de tránsito prioritario de bicis del barrio de Arenales donde, por cierto, compartimos la misma calzada que los vehículos a motor sin que se hayan constatado incidentes reseñables).
Respecto a la supuesta peligrosidad y a las “reacciones entre ciclistas, peatones y conductores” que afirma el Sr. Concejal se han producido, baste decir que los carriles bici a “contramano” existentes en Guanarteme son absolutamente habituales en la mayoría de las ciudades donde el uso cotidiano de bicicletas es una realidad incuestionable entre la población. Como usuario, afirmo rotundamente mi preferencia al respecto, frente a los carriles bicis que discurren en el mismo sentido que el resto de la circulación, por obvias razones de seguridad. Para cualquier ciclista que se precie, el poder ver los vehículos “de frente”, siempre es preferible a “sentirlos” a tus espaldas. En definitiva, con el transcurso de las semanas y los meses y pese a los inconvenientes iniciales, la integración “pacífica” peatón-bicicleta-vehículo de motor en la ciudad, ha sido más que evidente dado que, a poco que todos pongamos de nuestra parte, la convivencia entre las diferentes formas de movilidad se impone rápidamente.
En todo caso y como es lógico, cualquier “novedad” de la envergadura que ha supuesto el crecimiento en kilómetros de los carriles bici y el consecuente crecimiento exponencial del uso de este medio de transporte en la ciudad (jamás se había visto semejante número de ciudadanos pedaleando de forma cotidiana en Las Palmas de GC), genera las lógicas contradicciones e, incluso, iniciales molestias, para parte de la ciudadanía. Pero pensar que hay un momento “idóneo” para avanzar en este tipo de asuntos de vital calado, o que los vecinos de Las Palmas de GC son, poco más o menos, demasiado “garrulos” para entender el salto cualitativo que supone para la calidad de vida del conjunto, la extensión del uso de la bicicleta en la ciudad, es cuanto menos un desacierto casi tan grande como simular cortar acero con un serrucho de carpintero, de los de toda la vida.
No discuto la conveniencia, tal como apunta el Sr. Ramírez, de modificar el Plan Director de la Bicicleta de la capital (certero y ambicioso como pocos), pero esperemos que ello sea para seguir profundizando en la ampliación, seguridad y mejora de lo ya existente (o la sustitución, en todo caso, de algunas vías ciclistas por alternativas igual de válidas) y no para, a modo de infantil “vendetta”, desmantelar quizá la única acción digna de elogio de los señores Cardona y Sabroso, por mucho que cueste reconocerlo, que mira que me cuesta.
Sr. Concejal, desde una perspectiva global, digna de un regidor de una ciudad como Las Palmas de Gran Canaria, le invito a apostar por la ampliación y mejorar la actual red de carriles bici y de zonas de uso mixto. Apueste, igualmente, por ampliar el número de paradas y bicicletas disponibles del servicio ByBike y, sobre todo, móntese en una bici y aparque el “serrucho” o, mejor aún, anímese a hacer uso del mismo para recortar la excesiva querencia de algunos de sus compañeros de viaje respecto a la duplicidad de cargos públicos. Ese recorte sí sería agradecido por los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria, se lo aseguro.