{mosimage}SB-Noticias/Juan Rafael Lorenzo.– Manuel Monereo, doctor en Ciencias Políticas y miembro de IU, y que viajó recientemente al país heleno, se refirió recientemente en RSB al complejo momento que está viviendo Grecia afirmando que “lo primero que hay que entender es que el contexto de las negociaciones con Grecia es un contexto europeo y no sólo griego, y en gran parte tiene que ver con España”.
“En segundo lugar -continuó Monereo-, otra idea es que el gobierno de Syriza es un mal ejemplo para Europa”. Aunque según él, se trata de un gobierno muy moderado, “socialdemócrata en el plano más general, que ha dicho “basta, hasta aquí hemos llegado”, y concluyó este apartado explicando que de alguna manera se trata de castigar a los griegos por haber votado “mal”, por haber votado a gente que no tiene la confianza del poder europeo.
Según el doctor Monereo, hay un tercer plano que tiene que ver con España, “porque en Grecia hay una percepción muy fuerte de que gente como Podemos pueden ganar las próximas elecciones generales en España, y su percepción es que los representantes del gobierno español han defendido posturas muy duras contra la parte griega bajo la idea de que un buen resultado en esta negociación beneficiaría a fuerzas como Podemos, que representan posturas más a la izquierda que el PSOE”.
“Es decir, por una parte hay un enorme chantaje por parte de Europa y, por la otra, un pueblo que está intentando reponerse, y que en un contexto tan duro como un corralito, ganar un referéndum en la situación actual, no va a ser fácil”.
Monereo también se mostró crítico con la postura del partido comunista griego, “quienes posiblemente se abstengan en la campaña del NO, lo que es incalificable, y que demuestra es que hay algunos que con el 7% de los votos se consideran que son una revolución”. Indicó que su política “cuanto peor, mejor” le parece lamentable, y añadió: “Yo tengo críticas a Syriza, pero hemos de reconocer que no se ha rendido, y la convocatoria del referéndum demuestra una dignidad y un coraje moral que es de destacar”, y según él, la clave ahora es intentar ganar un referéndum muy difícil, “cuando además te hace la guerra el BCE, Alemania y la UE”.
Por último, comentó que la lección que extrae es que cualquier gobierno que quiera hacer una política que defienda los derechos humanos se va encontrar con la oposición absoluta de la UE, es decir, “un país endeudado, en mano de los acreedores, lo único que puede hacer, según la UE es aceptar la dictadura de los acreedores y sus condiciones, que son que, para pertenecer a la UE tenemos que ser más pobres, perder derechos laborales y sindicales, acostumbrarnos a pertenecer a un país cada vez más dependiente de las multinacionales, y votar siempre lo que diga la UE”.
“Ahora bien -concluyó-, si todo esto es verdad, ¿merece la pena estar en esta historia?
Tsipras había descartado previamente que Grecia pueda salir del euro empujada por sus acreedores internacionales, es decir, la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. "No creo que quieran echarnos del euro porque el coste para ellos es demasiado grande", señaló durante la entrevista, indicando que los planes de la antigua troika serían más bien "acabar con la esperanza de que pueda haber políticas diferentes en Europa".
A este respecto, ha revelado que "las respuestas iniciales a la petición para extender (el programa de ayuda financiera a Grecia) no fueron negativas". "La decisión del Eurogrupo (de no hacerlo) fue una sorpresa", ha admitido. Así, "aunque la propuesta final de Grecia había sido aceptada, las instituciones la rechazaron socavando con ello la perspectiva de un acuerdo". "Su propuesta, además, venía con una exigencia: teníamos que aceptarla en 48 horas", ha contado. Tsipras ha interpretado esta actitud como "un intento de bloquear cualquier alternativa política". "Las instituciones no estaban interesadas en encontrar puntos comunes, sino en imponer medidas extremas", ha afirmado.
A este respecto, ha criticado la primera consecuencia de la ruptura de relaciones entre la UE y el FMI, esto es, el cierre de los bancos griegos, lamentando que les han abocado a ello y asegurando que volverán a abrir sus puertas cuando vuelva la liquidez del BCE. En este contexto, ha insistido en defender su decisión de convocar un referéndum para el próximo 5 de julio con el fin de que sean los griegos quienes decidan sobre la receta de los acreedores, que consiste en una prórroga de cinco meses y una financiación de 15.500 millones de euros para hacer frente a próximos vencimientos de deuda.
"El pueblo griego dará su opinión y su voz será escuchada porque tienen derecho a decidir sobre su futuro", ha dicho, llamando a sus conciudadanos a votar no "con todas sus fuerzas" para "reforzar la posición del Gobierno en las negociaciones" con UE y FMI.
Interrogado sobre qué hará con los resultados de referéndum, ha aseverado que los respetará "sean cuales sean", aunque ha matizado: "Los respetaremos pero no los llevaremos a cabo" en caso de que triunfe el 'sí'. En consecuencia, se ha comprometido a dimitir si gana esta opción.
Referéndum del domingo
En la hipótesis que baraja Tsipras -que el no se imponga con una mayoría abrumadora-, incluso se ha mostrado dispuesto a reanudar las negociaciones con sus socios europeos y con el FMI para buscar una salida consensuada a la crisis griega. "Estaremos dispuestos a alcanzar un acuerdo sostenible después de la victoria del no en el referéndum", ha avanzado. "Insistiremos en negociar porque, aunque estamos cerca en cuestiones fiscales, otras aún están lejos" de resolverse, ha apuntado.
Por tanto, no ha cerrado la puerta a hablar con cualquiera que esté dispuesto a ello. "Mi teléfono está siempre encendido. Llame quien llame lo cogeré", ha prometido, a pesar de su tensa relación con algunos líderes europeos.
Si eso pasa, Tsipras se ha mostrado convencido de que las cosas se acelerarían. "Si el mismo lunes hubiera una oferta, Grecia pagaría su deuda el martes", ha dicho aludiendo a un escenario poco probable en estos momentos. "Tenemos la justicia de nuestro lado. Si logramos superar el miedo, entonces ya no habrá nada que temer", ha zanjado tras una larga entrevista seguida con gran interés por la comunidad internacional a la espera de conocer cuál será el final de la crisis griega.