Morales, durante su primer discurso, mostró su "compromiso absoluto en dar respuesta a los deseos expresados en las urnas por el pueblo de Gran Canaria", expresados en "una mayoría holgada progresista".
Quiero ante todo manifestar a quienes nos han apoyado mi agradecimiento y el de cuantos integran dicha lista por la confianza que han depositado en nosotros para asumir la responsabilidad de gobernar esta institución, pero también a la ciudadanía que ha trabajado durante la campaña electoral para transmitir al conjunto de la población el mensaje y las convicciones que se desprenden de nuestro programa político.
Entiendo que esa confianza va dirigida, como les decía, a las personas que integramos la lista que resultó ser la más votada, pero también a una corriente de cambio profundo que da lugar a una mayoría holgada de progreso en la Isla de Gran Canaria, que significa una referencia para el conjunto de Canarias.
Soy consciente de que, al designarme presidente del Cabildo de Gran Canaria, el pueblo ha expresado un mandato claro, el de hacer realidad nuestras propuestas.
De modo que el primer mensaje que quiero transmitir como presidente a todos los grancanarios y a todos los miembros de la nueva Corporación insular es mi compromiso absoluto, mi firme intención, de dar respuesta a los deseos expresados mayoritariamente en las urnas por el pueblo grancanario.
Inmediatamente les hablaré en detalle de las bases inspiradoras de ese programa que ha sido elaborado desde unas profundas convicciones progresistas y enriquecido con las aportaciones de quienes van a conformar el gobierno de esta institución en los próximos años -Podemos, PSOE y NC-, que va dirigido a toda la ciudadanía, pero muy especialmente a quienes más sufren en estos momentos difíciles, a las personas más desamparadas, más desprotegidas de la sociedad. A los que han perdido su empleo, los que se han quedado sin casa, los que tienen que renunciar a medicarse porque no pueden pagar los medicamentos, a ese cincuenta por ciento de jóvenes que vive en la angustia y la desesperanza porque se encuentra sin un trabajo con que afrontar sus vidas, que debe buscar en el extranjero lo que su país les niega y hacerlo en condiciones de subempleo y precariedad. Es, más allá de los planes de choque contra la pobreza y el desempleo a que nos obligan nuestros planteamientos éticos, un programa que propone también un conjunto de medidas que pretenden generar modelos económicos alternativos y estímulos a la inversión productiva. Hacemos real nuestro compromiso. La decisión de más del 55% de los ciudadanos que votaron en estas últimas elecciones.
Pero antes de hablar de todo ello permítanme tener unas palabras para un sueño colectivo del que provengo. Llego hasta aquí desde una lucha plural por la supervivencia, la dignidad y la democracia. De Agüimes. Del sureste de Gran Canaria. Vengo de una comarca que en los albores de la democracia no era sino un territorio de polvo, viento y sol. Y de fatiga y hambre, como dice el poeta Pedro Garfias. De un territorio de aparcería feudal, analfabetismo y desigualdad que se rebeló contra esa situación plantando cara a los últimos años del franquismo para ganar las instituciones y romper las ataduras con un pasado oscuro y sustituirlo por un espacio de esperanza y futuro.
No voy a renunciar jamás a esta experiencia. Me niego a asumir sin más el respeto cobarde por los hechos que nos imponen. A aceptar que debemos acostumbrarnos a vivir peor. A renunciar a los sueños e ilusiones que alientan nuestra existencia, porque creo firmemente en que, como plantea San Francisco Javier, “entre la utopía y la realidad solo media el trabajo”. Y es que los economistas tendrán que reconocer el idealismo, la ilusión, el deseo de transformar la realidad, como fuerzas expansivas de la sociedad.
Estamos afrontando el décimo Gobierno democrático del Cabildo. Quiero aprovechar este momento para hacer un reconocimiento público a los que han luchado en estas décadas para defender e impulsar la democracia que tanto nos costó alcanzar. A los que pusieron todo su esfuerzo para hacer posible que sus hijos vivieran mejor que ellos. A mis padres, a tantos padres y madres que se quedaron en el camino sin ver sus sueños hechos realidad y a tantos otros que han podido compartir el fruto de sus esfuerzos. Nos enseñaron que la indiferencia no produce sino la parálisis del alma y la muerte prematura de la democracia y sus valores. A ellos les digo gracias, gracias por haber luchado por nosotros, gracias por haber derramado su sudor sobre nuestra tierra para que nosotros, sus hijos y sus nietos, tuviéramos una vida mejor. Les prometo desde esta tribuna que no dilapidaremos ni un ápice de la herencia que nos legaron, que les haremos sentir que su esfuerzo y su sacrificio merecieron la pena. Quiero hoy tener un recuerdo y rendir homenaje a nuestros padres y a nuestros abuelos, que decidieron abrir, para salir de los años del oscurantismo y la infamia, entre todas las que les eran ofrecidas, la puerta que llevaba a la construcción de una sociedad más justa y solidaria, al progreso y al futuro, la puerta que les proponían precisamente sus hijos más jóvenes.
Todos los canarios le debemos mucho a aquella generación y yo siento que también le debo el estar hoy aquí pronunciando estas palabras. Y asumo esta responsabilidad de presidir el Cabildo de Gran Canaria como una continuación de aquella aceptada en el año 1979. La asumo con la misma ilusión y el mismo compromiso de entonces, un compromiso, como dije antes, con los más desfavorecidos, con la justicia y la solidaridad. Para despedazar lo que está hecho injustamente, como dice nuestro poeta Juan Jiménez:
Santiaguito se pasa
La vida trabajando.
Tiene sesenta y algo y no conoce
Este hombre otra cosa
Que el trabajo.
Por gentes como él
hablo.
Se trata de traer
viento en los ojos
para despedazar lo que está hecho
injustamente.
Me comprometo, se compromete este Grupo de Gobierno, en su memoria, a luchar con ahínco, sin rendirnos, para vencer la desigualdad que quiebra el Estado de Derecho. Que corrompe las libertades. Para frenar los embates a la democracia y a los servicios públicos.
Quiero que ese esfuerzo colectivo no se frustre. Anhelo que podamos transformar la realidad social y económica de esta Tamarán para la que queremos un futuro mejor.
Con las distintas comarcas de la isla. Con el Norte, el sureste, el sur, las medianías… Con cada uno de los veintiún municipios de Gran Canaria. Con Las Palmas de Gran Canaria que defiende la profunda vocación de liderar las ciudades del Atlántico. Con todas las organizaciones sociales y empresariales. Con la voluntad compartida de toda Gran Canaria.…
La Gran Canaria de hoy no es, por fortuna, la que salió en los años 70 del túnel del episodio más gris de nuestro siglo XX. Pero dista mucho de ser la sociedad que deseamos legar a nuestros hijos. La corrupción, la sumisión a intereses ajenos a los de los ciudadanos, la mala gestión… han frenado considerablemente el objetivo de lograr una sociedad con cabida para todos. Entre unos y otros han provocado a la democracia uno de los mayores daños que se le puede hacer: impregnar la figura del político de tintes negativos. La visión de la política como una actividad denigrante, como apunta la Encuesta Social Europea.
Yo quiero reivindicar hoy esa figura, la del auténtico político. La de aquel que defiende el bien común frente al aprovechamiento personal. Quiero reivindicar la hermosa labor de trabajar para construir una sociedad mejor para todos, de dedicar los mejores años de la vida al bienestar de la comunidad, a la lucha por la democracia, la libertad y la igualdad. Y quiero hacerlo porque quien se dedica noblemente a esa labor forma un eslabón clave en la democracia, un eslabón sin el cual el pueblo se queda sin la voz que lo representa, sin el cual todo el edificio democrático se desmorona.
Por ello quisiera transmitir desde aquí y desde hoy otro compromiso: que los hombres y mujeres que forman parte del Grupo de Gobierno de esta institución lo harán para dedicarse a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, que estos estarán siempre en el centro de cada una de nuestras decisiones, en el centro de nuestros debates, de nuestro trabajo cotidiano. Porque el compromiso con lo que defendemos es esencial. Y daremos siempre la cara porque no hay nada más perverso que el insulto del silencio.
Y todo ello partiendo del proyecto que nos hemos comprometido a cumplir durante la campaña electoral, el programa marco de prioridades del que quiero destacar algunos de los elementos más importantes. Se trata de un proyecto que se centrará en procurar la justicia social, la equidad y la igualdad de todos los habitantes de Gran Canaria; que hará de la sostenibilidad medio ambiental un elemento equilibrador; que estará enfocado a la transformación de nuestra realidad económica y social y que se sustentará en cuatro pilares fundamentales: el combate contra la desigualdad, la búsqueda del bienestar colectivo, la solidaridad y la libertad.
No ahorraremos esfuerzos para conseguirlo. Para ello:
Pondremos en marcha un Plan contra la pobreza y la desigualdad. Porque en nuestra isla la población en situación de pobreza severa se ha duplicado desde 2009 y alcanza a casi un 10 % de la ciudadanía. Nos opondremos a los desahucios de la primera vivienda derivados de impagos por la crisis. Y no renunciaremos a la solidaridad con los pueblos empobrecidos que siempre nos ha significado.
Fomentaremos el Empleo para acercar al mundo del trabajo a las más de 154.000 personas desempleadas en Gran Canaria y a los miles de jóvenes que se ven abocados a la emigración para alcanzar un medio de vida.
A los dos planes se destinará inicialmente una partida de al menos 10 millones de euros para las políticas activas de empleo y emergencias sociales, favoreciendo además las inversiones públicas y privadas y coordinando medios con el Gobierno de Canarias, ayuntamientos y organizaciones sindicales y empresariales.
Nos comprometemos a seguir acometiendo nuevos retos para conseguir una sociedad justa, en la que todos y todas tengamos las mismas oportunidades. Queremos una Isla en la que estén garantizados los derechos de ciudadanía y la posibilidad de una vida digna y libre de violencia. Desarrollaremos de forma transversal las políticas de igualdad y de lucha contra la violencia de género. Muchas de nuestras actuaciones tendrán rostro de mujer porque a ellas les afectan más las lacras de la pobreza y la violencia.
Es preciso rescatar y potenciar el sector primario, para disminuir la dependencia alimentaria del exterior, que hoy llega a más de un 85%, y alcanzar las mayores cotas posibles de soberanía alimentaria.
Mantendremos una apuesta decidida por las energías renovables para alcanzar la soberanía energética de Gran Canaria y democratizar la energía facilitando el autoconsumo y la generación distribuida. Potenciando el ahorro y la eficiencia. Creando un consorcio público insular con la participación de todos los ayuntamientos para que una parte importante de la energía eólica a distribuir en los próximos meses sea pública y genere recursos para la ciudadanía. Que sea el primer paso en la creación de un Consejo Insular de la Energía.
Este cabildo apoyará la Innovación, la Investigación y el Desarrollo. Porque Canarias está a la cola de España (apenas un 0,5 % de inversión) y Gran Canaria está a la cola de Canarias (menos de la mitad que la media de la Comunidad). No podemos quedar al margen de la sociedad del conocimiento, del desarrollo de industrias innovadoras. Desde el Cabildo se impulsarán las actividades del Instituto Tecnológico de Canarias así como el protagonismo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria en materia de investigación y la colaboración con empresas que destinen recursos a este fin. Potenciaremos junto a nuestra universidad y a las asociaciones empresariales la emprendeduría tecnológica, el sector TIC, la creación de pymes de base tecnológica y su internacionalización.
Impulsaremos un Plan de Inversiones que desarrolle y mejore los sectores económicos estratégicos de Gran Canaria, la obra pública y privada, la mejora de los servicios públicos y la cooperación con los Ayuntamientos. Para ello se favorecerá un Plan de Cooperación con los municipios, un Plan para el desarrollo y el equilibrio de Gran Canaria a través de las mancomunidades del Norte, las Medianías y el Sureste de la isla y se actuará en todos los sectores estratégicos estimulando la inversión privada. Para el turismo que necesita un empuje decidido que mejore la planta alojativa y los espacios públicos, para el transporte, para la industria, para la carretera de La Aldea, para la circunvalación de Las Palmas…
Defenderemos el concepto integrador de Gran Canaria como una Eco-isla, que apueste por la movilidad sostenible, la protección del territorio y el paisaje, el tratamiento limpio de los residuos, las energías limpias, la potenciación del mundo rural que mantiene viva la identidad de nuestra isla, la reforestación, la sostenibilidad social, económica y medioambiental, la banca ética, la eficiencia y el ahorro en energía y agua, el urbanismo no especulativo adaptado a la realidad climática, paisajística y cultural, el turismo verde, la protección de nuestra biodiversidad… La ordenación del territorio solo puede concebirse con criterios sostenibles.
Impulsaremos las políticas sociales para pasar de un modelo centrado en la prestación del servicio a otro centrado en las personas y lo haremos contando con los ayuntamientos, colegios profesionales, ULPGC, ONG´s, etc. Apoyaremos el voluntariado, la intervención social y las iniciativas solidarias que se realizan desde el Tercer Sector, potenciando los valores relacionados con la innovación social, la sostenibilidad, el trabajo comunitario, la prevención, la inclusión social, la transversalidad y la vertebración social.
Todas las personas, independientemente de las circunstancias socioeconómicas y del municipio en el que vivan, deben tener acceso a la Cultura y el Deporte porque estos son elementos fundamentales para la cohesión social, para la integración comunitaria, así como para generar economía, para rescatar nuestras tradiciones y avanzar hacia la modernidad.
Salvaguardaremos lo público como garantía y compromiso ante la ciudadanía con la ética. La mejor vacuna contra la corrupción y la desafección política es apostar por un Gobierno Abierto basado en la transparencia, la participación ciudadana y la colaboración. Porque es tan importante defender instituciones democráticas sólidas como propiciar un sentido fuerte de ciudadanía con ciudadanos y ciudadanas vigilantes.
Haremos del Cabildo un instrumento adecuado para que sea el gobierno de la isla y defienda con eficacia los intereses de la población grancanaria, avanzando en la construcción de Canarias desde criterios de equilibrio, justicia e igualdad. Sin caer en enfrentamientos entre los canarios pero sin renunciar al papel que debe jugar esta isla en el conjunto del archipiélago, para hacer valer su peso político y económico. Sin admitir discriminaciones.
Exigiremos a la Administración del Estado igualmente un trato justo y equilibrado, que ponga fin al maltrato institucional de estos últimos años, sobre todo en materia presupuestaria y de financiación.
Para afrontar estos retos, el Cabildo de Gran Canaria ha conformado un gobierno de progreso que reúne a aquellos partidos que asumen las propuestas que les acabo de enumerar, que se muestran dispuestos a recorrer, sin fisuras ni titubeos, el camino que llevará a la consecución de estas metas. El pueblo de Gran Canaria ha dejado en nuestras manos la responsabilidad de satisfacer sus exigencias de regeneración de la vida pública, de atención a los más necesitados, de justicia social, de equilibrio medioambiental, de servicios públicos de calidad a los que todos y todas tengan acceso. La responsabilidad, en definitiva, de ser los representantes de sus intereses. Única y exclusivamente de sus intereses.
Y desde aquí proclamo que para cumplir ese objetivo, solo para cumplir ese objetivo, seré a partir de hoy presidente del Cabildo de Gran Canaria; que para eso y solo para eso trabajará el Gobierno de esta Corporación.
He defendido en más de una ocasión, y quiero hacerlo de nuevo hoy, que estamos asistiendo en estos años al secuestro de nuestra democracia. Por varias razones. Una de ellas, ya lo he comentado antes, es la ruptura del eslabón esencial de la representación popular por parte de quienes han llegado al poder político para saquear las arcas públicas, generando en la población una desconfianza absoluta en sus representantes, dando pie a la tan manida frase del Todos son iguales que tanto daño hace a la democracia.
Otra de las razones es la ruptura de todas las vías de participación ciudadana, una participación que constituye la esencia de la democracia. Esta ha sido despojada de todos sus atributos para verse convertida en el mero acto de depositar un voto en una urna cada cuatro años, en la elección de unos representantes que, una vez en el poder disponen de libertad e impunidad absolutas para contradecir una a una las promesas electorales que los llevaron a él. ¿Podemos tildar de democrático a un sistema que permite que sus gobernantes engañen al pueblo que los ha elegido sin que nada les suceda? Como si los fines políticos justificaran la utilización de los medios inmorales. Considero que no, como también considero que no existe democracia sin igualdad de oportunidades, si todos los ciudadanos y ciudadanas no disponen de los medios adecuados de promoción social, si no se protege a la mayoría débil frente a la minoría fuerte y privilegiada.
Hablo de secuestro de la democracia por todo ello y también porque en estos últimos años asistimos con más claridad que nunca a la sustitución del poder político por el poder económico, a la subordinación de los representantes políticos a la voluntad de las grandes entidades financieras y las multinacionales. Ya no se gobierna con miras al interés del ciudadano, sino con miras al interés del poder económico, que dispone de los medios necesarios para doblegar la voluntad de los representantes del pueblo cuando no para comprarla. ¿Cómo explicar si no que, entre otras cosas, después de haber alimentado con dinero público los agujeros provocados en las cuentas de los bancos después de arrastrarnos estos a la crisis, se les permita bloquear el crédito necesario para reflotar a las pequeñas y medianas empresas o se les permita expulsar de sus casas a familias a las que han llevado a la ruina, dejando a miles y miles de ellas en las calles?
Sí, sostengo que nuestra democracia está en vías de secuestro absoluto y que nuestra sociedad debe reaccionar para recuperar el terreno perdido. Tenemos que propiciar que la gran mayoría se inquiete por lo que importa. No podemos aceptar que nos inoculen la depresión del espíritu público para disgregar a la sociedad. Que instrumentalicen el miedo al cambio como medio de control político y social. Porque tantas vidas no han sido sacrificadas para que el sistema de libertades con que nos hemos dotado acabe siendo absorbido por la codicia de unos pocos. El Estado y las conquistas sociales no pueden ser enemigos del desarrollo económico.
Por eso también estoy aquí hoy, dispuesto a asumir la Presidencia del Cabildo. Porque deseo para nuestra isla, para nuestro pueblo, una democracia real. Una democracia que no se detenga el día de la convocatoria electoral. Una democracia que signifique, además de votar, igualdad de oportunidades, justicia social, equidad, participación ciudadana, igualdad de derechos para mujeres y hombres, solidaridad entre los pueblos, bienestar y acceso a los servicios públicos para todos. Porque no puede haber salvación si no es con todos. La recuperación económica no puede llevar pareja una letanía de dolor y sufrimiento para tanta gente. Oliver Goldmith ya decía en el siglo XVIII que “mal le va al país, presa de inminentes males, cuando la riqueza se acumula y los hombres decaen”. Es tiempo de políticas de la dignidad, como asegura Ramoneda.
Y al asumir hoy la Presidencia del Cabildo de Gran Canaria, asumo al mismo tiempo el compromiso de luchar por esa democracia, y no otra, para nuestra isla. También para combatir un sistema electoral canario profundamente injusto.
Para hacerlo posible este gobierno de progreso necesita contar, y lo va a hacer, estoy seguro, con la participación activa de los trabajadores públicos. De los medios de comunicación. De una oposición leal y firme para sumar sus votos a los asuntos estratégicos que afecten a Gran Canaria. Del apoyo de todos los grancanarios y las grancanarias. Del conjunto de la sociedad civil y sus organizaciones sociales.
De la colaboración estrecha de las 21 corporaciones municipales de nuestra isla porque considero, desde mis profundas convicciones municipalistas, que los ayuntamientos son las entidades mejor situadas para conocer las necesidades ciudadanas y dar satisfacción a ellas.
Es hora de recuperar el sentimiento profundo del grancanarismo, el sentido de pertenencia, la satisfacción de los logros compartidos… (Espero que la UD Las Palmas contribuya a ello mañana también y que consigamos tintar de azul y amarillo los campos españoles de la primera división la próxima temporada).
Como canta Agustín Millares:
Habitantes del planeta estad al tanto
Aquí mirad aquí hacia ese punto
Negro del mundo
En cosa de segundos
De este agujero va a salir un pájaro
Empecé mi intervención agradeciendo a la ciudadanía su confianza; a los militantes su ayuda; a los profesionales su arrope… Y no quiero terminar sin agradecer infinitamente a Maribel y Ardiel su apoyo constante. Sin ellos no podría estar hoy aquí.
Muchas gracias.
Antonio Morales Méndez
Presidente del Cabildo de Gran Canaria