{mosimage}Laopinión.- "Prometo, por mi conciencia y honor, cumplir fielmente con las obligaciones del cargo como presidente del excelentísimo Cabildo Insular de Tenerife, con lealtad al Rey, y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado". Con su juramento, a las siete y 41 minutos de la tarde de ayer, Carlos Alonso tomó las riendas de la Corporación bajo la atenta mirada del Palacio más plural de su historia.
La propia Administración, por lo pronto, ya lo es. De hecho, es la primera vez desde que comenzó la democracia española que tantas fuerzas políticas forman parte de ella. En total, los 29 consejeros que fueron investidos ayer representan a un total de cinco partidos que ya dejaron claro cuáles serán sus objetivos, aunque algunos de ellos no tienen todavía claro cuál será su lugar, si en la oposición o en el Gobierno acompañando a Coalición Canaria (CC).
El presidente de la Corporación insular volvió a afirmar que la alianza con los socialistas va en camino recto, aunque todavía no está firmada, pero el candidato del Partido Popular (PP), Manuel Domínguez, no perdió la oportunidad de ofrecerle su mano en su estreno como miembro del Cabildo. Aparte de felicitar a Carlos Alonso por el logro obtenido en los pasados comicios y desearle suerte, porque "la suya va a ser la nuestra", el cabeza de lista señaló que una Isla "para todos implica compromiso, esfuerzo, entrega y trabajo, y exactamente así podemos definir el compromiso que el grupo popular adquiere con todos los tinerfeños, indistintamente del lugar que ocupemos en esta Corporación, en el Gobierno o en la oposición", ya que la "voluntad de consenso será nuestra guía".
Mostró su disposición a "defender" los proyectos que tanto CC como su equipo opinan que son necesarios para Tenerife, que merece "una mayor y mejor atención sanitaria, unas mejores comunicaciones terrestres y vinculación con el mar, un mayor esfuerzo para que la industria sea una alternativa real para la creación de empleo, una mayor dedicación al sector primario, una exhaustiva atención al turismo y, sin lugar a dudas, una mayor vinculación de este con el deporte". Y para todo esto, "puede contar con el grupo popular", le dijo a Carlos Alonso.
Pero la realidad es que el líder de la otra fuerza política tradicional, el Partido Socialista (PSC), también fijo su discurso en esos mismos objetivos, aunque Aurelio Abreu dio una especial atención a la cohesión territorial y social de Tenerife. Para él, es una "prioridad indiscutible" y para lograrla es necesario "acercar los servicios a las diferentes comarcas", pero además mencionó la necesidad de lograr una Isla "mejor conectada con el exterior y dentro de sí misma". "Traemos y ofrecemos ese compromiso para afrontar los retos que nos depare este mandato. Trabajo, ilusión, ganas y lealtad, que sean esas las cuatro palabras que nos definan", añadió.
Y es que el presidente del Cabildo, que se estrena como candidato electo, fue en la misma línea. Carlos Alonso buscará Una sociedad nueva. Así tituló su discurso, comenzando por la obligación de lograr "un futuro distinto, que tiene que ser mejor que el presente o que nuestro pasado". Con el fin de ayudar a conseguirlo, hay que "propiciar un mayor equilibrio para que la sociedad nueva se construya a base de ofrecer más oportunidad a los dependientes y con más cercanía". "Lo que cabildos y municipios hacen bien, que se lo dejen hacer", reivindicó.
Pero además defendió un marco legislativo con "un papel más activo" de las corporaciones insulares en ese ámbito, más recursos y mejorar los servicios sanitarios, como culminar los hospitales del Norte y del Sur "ya", algo que no se pudo lograr en el mandato que acaba de terminar.
Durante su intervención –en la que un mandatario tinerfeño emocionado quiso recordar a su abuelo, trabajador del Cabildo, e incluso dejó escapar alguna lágrima–, apostó por el equilibrio del desarrollo insular, en donde metió los muelles deportivos de Fonsalía y Puerto de la Cruz, el desarrollo de los aeródromos, el impulso a la conectividad interior y exterior, la mejora de equipamiento de los barrios limítrofes de Santa Cruz y La Laguna, el impulso de la oferta comercial y de ocio de las distintas comarcas, el cierre del Anillo de carreteras y la mejora de los corredores principales del Norte y del Sur, el cambio de modelo energético con una mayor introducción de las energías renovables y el reciclaje.
En su lista de objetivos, añadió el fomento de un gobierno abierto y la mayor atención a la educación –como "incorporando la introducción de ciclos de formación profesional dual en turismo y otras profesiones"–, la cultura y el deporte, así como responder a las necesidades de los parados, "aumentando las aptitudes y actitudes hacia el trabajo", y aumentar el potencial del sector agrario.
Carlos Alonso también mostró la necesidad de "dar más libertad de empresa" al emprendedor; reducir las cargas burocráticas a las empresas; apoyar la innovación, generadora "de industria y empleo"; y reducir el peso del Cabildo en "algunas actividades económicas y acompañar de otra forma el crecimiento económico sectorial". Tras el acto de investidura, especificó sobre este último punto que es el plan de reordenación empresarial iniciado en marzo de 2012 y que consiste en la reducción de las empresas que dependen de la Corporación, como Casinos de Tenerife. En este sentido, anunció la reagrupación de acciones que tiene la Institución junto al Gobierno canario en algunas sociedades conjuntas, de manera que lo que es competencia de la Corporación, como el Polígono de Granadilla, tengamos la participación mayoritaria, y en el ámbito de Sanidad, como el Instituto Médico Tinerfeño, "que no tiene sentido que estemos".
Pacto de Gobierno
Aunque el presidente ha anunciado un programa para modernizar la Institución y mejorar su funcionamiento, especificó que aún no está culminado y añadió que todavía no sabe si reducirá el grosor de la Administración, ya que "hay que ver cuál es el acuerdo con el Partido Socialista".
José Antonio Valbuena, representante del PSC en la mesa negociadora con Coalición, detalló tras su investidura como consejero que en la reunión mantenida ayer se ha avanzado en la formalización de la estructura de ese futuro Gobierno, aunque a día de hoy no está cerrado. Especificó que las reuniones continuarán porque "hay que seguir puliendo" y son "muchas" las diferencias en esta materia. Se ha hecho un primer reparto y "estamos intentando cumplir los criterios del pacto regional, que no es fácil", sobre todo el tema de la proporcionalidad, aunque también la transversalidad de las áreas.
"Hay algunas definidas, como por parte nuestra, que podemos llevar Planificación y seguir con temas de Medio Ambiente", pero se trata de una "propuesta y hay que cerrarla". En el caso de Carreteras, Valbuena mencionó que están debatiendo "qué estructura le vamos a dar", mientras que Empleo, Comercio y Turismo lo tiene Coalición. De hecho, el nuevo consejero insular de CC Alberto Bernabé confesó ayer tener más predilección por esta última competencia, ya que es su "pasado reciente" al haber sido gerente de Turismo de Tenerife, aunque recordó que es el presidente quien asigna las competencias. Y es que la distribución, según el socialista, aún "está verde", porque "todavía queda un mes y no hay prisa".
La oposición "real"
Los que tienen claro qué lugar van a ocupar en el Cabildo es Podemos y Ciudadanos. Aunque la primera fuerza cuenta con la suficiente representación, cinco consejeros, como para ser una de las llaves de Gobierno de Coalición para alcanzar la mayoría absoluta, ya que obtuvo 10 escaños y justo le hacen falta cinco, el candidato de esa organización, Fernando Sabaté, fue claro ayer en su discurso. Primero, informó de que su equipo rechaza la oferta que le hizo Carlos Alonso de llevar la competencia de Igualdad. "La ciudadanía nos sitúa, por ahora, en la oposición. Y habrá oposición", porque "muchos años sin oposición real" en la Corporación, ya que solo los tres partidos tradicionales (CC, PSC y PP) han formado la Institución desde hace 20 años, "provocaron un retroceso democrático". Como ejemplo reciente, citó la adjudicación del Circuito del Motor, por el que "nos casamos por 40 años con unos empresarios que, al parecer, tienen tras de sí un rastro judicial de descapitalización de pymes canarias".
El consejero defendió que el nicho de empleo "potencial" es el bienestar social y denunció del "profundo retraso" que sufren los Servicios Sociales, la Educación y la Sanidad, "concretada esta última en la exigencia inaplazable de culminar los hospitales". Entre las tareas pendientes, Sabaté también citó las políticas de aguas y la movilidad más sostenible, así como el fomento de las energías limpias, mostrando su rechazo a la introducción del gas, y la necesidad de un sistema de gestión público de residuos, entre otros.
El único miembro de Ciudadanos, Nicolás Hernández, también defendió en su investidura la culminación de los hospitales y avisó de que realizará una oposición "estricta y severa" para defender el interés de los tinerfeños, una función que asume con "ilusión" al poder contribuir "a mejorar la calidad de vida" de los ciudadanos. A partir del "22 de junio, nuestro grupo en la oposición apoyará al Gobierno en las iniciativas que contribuyan al bienestar y beneficio de los tinerfeños, pero estaremos vigilantes", sentenció.