EL BAR DE PEPE
Joaquín Hernández
{mosimage}Para quienes no lo conocen les diré que Bermúdez, José Manuel Bermúdez es el alcalde electo a un ayuntamiento de una capital de provincias alejada de la capital del reino. Ese Ayuntamiento es tristemente conocido por la corrupción, prevaricación y malversación de caudales públicos, colaboración con empresarios mafiosos, maquinación para alterar el precio del bien público, venta de empresas municipales a precio de ganga, y por la trama de la playa de las Teresitas y por el anterior alcalde, de triste recuerdo llamado Miguel Zerolo; pongamos que hablo de Santa Cruz de Tenerife.
Este tipo de comportamiento en el consistorio tinerfeño no es nuevo, aunque muchos crean que viene de la etapa del alcalde Zerolo, no es así. El tema de la corrupción dentro de la casa del pueblo chicharrero viene desde hace más de 33 años. José Manuel Bermúdez Esparza, aunque él presume de chicha no lo es ya que nació en Gran Canaria en el año 1966, su padre, Severiano Bermúdez fue un destacado activista vecinal de los años 80 y aprovechó el “tirón” para integrarse en las filas de la entonces Agrupación Tinerfeña de Independientes (ATI) una formación política que ilusionó a los tinerfeños por su “independentismo”, en realidad el tiempo demostró que era un chiringuito político montado por cuatro amigotes y apoyado por varios empresarios. José Manuel se incorporó, apoyado por Adán Martín, amigo de su padre, en las juventudes de ATI. Recuerdo al joven Bermudita dando caña y escalando peldaños hasta situarse de vicepresidente del Cabildo Insular de la isla. Todo un record llegar a esa categoría con escasos 30 añitos, cosa que le produjo una hemorragia de chorradas dignas de un novato.
El pacto que Bermúdez acaba de firmar con el Partido Popular para gobernar el ayuntamiento tinerfeño supone una traición a las consignas de Coalición Canaria que se las veía muy cómoda para repetir la alianza CC/Psoe en el Gobierno Canario; la repetición de luna de miel entre los dos partidos se acaba de romper por culpa, especialmente del “espartano” traidor. Bermúdez acaba de firmar su sentencia de muerte en las filas de Coalición Canaria y lo ha hecho a sabiendas de lo que iba a suceder, pactar con el PP significa engañar a sus propios compinches para aliarse con el partido que no tendrá ninguna oposición a la hora de aprobar el Plan General de Ordenación Urbana, que firmará en blanco siempre y cuando se beneficie a los de siempre, que abrirá la puertas a todo aquel que pretenda infiltrarse entre las mallas legales municipales y desde ahí aprovecharse de la ilegalidad legal.
José Manuel sabe que tiene 4 años para aprovecharse del meollo y que pasado ese periodo su cabeza no valdrá nada y andará rodando por las ramblas santacruceras. Entre las opciones que se le puede presentar, no más que dos, es la de integrarse en el PP como bulto sospechoso, o bien montar su chiringuito político carnavalero al estilo ATI y Manolo Hermoso, cosa que no le aconsejo, o bien dedicarse a currar de una puñetera vez en la empresa privada, que sepa lo que es fichar y sudarse el cobre sin coches oficiales, sin dietas ni visas negras o amarillas. No es nada extraño que personas de la talla de este hombre lleve toda su vida viviendo de lo público, por lo tanto no se le puede reprochar que piense dedicar el resto de sus días a esa “noble tarea” de “servir al pueblo soberano”. Pueblo soberano que está hasta los cojones de ver como su voto cada vez vale menos, que sólo sirve para repartirse entre unos y otros el mamoneo, el chupeteo de las poltronas a ocupar, la ambición está servida, hagan mesa señores….