Jose Alonso Rodríguez Tapia*
Con la excusa de la crisis y los recortes que supuestamente eran su consecuencia, los administradores del Servicio Canario de la Salud encontraron la fórmula ideal para obtener una mano de obra gratuita que atendiera todo tipo de situaciones imaginables dentro de un centro sanitario. Esta fórmula consistió en regular la jornada de 1.650 horas anuales que impuso el Gobierno de la Nación de forma tal que 1.540 de estas horas -las que hasta 2012 constituían la jornada anual del SCS- quedaran distribuidas uniformemente a lo largo del año, dentro de una planificación conocida por los trabajadores al inicio de cada cómputo anual.
Con esta fórmula se dotan los turnos de tarde para cubrir los planes de reducción de listas de espera (aquí curiosamente, unos pocos trabajadores perciben el módulo mientras otros lo realizan gratuitamente gracias a estas horas paulinas, en una intolerable discriminación); se consiguen guardias a coste cero; se altera la programación de los servicios sin necesidad objetiva para ello; se obstaculiza la organización de otros por una muy mala distribución de tales horas. Incluso se obliga a realzar las famosas dos horas y medias semanales en servicios donde las mismas no tienen utilidad práctica, negando la acumulación de la media hora diaria incluso cuando documentalmente se demuestra que con esta fórmula -y no con la otra- se consigue aumentar la productividad del Servicio.
Por eso tenemos que seguir insistiendo en la desaparición de las horas paulinas. CCOO lleva mucho tiempo planteando esta reivindicación en todos los foros donde tiene acceso. No vamos a cejar en ello porque es la consecuencia de un robo a BOC armado de lo que fue una conquista histórica de los trabajadores del Servicio Canario de la Salud: la jornada laboral de 35 horas semanales.
En las semanas que vienen iniciaremos medidas de presión para exigir la devolución de los derechos sociales y laborales que nos han quitado a los trabajadores sanitarios a lo largo de estos años; una sanidad pública, de calidad y con una dotación suficiente es un objetivo irrenunciable por el que CCOO no dejará nunca de pelear. Y la recuperación de la jornada laboral de 35 horas semanales forma parte destacada del bloque de reivindicaciones que impulsaremos y que, sin ningún género de dudas conseguiremos más temprano que tarde.