{mosimage}C7.- Once días después de que José Miguel Bravo de Laguna dejara de militar en el PP, el Grupo Popular ha pedido su expulsión. El Cabildo tendrá un presidente no adscrito, sostenido por el PP, hasta final del mandato. Y envía al mismo sitio al consejero Aladino Suárez. Le quedan 12 de 14 consejeros electos.
La notificación, firmada por el portavoz del PP, Carlos Sánchez, pone sobre Bravo de Laguna la etiqueta de no adscrito, que hasta ahora no había ostentado ningún presidente, pero no impide que siga al frente de la corporación insular hasta el final del mandato. Convierte también en no adscrito a Suárez, presidente del Partido Demócrata y Progresista y que nunca ha sido militante del PP.
El escrito comunica la nueva composición del Grupo Popular, reducido formalmente a 12 de los 14 consejeros electos, de 29 posibles, pero en realidad con 14 votos porque cuenta con el apoyo de los dos consejeros no adscritos que ya tiene el Cabildo, Juan Domínguez y Antonio Hernández, elegidos en 2011 por la lista de CC-CCN pero ahora militantes del PP.
La oficialización del divorcio político en el Cabildo no impedirá que el PP y Bravo de Laguna sigan compartiendo el Gobierno insular y cohabitando en la Casa Palacio. De hecho, en la Junta de Portavoces preparatoria del pleno ordinario, que tomará conocimiento de la nueva composición de los grupos políticos, se acordó que continuarán aprobando unidos los expedientes que se llevan a la sesión.
Para Inés Jiménez, consejera de NC, en la oposición, el Cabildo afronta "una última etapa de mandato esperpéntica, lamentable. El PP ha puesto una bomba de relojería que puede estallar en cualquier momento", dice.