{mosimage}Andaluces.es.- Lejos de amainar, el conflicto interno en el Gobierno andaluz a propósito del viaje del vicepresidente al Sáhara se embravece cada día un poco más. Incluso la habitual fluidez de las relaciones entre la presidenta Susana Díaz y su vicepresidente Diego Valderas se ha visto drásticamente espesada a propósito de este asunto.
La propia presidenta fue preguntada anoche en La Sexta sobre si había hablado con Valderas de este asunto y su respuesta fue deliberadamente genérica. Se limitó a contestar que no tiene problemas de comunicación con él ni con los otros dos miembros de IU en el Gobierno.
UNA COSA DE NIÑOS CHICOS
Fuentes cercanas a Díaz consultadas por andalucesdiario.es tampoco quisieron entrar en detalles sobre si Díaz había hablado con su vicepresidente, pero sí recalcaron que “la presidenta ya le dijo personalmente en su día a Valderas” que no estaba de acuerdo con ese viaje. “El tema no es si hablan o no hablan, que parece esto una cosa de niños chicos; el tema es que el vicepresidente conoce perfectamente la posición de la presidenta. Es un asunto –añadieron– que estaba zanjado, pero que han resucitado ellos”.
Las mismas fuentes oficiales de IU, en todo caso, no cerraron ninguna puerta y recordaron a este periódico que “la solución de lo que no puede ser sino un malentendido pasa por el diálogo entre Susana Díaz y Diego Valderas”.
DESCONCERTADOS Y PERPLEJOS
El malestar, sin embargo, en la dirección regional de la federación de izquierdas y en el propio Valderas es más que evidente y va en aumento. El malestar y, al parecer, el desconcierto. “Estamos perplejos –se quejan– ante la desproporción de la reacción a un anuncio de visita que llevaba tiempo en la agenda” de la Agencia Andaluza de Cooperación al Desarrollo, dependiente del departamento de Valderas.
Desde IULV-CA ven “desproporción y falta de rigor también en el intento de vinculación del compromiso de Marruecos en materia de cooperación internacional contra el terrorismo con la visita de Diego Valderas al Sáhara”.
Sin embargo, este es justamente uno de los argumentos nucleares de Susana Díaz y del Partido Socialista, que consideran de suma trascendencia la complicidad de Rabat en materia de seguridad frente a la amenaza del terrorismo islamista. No es improbable que Díaz tenga al respecto más claves de las que está haciendo públicas: claves relativas tanto a la colaboración antiterrorista del vecino del sur con Madrid como al modo en que Rabat podría reaccionar a la visita del vicepresidente.
UNA VISITA DE LO MÁS NORMAL
Las mismas fuentes de IU reiteraron que el viaje de Valderas entraría “dentro de la normalidad institucional de supervisión de las decenas de proyectos de cooperación que actualmente financia la Junta de Andalucía en el Sáhara Occidental y que suman aproximadamente 18 millones de euros”.
A esa misma normalidad han venido apelando otros dirigentes de IU al mencionar “las múltiples visitas que diferentes representantes de comunidades autónomas han venido realizando al Sáhara en los últimos años, entre ellos el vicepresidente de Galicia el mes pasado”.
Las fuentes consultadas especularon maliciosamente con que, tras haber examinado “internamente” el problema, tal vez “el PSOE andaluz pretende desviar la atención sobre otros asuntos como la convocatoria de un Pleno extraordinario sobre corrupción, la legislación de mínimos vitales en Andalucía y la convocatoria de una comisión de investigación”.