El rechazo de la matanza no implica callar ante otras matanzas que están en su origen.
{mosimage}SB-Noticias.- No podían hacerse esperar. Inmediatamente después del atentado de París, los gobiernos de la UE y EE UU se lamentan, hipócritas, condenando el “terrorismo” pero sin decir una sola palabra de su origen. Exactamente igual que Aznar tras el 11 M.
Para ellos es fundamental ocultar que el incremento de este tipo de acciones se produce en un contexto histórico determinado que está plagado de brutales agresiones sucesivas de los imperialismos europeo y estadounidense, de la mano del sionismo criminal, contra los Estados del mundo árabe. Se iniciaron en el mes de enero de 1991 con el bombardeo masivo de Iraq, el embargo de dicho país que asesinó a cerca de un millón de niños menores de 5 años y su posterior invasión.
Hay que recordar que en aquellos días Madeleine Albright, en una entrevista con la CBS, ante la pregunta de si valía la pena pagar el precio de la muerte de 500.000 niños iraquíes, contestó lo siguiente: "Fue una elección difícil, pero sí valió la pena pagar ese precio". Y a esto hay que sumar las agresiones contra Afganistán, Sudán, Mali, Yemen, Yugoslavia, Libia, Siria… ¿Son estos quienes ahora nos quieren dar lecciones morales?
Desde el imperialismo dominante y su instrumento ejecutor, la OTAN, no sólo han creado el caldo de cultivo para que surjan organizaciones y movimientos, como Al Qaeda, Estado Islámico, etc. sino que, en un contexto de promoción de la desestabilización internacional, y con tal de destruir gobiernos y Estados considerados como enemigos, desde la propia guerra de Afganistán contra la Unión Soviética, han llegado a forjar relaciones que incluyen entrenamientos, financiación y armamento a grupos islamistas. Y como no es ya la primera vez, estos finalmente se vuelven contra ellos en sus mismas entrañas. Lo que estamos viviendo son síntomas de una internacionalización de la desestabilización, del terror, del dolor de la que nadie puede creerse a salvo mientras se suceden masacres en tierras lejanas pero que en última instancia son instigadas bien cerca de nosotros mismos. Y ese es el quid de la cuestión que quieren que olvidemos, mientras sus medios de comunicación lo reducen todo a una cuestión “religiosa”, cuando eso es solo la manifestación superficial de algo más determinante que está por debajo.
Pero las consecuencias de la permanente desestabilización imperialista occidental no se limitarán a sucesos aislados como estos. El recrudecimiento del fascismo en Europa de la mano del racismo y la xenofobia, que sin duda potenciarán estos asesinatos, no preocupa – sino todo lo contrario – a los gobiernos de la UE. El fascismo, como en Ucrania, es un recurso aceptable en momentos de crisis aguda.
Por tanto, ante los hechos acaecidos no basta con lamentarse o con buscar los culpables allá lejos. Están aquí mismo. Sarkozy y Hollande son cómplices directos y necesarios del imperialismo, como lo fue Aznar en su día al igual que el resto de “nuestros” presidentes. Y la matanza de Charlie Hebdo, como lo fue el 11 M, es en última instancia y en un sentido profundo responsabilidad de quienes desde hace ahora 24 años están inundando de dolor, destrucción y muerte Oriente Medio.
En consecuencia, Red Roja seguirá considerando prioritario, como ha venido defendiendo, organizar la movilización antiimperialista práctica justamente aquí, en la cueva del ogro, en la retaguardia de tanta agresión cínicamente presentada como “humanitaria”. Para ello promoveremos todo tipo de plataformas que organicen actos y movilizaciones en la calle contra las agresiones, la OTAN y sus bases.