El jefe de los fiscales pone fin a casi tres años de mandato
{mosimage}{mosimage}Análisis de José Manuel Rivero
ElPaís.– El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce (Madrid, 1950), ha presentado su dimisión casi tres años después de iniciar su mandato. La renuncia se ha producido, "por motivos personales", según un comunicado emitido por la propia fiscalía, después de que el máximo representante del ministerio público haya protagonizado fuertes tensiones tanto con el anterior ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, como con el actual, Rafael Catalá.
La nota con el anuncio de dimisión subraya que Torres-Dulce ha comunicado ya su decisión al ministro de Justicia y que ahora regresará a su plaza en la Fiscalía ante el Tribunal Constitucional. Justicia hizo público un comunicado poco después del anuncio de la renuncia, en el que subraya: "El Gobierno le agradece profundamente su eficacia y entrega en el fiel desempeño de sus funciones, en cuyo ejercicio ha velado siempre por la defensa de la legalidad y del orden constitucional, actuando con plena objetividad e independencia en el desempeño de sus cometidos".
El Gobierno insiste en que Torres-Dulce ha hecho un gran trabajo y que, en "momentos difíciles y de grandes tensiones, siempre ha mantenido su autonomía, desde el rigor y con el máximo respeto a la legalidad". Justicia anuncia que va a nombrar sustituto a la mayor celeridad. Mañana hay Consejo de Ministros.
El ministro de Justicia Rafael Catalá ha asegurado en Barcelona que "ni hay, ni ha habido presiones" para forzar la renuncia del fiscal general, informa Claudia Sastre. "La fiscalía ha actuado con absoluta autonomía", ha dicho al ser preguntado por la querella contra Artur Mas. "No ha habido ninguna injerencia por parte del Gobierno".
Ayer, el fiscal general dimisionario pospuso varios nombramientos que tenía previsto hacer durante el Consejo Fiscal (entre ellos la de fiscal jefe del Tribunal Constitucional) porque, dijo, estaba reflexionando sobre su futuro.
La dimisión se produce además tras la celebración del referéndum alternativo del 9-N y ante el silencio de la Fiscalía, cuya actuación reclamó de forma insistente el Gobierno. La salida de Torres-Dulce, conocido por reclamar continuamente autonomía, pone fin a casi tres años al frente de la Fiscalía General del Estado. En sus comparecencias, el jefe de los fiscales siempre ha aprovechado para reclamar medios y reivindicar cambios legislativos que otorguen a los representantes del ministerio público mayor autonomía e iniciativa en los procesos penales.
La actuación del fiscal general había sido cuestionada en privado por varios miembros del Gobierno, que entendía que Torres-Dulce no había defendido los intereses del Estado en Cataluña. Torres-Dulce señaló en su última comparecencia ante el Congreso, que se celebró el pasado el pasado 26 de noviembre, que nunca fue un fiscal "proclive al Gobierno".
"No se me puede decir que sea un fiscal proclive al Gobierno cuando investigo a Barcenas y solicito prisión para él", señaló ante la Comisión de Justicia del Congreso, donde presentó la memoria anual de la Fiscalía General de 2013. "No he tolerado nunca que el Gobierno me diga lo que tengo que hacer", subrayó entonces Torres-Dulce, quien el próximo 27 de enero hubiera cumplido tres años al frente de la Fiscalía.
Torres-Dulce fue nombrado por el Consejo de Ministros el 27 de enero de 2012. Entonces era fiscal de sala en el Tribunal Constitucional y miembro de la mayoritaria Asociación de Fiscales, de talante conservador. Sustituyó a Cándido Conde-Pumpido —que estuvo ocho años en el cargo— y con quien se ha enfrentó en varias ocasiones por los nombramientos dentro de la carrera.
Lleva en la carrera fiscal desde 1976. Tras pasar por múltiples destinos, en octubre de 1996 fue nombrado fiscal de sala jefe de la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado. Cuatro años después fue designado fiscal de sala del Tribunal Supremo y en 2005 pasó al Tribunal Constitucional, también como fiscal de sala.
Cinéfilo empedernido, es autor de varios libros sobre el género western como Jinetes en el cielo, Armas, mujeres y relojes suizos o El héroe del western: América vista por sí misma. Torres-Dulce es conocido también por su participación en los programas del director de cine José Luis Garci, como Qué grande es el cine o Cine en blanco y negro, en el que participa comentando los clásicos que se emiten previamente.